domingo, 31 de octubre de 2021

EL QUERER COMO EL HACER, Esdras 1:5-6


EL QUERER COMO EL HACER, Esdras 1:5-6

Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén. Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.
Esdras 1:5-6

REFLEXIÓN:

Carta blanca del rey Ciro, por mandato de Dios, de palabra y por escrito fueron anunciadas por toda Babilonia.

Llegó la hora de retornar tras un exilio de setenta años, los concernientes a los que Israel impidió reposar las tierras cada siete años durante casi cinco siglos de disfrute de la tierra prometida.

Y allí se veían los jefes de Judá, Benjamín, y los levitas y sacerdotes, tribus a las que Dios guardó de ser dispersas, y a través de ellas se continuara desarrollando el perfecto plan de Dios, según fue trazado desde la eternidad.

Dispuestos a ejecutar tamaña misión como la de restaurar una ciudad y el templo de los que sólo quedaban ruinas, no iban a estar faltos de provisión alguna, esta es la ventaja de tener por proveedor al Creador de todas las cosas.

Así que pronto llegó la ayuda, mayor a la decretada por el rey, sumándole lo que voluntariamente se le añadía, conforme Dios puso en los corazones el aportar.

Alimentos, materiales y moneda de cambio tales que aseguraban una exitosa misión aún antes de iniciarla, porque es Dios quien así lo ha dispuesto. Se inicia una nueva etapa de la historia en Israel.

APLICACIÓN:

Cuando Dios dispone según Su voluntad sobre una misión en concreto, ésta se va a llevar a cabo por muy opuesto al plan que parezca el escenario que la envuelve.

Pues vemos que, contra todo pronóstico, el pueblo fue liberado del exilio Babilónico por orden de Ciro y provisto de todo lo necesario por Pues vemos que, contra todo pronóstico excepto la cuenta del cumplimiento de los setenta años deportado, el pueblo fue liberado del exilio Babilónico por orden de Ciro y provisto de todo lo necesario por manos vecinas.

Porque cuando una situación que Dios quiere enderezar según Su voluntad, resulta que de los cambios 'dependen' la decisión y el quehacer humanos, el Todopoderoso obra, poniendo el peso de Su voluntad al alcance del hombre, para que éste se contagie de Sus bondades, y por ellas su espiritu sea movido a la participación voluntaria.

Del mismo modo hace Dios en cada creyente, de modo que en todos los miembros de su iglesia crecen y obran en armonía hacia un mismo objetivo y bajo unos mismos valores, encabezados por Cristo y movidos en su espiritu, por el Espíritu Santo.

Porque no habría modo de amar quienes a uno le torturan o persiguen, de soportar las aflicciones, de sostenerse tras largas jornadas misioneras o de continuar sirviendo después de horas sin dormir o comer, si esta labor no está avalada por Dios, quien en el Espíritu Santo implanta en cada cristiano el carácter y el amor de Cristo por las almas, así como por los hermanos para su edificación y fortaleza.

Como comenta Pablo en Filipenses 2:13:

"porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Pues no hay nada, de lo que acontezca, que se escape a Su voluntad, aún en lo causado por la maldad y el pecado, si es que a través de ésto se va a desembocar en la consumación de su plan trazado desde antes de la fundación del mundo.

Y por tanto reconoce el apóstol delante de los Corintios y para que nadie se jacte en sí mismo en cuanto a fruto y labor en la iglesia:

"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo."
1 Corintios 15:10

ACCIÓN:

En todo momento cabe el tiempo de agradecer a Dios por toda obra en la que nos permite servir, y por la disposición que pone en nosotros para que lo llevemos a cabo.

Añado otro texto que me viene a la mente, con el que Pablo dijo a los Efesios:

"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas."
Efesios 2:10

Hoy tengo dos acciones que llevar a cabo:

Disponer mi corazón a la voluntad del Padre para servir según el propósito que Dios tiene conmigo y agradecerle todas las cosas buenas que pone en mí para que yo las haga, no yo, sino Cristo en mí.




















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