domingo, 31 de octubre de 2021

AYUDA, Esdras 1:1-4


AYUDA, Esdras 1:1-4. 

En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.
Esdras 1:1-4 

REFLEXIÓN: 

Setenta años quitados de las bonanzas que Dios preparó para su uso y disfrute en tierras de Canaan. 

Y cuando se completa el tiempo de esta  generación, surge la ayuda por medio de un ungido de entre los Persas, ni más ni menos que el rey de ellos, a quien Dios puso todo Su favor subiéndolo al trono. 

Al igual que Jeremías, de él también habló Isaías cuando aún este persa no había nacido. Un ungido de Dios de entre los paganos y enemigos de Israel, que se tornaría en más que ayuda para que los deportados iniciaran la reconstrucción y el retorno a Jerusalén. 

"Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre."
Isaías 45:1-3 

Pues igual que Dios mismo permitió que la ciudad de Jerusalén cayera en manos de los asirios, ahora a Dios le plació usar a Ciro, el persa, para su restauración. 

De palabra y por escrito, para hacerlo constatar, el decreto de Ciro, mandato directo de Jehová, aseguraba libertad, provisión y ayuda al pueblo de Dios, para volver a pisar la tierra de su heredad y reconstruir el templo y su ciudad. 

Porque Dios es Soberano, a quien quiere usar, usa, endureciéndolo o favoreciéndolo, o simplemente valiéndose de sus intenciones para que, por éstas, se cumpla Su voluntad. 

Daniel mismo, quien vivió en primera persona la deportación a Babilonia y pudo experimentar en el transcurrir de esos setenta años la mano de Dios obrando directamente sobre él y sobre los paganos, dijo así: 

"El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz."
Daniel 2:21-22 

APLICACIÓN: 

Ya sea a un rey gentil como a un asna para hablar por medio de ella, Dios se hace uso de cualquier persona, animal, cosa o intenciones, para que el transcurso de los acontecimientos se alineen en favor a Su plan establecido desde antes de la fundación del mundo. 

Desde que cayera Adán, la humanidad se ha visto inevitablemente afectada a destino de muerte. Pero Dios prometió que en la simiente de la mujer se encontraba la redención y la victoria sobre Satanás y la muerte. 

Desde entonces, para tratar de evitar que esto se cumpla, el adversario se ha usado de hombres como Caín, Cam, Nimrod, Mizraim... Que buscarían aniquilar a cualquiera con señales de obediencia a Dios, candidato a pertenecer al linaje del Mesías prometido. 

Pero al igual que Dios se ha usado y se usa de paganos para hacer Su voluntad, cuando Él así lo estima oportuno, Satanás también hace lo propio, o más bien, lo intenta, (aunque para vergüenza nuestra, dieremos que muchas veces se sale con la suya), usándose de creyentes, redimidos en Cristo, débiles en la fe o vulnerables a los ataques del enemigo a causa de los contratiempos en que se encuentren. 

Y en contrapunto a Ciro, las Escrituras también hablan de hombres de Dios que han caído en la trampa de servir de herramienta a Satanás, buscando evitar a toda costa el nacimiento del Redentor y que Su obra se llevara a cabo. He aquí algunos ejemplos: 

Sara se dejó llevar por su impaciencia y por su sentido común, cediendo a su esclava a Abraham para que él tuviera con ella un hijo, situación que creó varios conflictos en el campamento causados por la rivalidad que este hecho despertó entre ambas mujeres. 

Rebeca, en conocimiento de lo que sería de sus dos hijos por revelación de Dios: "el mayor servirá al menor", poniendo por predilecto a uno de sus hijos y llevándole a pecar contra su hermano y contra su padre a base de tretas engañosas. Esta actitud no alteró la voluntad de Dios sobre cada uno de ellos, pero sí que provocó grandes desaveniencias entre Jacob y Esaú, que son Israel y Edom, durante el pasar de las generaciones. 

Para no extenderme mucho: los hermanos de José, que deseaban matarlo, pero Dios lo preservó y aún lo usó para mantener al pueblo. 

Pero el más descarado por quién y a quién le esta hablando, va a ser Pedro, que explicando el Señor Jesús que Él tenía que ser muerto y resucitar al tercer día, se acercó a Él para decirle: "Señor, ten compasión de ti, en ningún caso esto te acontezca." A quien no dudó el Señor llamarle directamente Satanás, por la gravedad que supondría que ese consejo se llavara a cabo.(Esto lo leemos en Mateo 16:21-23). 

ACCIÓN: 

Mi primera reflexión en el inicio de la lectura en Esdras me dirige a esta pregunta introspectiva: ¿Estoy sirviendo de ayuda al cuerpo de Cristo o de herramienta de Satanás? 

Porque Dios usa a todo creyente dispuesto a servir en la obra del Señor, pero aquel que no tiene disposición, sino más bien trata de alejarse de ella, es muy probable que esté sirviendo en más de una ocasión de herramienta de Satanás, buscando entorpecer a los fieles en Cristo. 

He aquí un breve pero muy necesario pasaje, que me acompañará en mi ejercicio de autoconfrontación: 

"Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil."
Mateo 26:41 

Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado. Gracias por Tu perfecta palabra y por la oportunidad de poder aprender más de Ti a través de ella. Te pido perdón porque reconozco que mi disposición a servirte no es la idónea pues aún pudiera y debiera ocuparme más en Tu palabra y en la obra que preparas para mí según Tu voluntad.
Señor, guárdame del mal y hazme recordar tu consejo para no dejarme embaucar por el enemigo. Asimismo te pido que fortalezcas mi fe y que me des la sabiduría necesaria para reconocer cuándo no estoy caminando dentro de Tu santa y perfecta voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.











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