Y Cetura, concubina de Abraham, dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Los hijos de Jocsán: Seba y Dedán.
1 Crónicas 1:32
Abraham no sólo tuvo dos hijos:Isaac e Ismael. Sino que tras la muerte de Sara se casó con Cetura y de ella tuvo otros seis.
Estos hijos de Cetura poblaron, juntamente con los Ismaelitas, el territorio arábigo y, a pesar de no formar parte con la heredad de su padre Abraham (pues fue dada toda a Isaac, el hijo de la promesa), fueron prósperos y aún subsisten hasta el día de hoy.
"Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental."
Génesis 25:5-6
De los hijos de Cetura destaca Madián, ciudad de refugio para Moisés después de huir de Egipto y nido familiar, al casarse con la hija de Jetro, el sacerdote de Madián.
Y cabe mencionar que la colaboración de los Madianitas en la extracción de José del pozo, ayudó a que fuera vendido como esclavo, duro proceso que permitió Dios para desarrollar más adelante en Israel una nación grande y poderosa durante su estancia en Egipto, haciéndolo crecer de setenta y cinco a más de dos millones de israelitas.
Pero no solamente jugará un papel de amparo en la historia de los judíos, sino que los Madianitas servirán también de herramienta de juicio contra el pueblo de Dios, en tiempos de rebeldía.
Juega pues, Madián, un papel importante en la historia del pueblo de Dios, del mismo modo en que Egipto le proveyó durante los años de hambrunas, Asiria sirvió a Dios como instrumento de juicio y Ciro el Persa liberó al remanente judío de la deportación a Babilonia.
Pero no porque Dios se haya usado de ellos significa que deban servir de ejemplo, pues no dejan de ser paganos.
Dios en Su soberanía y omnisciencia puede usar la disposición del corazón de los incrédulos o sus acciones del modo en que afecten para bien a sus hijos.
Esto es lo que sucedió con José por parte de sus hermanos, que las malas intenciones de ellos hacia él fueron usadas por Dios para propiciar la futura prosperidad de Israel en tierras egipcias, poniendo a José como gobernador en Egipto a la misma altura en relevancia que Faraón.
De igual manera, cuando Jesús se presentó delante de su pueblo y los fariseos no quisieron reconocerlo como el Mesías que había de venir, Dios permitió que éstos pudiesen llevar a cabo su plan de arrestarlo y llevarlo ante Pilato, porque en eso consistía en sí el plan de Dios para la salvación del hombre, desde antes de la fundación del mundo: Venir a este mundo para entregarse a Sí mismo en lugar nuestro para recibir en Él el perdón de los pecados y la vida eterna.
Así que Dios usó la maldad de éstos. Jesús exhalaba el "consumado es", y entregando Su espíritu al Padre, murió.
Fue sepultado y al tercer día resucitó, y por cuarenta días anduvo entre sus discípulos hasta que ascendió a la diestra del Padre. Haciendo descender el Espíritu Santo en el aposento alto, a los diez días, para dar paso al nacimiento de su iglesia.
Y así es como nació la iglesia. Que, coincidiendo con el Pentecostés, la ciudad de Jerusalén se encontraba llena de visitantes judíos procedentes de los pueblos de alrededor para celebrar en el templo esta fiesta solemne.
Permaneciendo en esos días los apóstoles en oración y ruego, experimentaron el bautismo del Espíritu Santo, el cual los llenó e hizo de cada uno de ellos Su morada permanente, como hace desde entonces, con cada persona que cree y recibe a Jesús como Señor y Salvador suyo.
Hubieron tantos testigos que muchos judíos se convirtieron en aquellos días. Esto era bueno, porque el Señor antes de ascender ya les había delegado la expansión del testimonio:
"pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Hechos 1:8
Pero el auge de la novedad, el gozo de la reconciliación en Cristo y la unidad en el Espíritu eran tales que no salían de la ciudad, guardando con recelo el regalo de la vida eterna que acababan de recibir, sin salir de su entorno socio-cultural.
Pero Dios permitió que los fariseos se enfurecieran de tal manera contra Esteban que lo mataron y de ahí iniciaron una gran persecución a todo aquel que profesara seguir a Cristo.
Esto provocó la dispersión apresurada de los creyentes, que tuvieron que volver cada cual a su lugar de origen. Cosa que favoreció el cumplimiento de la expansión del evangelio, tal como el Señor había anunciado.
"Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió."
"Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles."
"Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio."
Hechos 7:59-60, 8:1 y 4.
En la actualidad Dios sigue obrando igual, usándose de las circunstancias y de las personas de alrededor de cada creyente por tal de edificarlo y formar en él un cada vez más marcado carácter de Cristo.
Quizá no lo sabemos reconocer en momentos de aflicción, pero todo proceso por el que ha de pasar el cristiano, aún haya sido provocado por su propia rebeldía, está totalmente al conocimiento y al permiso de nuestro Padre celestial, Quien a través de la circunstancia nos encaminará por el perfecto y santo camino de la vida, que es Cristo.
Así que, si amamos a Dios y Él es nuestro Padre por medio de nuestro Señor Jesucristo, mantengamos el ánimo y la perseverancia de la fe, recordando este apunte de Pablo:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."
Romanos 8:28
No hay comentarios:
Publicar un comentario