viernes, 3 de septiembre de 2021

AVAL PERFECTO, Deut. 20:1-4.


AVAL PERFECTO, Deuteronomio 20:1-4 

Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo, y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.
Deuteronomio 20:1-4 

REFLEXIÓN: 

(Quien tiene a Dios de su parte goza del aval perfecto, el cual jamás lo va a dejar en la estacada y nadie puede frustrarlo.) 

Dios salvaguarda a Su creación de que se autodestruya en el pecado. 

Pues resulta que Adán pecó y en consecuencia se vió inevitablemente repelido de la Perfecta Santidad de Dios... No le quedó otra que salir del jardín. Aún así, en la distancia evidente entre el bien y el mal, el Altísimo no dejó de proveer a Adán y a Eva, haciendo pagar la vida a dos animales por cubrir sus vergüenzas y adelantándoles por promesa una pequeña muestra del Redentor que más adelante dará su vida para reconciliarlos de nuevo con Él. 

Diez generaciones después, el hombre estuvo a puntito de desaparecer por completo a causa de la superlativa maldad que venía cometiendo. Dios de nuevo salvaguardó a Su creación, separando de entre ellos a Noé y a su familia, ocho en total, quienes fueron los únicos que creyeron y obedecieron a toda istrucción Divina. La cosa fue que, habiéndose podido completar, toda la disposición del arca, con hombres que hubieran creído y obedecido al llamamiento, Dios la acabó ocupando con animales, aunque para Él no fue sorpresa, ya que lamentablemente en  Su omnisciencia, ya lo tuvo en cuenta, al preparar para Noé una selección de fauna para ocupar la zona. 

El aval perfecto de Dios va a continuar  presente en el hombre que en Él confía,  iniciando de nuevo desde Abraham la bendición que se perdió en Edén, confirmando Su promesa y afianzando Su pacto de amor hacia Su creación. 

Ahora el pueblo se ve instado a mantenerse en plena confianza de toda bondad y privilegio que Dios tiene para con ellos, demostrado con creces durante su liberación de la esclavitud en Egipto y en Su voluntad de habitar con ellos, posando su gloriosa presencia en el Tabernáculo, sin dejar de mantenerles alimentados y abrigados por cuarenta años de desierto, y ahora, a su favor en las labores de toma de posesión de la tierra prometida. 

Pues este es el panorama planteado para que entiendan: "Por muy grande y poderoso que parezca el adversario, recordad que con vosotros está el Omnipotente". 

Pero no aguantó mucho la fidelidad del pueblo y su confianza en Él. Bastó con la muerte de Josué para que no se levantará, por largos años, otro varón de Dios que los mantuviera en memoria y obediencia de los mandamientos de Dios. "Cada cual hacía lo que bien le parecía"...Dios les proveyó de jueces para preservarlos. Cuando en Israel se cansaron de jueces, no se les ocurrió mayor desplante que dejar de ser directamente gobernados por el Omnipotente, pidiendo un rey de carne y hueso. Dios a pesar de ello reafirmó Su promesa en David, asegurando un Rey con trono perpetuo de su linaje... 

APLICACIÓN: 

Y he aquí la mayor mano de Dios al hombre, su Perfecto Aval ante el Juez Supremo. 

"No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir." 

"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia." 

"para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro."
Romanos 5:14, 17 y 21 

Y continúa Dios peleando por los que hemos creído en Cristo y en Su obra redentora en la cruz del Calvario. Llevándonos a la perfección día tras día, habiendo hecho de nosotros la permanente morada del Espíritu Santo,  obrando la aplicación del carácter de Cristo y a Su vida eterna, en Él adquirida. 

"estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;"
Filipenses 1:6 

Y hasta que llegue el día de la culminación del perfecto plan eterno de Dios en que el mal será totalmente destruído para siempre y el Señor reinará eternamente, en completa paz y justicia sobre toda Su creación. 

ACCIÓN: 

(Vivimos tiempos peligrosos, llenos de conflictos sociales, enfermedades, crisis económicas y el caos de la injusticia gobernando el mundo.) 

Mentiría si dijera que ninguno de estos escenarios me ha abrumado en alguna ocasión o que no se haya vuelto un sentimiento habitual en mi día a día durante una larga o corta temporada desde mi conversión a Cristo. 

Pero como creyente, hay que reconocer que el nivel de preocupación ocasionado por situaciones terrenales es inversamente proporcional al de nuestra confianza de que el brazo poderoso del Señor está batallando por nosotros. 

No quiero decir con esto que sea malo que los creyentes nos podamos sentir  tristes, preocupados o confusos de tanto en cuando, esto solamente confirma nuestras dos naturalezas aquí en la tierra. Lo que más bien me inclino a reflexionar, a título introspectivo pero con ánimo de compartirlo para beneficio mutuo, es que a veces nos pasamos de "dramáticos", (hablo primeramente por mí, cuando el problema que visualizan mis ojos se parece más bien a una poderosa comitiva de carruajes Egipcios alcanzando mis pasos.) 

Claro, y lo digo con vergüenza, porque de lo dicho se delatan mis debilidades y mi falta de atención, al no escuchar al Sacerdote diciéndome: "No desmaye tu corazón, no temas, porque Dios está contigo". 

Y para afianzar mi fe en Cristo, ultimo mi reflexión con el siguiente pasaje: 

"¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" 

"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."
Romanos 8: 31-32 y 38-39






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