DISTINTIVO CREACIONAL, Deuteronomio 30:19-20.
"A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar."
Deuteronomio 30:19-20
REFLEXIÓN:
(Porque las leyes que Dios pone son irrevocables, toda la creación se sujeta a una ley que la sostiene, mantiene y la hace llevar un curso específico según el propósito de cada elemento.)
El sol, la luna y las estrellas se sostienen, no por casualidad, sino por la palabra de la potencia de Dios, esta es una ley, una realidad irrevocable, igual que la perfecta voluntad de Dios.
Conforme a esta ley en que se sujeta toda la creación a su Creador y se somete a Su voluntad, tenemos unas palabras de Jeremías que sentencian el peso y la soberanía de la voluntad de Dios sobre todas las cosas y concretamente en este caso, sobre la nación de Israel:
"Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente."
Jeremías 31:35-36
Pues Dios lo ha creado todo y lo ha sujetado a unas leyes y a un propósito principal: glorificar al Creador.
"Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor."
Salmos 19:1-6
Los ciclos vitales son leyes: Los animales nacen, crecen, se reproducen y mueren. Leyes también son sus instintos, que los hacen llevar un comportamiento propio en cada especie, un propósito y una coexistencia con el resto de la creación.
Pero a Dios le plació hacer del hombre Su obra maestra, algo diferente a lo demás, especial y dotado de un distintivo que lo eleva incluso por encima de los ángeles, siendo que el propósito de Dios para con él se lleva a cabo.
Y es que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, no del mismo modo que los animales, sino como una obra creacional aparte, especial, a título representativo de Dios sobre la tierra.
De este modo el hombre venía a sujetarse a una ley superior que la de los animales, no habiendo muerte en él, pues le sostenía la propia vida en el huerto de Edén. Y si los animales están dotados de instintos, el hombre fue dotado de algo superior, que es la capacidad de tomar decisiones por su propia cuenta, su propia voluntad.
APLICACIÓN:
El escenario es un huerto plantado por Dios mismo, lleno de vida, el más hermoso y fructífero jardín que jamás han visto nuestros ojos y podamos llegar a imaginar. En medio del huerto un hombre, Adán, el cual lo ha puesto Dios para que disfrute y se enseñoree de todo lo bueno que Dios ha creado.
Pero Dios conoce que igual que en Lucero pudo hallarse la maldad, en el hombre podría suceder igual, y este al fin acabara rebelándose contra su Creador una vez le hubiera sido dado el trono que Dios tenía pensado darle sobre la tierra. Así que expone dos opciones, la vida y la muerte, y sea Adán el que decida.
"Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás."
Génesis 2:16-17
Por nuestra idiosincrasia y naturaleza perecedera podemos ver que la decisión de Adán se decantó por la muerte, queriendo éste saber de más, conoció la realidad de la desgracia que supone vivir apartado de Dios, inevitablemente repelido de Su santidad a causa del pecado.
Experiencia trascendida de él a toda la humanidad y no sólo eso, sino a toda la creación, por cuanto el pecado la ha teñido de muerte a causa de las maldades del hombre.
Ahora el cuerpo del hombre se sujetaría a un ciclo simple de vida terrenal: nacer, crecer, reproducirse y morir. Pero su alma continuaría existiendo, ya que él no fue creado como los animales, sino a imagen y semejanza de Dios.
La gravedad se presenta cuando, al expirar el cuerpo, el alma existe exento de Dios, desarraigado de Él, quien es la fuente de todas las bondades. Siendo pues, la ausencia de Dios, el cúmulo de todo lo que no es Él.
Por infierno se conoce y así lo dió a conocer Jesús en sus discursos, al lugar de sufrimiento y de ausencia total de Dios, al estado en que queda el alma del condenado, por toda la eternidad.
Pero Dios en Su misericordia y Su inconmensurable amor para con nosotros, tenía trazado un plan de rescate el cual era antes de la fundación del mundo, de manera que le ofrece al hombre la opción de reconciliarse con Él, por medio de Su Hijo, quien dio su vida en pago por nuestros pecados y por el cual, en Su resurrección y ascensión a la diestra del Padre, hallamos justificación y acceso a la vida eterna en Él.
Para que Dios Hijo se humanara, naciendo, creciendo y viviendo entre nosotros, para cumplir así el plan de salvación por medio de su sacrificio en la cruz del Calvario, Dios hizo nacer una nación, la hizo suya, la ha mantenido y la mantendrá conforme a su promesa, por cuanto de allí nació el Mesías, el Señor Jesucristo y desde su emplazamiento reinará aquí en la tierra con trono perpetuo y sobre toda la creación.
Ahora, como antaño, Dios sigue dando al hombre dos opciones: La vida y la muerte. El hombre escoja.
Esta es la vida:
Que Dios ha dado a Su Hijo para que, creyendo en Él, tengamos vida eterna.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él."
Juan 3:16-17
Y esta es la muerte:
"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas."
Juan 3:18-20
ACCIÓN:
Hoy es el día de tomar una decisión y de obrar en consecuencia a ella: ¿Vida o muerte? ¿Salvación en Cristo o perdición por nuestra cuenta?
Yo escojo la vida, la salvación en Cristo.
¿Cuál será tu decisión?
Culmino mi reflexión citando a Job:
"Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza."
Job 42:2-6
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