Adán, Set, Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec, Noé, Sem, Cam y Jafet.
1 Crónicas 1:1-4
Sabemos, por las Escrituras, que Dios ha hablado muchas veces y de muchas maneras al hombre, revelándose desde la creación y hasta Su máxima expresión dada a nosotros, en Cristo Jesús Señor nuestro, en reconciliación con Él y para vida eterna.
Hallamos que, además del que conocemos como proto-evangelio, esto es, el primer anuncio de salvación al hombre por el Mesías enviado por Dios y anunciado en Génesis 3:15 en forma de simiente de la mujer, también Dios dotó a los primeros hombres con la disposición especial de anunciar este mismo evangelio a través de las generaciones por medio de sus propios nombres.
De manera que cualquiera que conocía su línea genealógica desde Adán, (cosa de que se era costumbre en el pueblo de Dios), recibía con cada nombre citado uno detrás del otro en su orden, el anuncio del Redentor que había de venir.
Y he aquí la importancia de que el autor de las Crónicas anotara los nombres de los primeros hombres desde Adán y hasta Noé, y la importancia para el pueblo judío el conocer su genealogía.
Porque contrariamente al pensamiento humano, que se cree que Dios ha encriptado Su mensaje en las Escrituras como algo escondido, a modo de geroglífico o un acertijo, como podríamos imaginar de un dios tirano en la mitología griega. Dios no solamente ha expuesto claramente Su plan desde el principio y se ha mostrado en Su creación y en las Escrituras, sino que aún fue expuesto en los nombres de cada generación, de aquellos que iban a ser recordados desde el principio de los tiempos y hasta el fin de los días, para que no quedara nadie sin recibir el evangelio de salvación.
Porque de no haber trasliterado los nombres de pila de las primeras generaciones, sino que por su significado los hubiéramos conocido en nuestro idioma, veríamos claramente cómo desde el principio todos los hombres conocieron el evangelio de la salvación, tal y como lo resumió Pablo en su carta a los Romanos:
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."
Romanos 6:23
Ya que la lectura resultante de los significados de los nombres desde Adán y hasta Noé, recitados en su orden vienen a decir lo siguiente:
"El hombre se ha establecido en la muerte. Pero el Bendito Dios descenderá del cielo, se dará a Sí mismo y con poder traerá descanso y consuelo."
Este es el mensaje que se puede entender desde Adán hasta Noé.
Luego, después de él ya no se nombra sólo al primogénito, sino que sus tres hijos son registrados: Sem, Cam y Jafet.
Y aquí es donde se expande la bendición del evangelio, del que no se beneficiará sólo el del linaje escogido, este sería Sem, sino que a Cam y a Jafet les alcanzará el reposo por medio del evangelio.
Porque el significado de sus nombres también es relacionable con el evangelio extraído hasta Noé, y es que los tres en este orden: "Sem, Cam y Jafet", vienen a significar: "Nombre, Siervo y Que Dios expanda", lo que sugiere una alusión directa a la expansión de la gracia de Dios de los judíos a toda la humanidad y a la gran comisión.
Así se anunció y así se ha cumplido, en parte con la primera venida del Señor, para perdón y vida eterna en su muerte y resurrección al tercer día, y se cumplirá definitivamente con Su segunda venida, cuando descienda en toda Su gloria a reinar con paz y justicia sobre todas las naciones.
Claro es que no todos tendrán paz, sino aquellos que habiendo escuchado el evangelio, lo reciban y reconozcan que sólo por medio del Señor Jesucristo es alcanzable la salvación y la justificación en Él delante de Dios.
Vemos que Dios no condena a nadie injustamente. Porque, igual que en tiempos de Noé a todos les llegó el mensaje y lo rechazaron, así muchos rechazarán al Señor para su perdición.
Pero nosotros estamos llamados a expandir el mensaje de salvación a todo el mundo, sin acepción por raza o nación, del mismo modo que a Dios le ha placido extender la gracia a toda la humanidad.
Pues si erróneamente quisimos excusarnos por no cumplir la ordenanza de expandir el evangelio, apoyándonos en la idea de que Dios de antemano condenó bajo las aguas a todos los hombres aún sin que les hubiera llegado el aviso de Noé, ya nos ha quedado claro que no hubo nadie de los de allá que no supieran... Todos conocían la genealogía de Adán, ya que él llegó a vivir hasta conocer a Lamec y poco antes de que Noé naciera.
Ya no tenemos excusa, en Cristo hallamos paz y vida eterna, no le privemos esta bendición a otros.
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
Mateo 28:18-20
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