PRESUNCIONES, Deuteronomio 18:20-22
El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.
Deuteronomio 18:20-22
REFLEXIÓN:
(Porque no hace falta decir "lo profetizo", si la persona en cuestión declara algo usando el nombre del Señor.
Porque usando el nombre del Señor ya se presume el aval perfecto de dicha declaración, llámese deseo, emoción en el momento de oración, o palabra de aliento, si ésta es dicha en el nombre del Señor acaba adquiriendo valor de palabra profética. )
Así que la indicación de Dios en este caso para con su pueblo era desechar por completo al que profetizando en Su nombre, no se diera cumplimiento de sus declaraciones.
Y en este punto el pueblo debía ser tajante, no servía perdonarlo o hacer la vista gorda por simpatía, sino que el baremo perfecto se ceñía en el mandato Divino de darle muerte, sin ningún miedo de estarse equivocando, porque la última palabra la tiene Dios y prevalece sobre todo lo demás.
APLICACIÓN:
Cierto es que existen unas palabras que dijo el Señor Jesucristo a sus discípulos, tocantes a pedir en Su nombre, que son las siguientes:
"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré."
Juan 14:13-14
Pero tan cierto como que estas palabras se ciñen a un contexto de obediencia y sujección a la voluntad del Padre y a los mandamientos del Señor Jesucristo, por cuanto señala:
"Si me amáis, guardad mis mandamientos."
Juan 14:15
De tal manera que las peticiones acaban acompasándose a la voluntad del Padre, quien da cumplimiento de Su voluntad respondiendo favorablemente a la petición emitida.
Ahora bien, de ahí a decretar o declarar, en el nombre del Señor, todo aquello que nos parezca beneficioso en el ámbito humano, excede de petición a presunción jactanciosa de que Dios trabaja a nuestro favor, por tal de acatar lo declarado en Su Santo nombre.
Y esta presunción es tan grave como la de la rebelión de Lucero en los cielos que pretendía estar a la altura de Dios. Por lo menos él planeó en su corazón llegar y plantar su trono a la altura de Dios y recibir de su gloria. Pero proferir decretos y declaraciones usando el nombre de Jesús, como quien piensa: "usé Su nombre, ahora no tiene más remedio que cumplir para salvaguardar Su estatus", de manera que no se está pensando igual a Dios, sino hasta superior a Él.
Lo lamentable es que existen creyentes que de verdad se creen y afirman ser superiores a Cristo porque, leyendo y extrayendo de la Biblia los versículos que interesan, sin tener en cuenta para nada el mensaje contextual ni el marco en el que fue escrito, son capaces de decir sin titubear "soy mayor que Cristo por cuanto el mismo Jesús lo dijo en Juan 14:12" :
"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre."
Y es por estos déficits de atención a la Palabra, que gran parte de la iglesia actual se encuentra escuchando a un muy numeroso despliegue de profetas, coaches motivacionales y sanadores o liberadores de demonios que decretan y declaran lo que no está escrito, usando el nombre de Jesús, y aún así reciben amenes y son llamados "varón de Dios".
Lo más probable es que el falso varón de Dios o profeta se use de la vulnerabilidad de su oyente para captar su atención y fidelizarlo. Por lo que no es de extrañar que su discurso esté lleno de lisonjas humanistas y declaraciones positivas y motivacionales, ya sea desde el área económica del oyente hasta por temas de su salud o situaciones emocionales.
Pero los que se dejan engañar tienen gran parte de responsabilidad, siendo que nadie les obliga a creer en estos embaucadores sino que, pretendiendo zafarse de las adversidades, sin dejar de hacer lo que les place, prefieren escuchar a quien les agasaja en medio de sus pecados que a la Palabra de Dios que les exhorta y habla de las aflicciones del justo en el mundo.
Es entonces la desobediencia del creyente rebelde la causante de que estos engañadores estén tan presentes y sean tan influentes dentro del cristianismo actual.
Y precisamente sobre este hecho profetizó Pablo en su segunda carta a Timoteo, por tal de prevenirle y prevenir también a todos los que posteriormente leeríamos las Escrituras:
"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio."
2 Timoteo 4:1-5
Vemos que Pablo comienza instando firmemente a Timoteo a que predique la Palabra, redarguya, reprenda y exhorte con toda paciencia y doctrina.
Y esta es la preparación del justo contra los engaños del adversario y en pos de advertir a los débiles que, no recibiendo una sana doctrina, se complacen con el falso evangelio humanista, que ofrece tesoros corruptibles y promesas de exaltación de sus egos, alimentando sus deseos carnales.
Y para no caer en estas cosas, Pablo lo lleva a la sobriedad en todo ámbito y a soportar la aflicción. Dos consejos que los inconstantes y los engañados no ponen por obra y por eso caen.
Igual que falsos profetas, existen también falsos cristianos. Pero de entre los engañados, los que de verdad nacieron de nuevo en Cristo tarde o temprano acabarán saliendo del engaño, aunque no por su propio pie, sino a causa de disciplina del Padre, que los va a llevar sí o sí a someterse a la voluntad de Dios y a aceptar toda corrección, tras haber pasado por un proceso de humillación y castigo, por tal de que aún puedan reconducirse y dar fruto en Cristo.
ACCIÓN:
Desde que nací de nuevo, mi vida no fué lo sujeta que debía ser a la Palabra de Dios. Aunque la leía muy constantemente y mantenía una vida devocional aceptable, poco en poco fui desviando mi confianza en Dios hacia mi autosuficiencia. El resultado fue que, al atender a mis necesidades carnales más que a la voluntad de Dios en mi vida, caí escuchando a estos aduladores que casi me llevan a la total desgracia sino llega a ser por la misericordia de Dios, trayendo disciplina y humillándome de nuevo a sus pies.
Y el hecho de que el Padre me trajera de nuevo a sus brazos no elimina las consecuencias de mi rebeldía, las cuales trastocaron seriamente mi testimonio hacia el mundo y me han hecho volver de nuevo a la base del evangelio, sin salirme de la Palabra y examinando todo mensaje a través de ella antes de aplicarla a mi vida.
Y si a tí que lees, te sucede que piensas poder salir de tu situación por tus propios medios, porque alguien te ha hecho pensar que Dios se agrada de tu situación pecaminosa y de tu falta de obediencia a Su palabra. Te comparto el siguiente pasaje:
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo.
1 Corintios 10:12-15
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