Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto. Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.
Deuteronomio 23:24-25
REFLEXIÓN:
En favor del hambriento y del sediento, en contra del codicioso. Este mandamiento asegura la sustentación al necesitado y evita que el codicioso, echando mano, haga acopio de fruto ajeno.
Tiene su similitud con este principio del "recoge sólo lo que vas a comer" que, a más de atacar a la avaricia, lo que fomenta es la confianza en el Creador y Proveedor de todas las cosas.
"Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día."
Éxodo 16:4-5
A este mandamiento también se acogieron los discípulos, estando con Jesús, un día de reposo.Teniendo hambre, pasaron por unos sembrados y frotaron las espigas para aliviar sus estómagos.
"Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos."
Lucas 6:1
APLICACIÓN:
Dios es nuestro Proveedor.
Cuando Abraham se encontró frente al montículo de piedra, la leña y el fuego dispuestos encima, Isaac le preguntó por el cordero. "Jehová proveerá" quedó por lema, cuando Dios libró al hijo del sacrificio, cuando Dios le abasteció con un carnero enredado entra las zarzas.
Y así es como el Señor apela a la confianza de sus discípulos, tocante a la provisión:
"Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura uncodo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas."
Lucas 12:22-31
ACCIÓN:
(Echando la vista atrás, recuerdo cuando era niña e íbamos mis hermanos junto con mi padre a dos higueras que habían en medio de un campo abierto. Subíamos a ellos, llenábamos dos o tres cestos de estos ricos frutos y nos volvíamos tan felices a casa.)
En la actualidad me doy cuenta de mi falta de fe en todas aquellas ocasiones que trato de buscar una provisión de más por mi cuenta, por eso del "qué será de mañana", con la intención de procurar una despensa para cubrir posibles necesidades futuras.
No está mal ser precavido, lo malo es cuando esa precaución va por delante de la confianza en el Proveedor de la vida. Pues si Dios nos da vida por el Hijo, ¿cómo no nos sustentará también el cuerpo, para que podamos mostrar esa vida al mundo?
Así que en caso de necesidad, bueno es confiar en el Padre y no dejarse llevar por aquellos que prometen lo que no se va a tener, echando a perder aquello que ya teníamos por confiar en nuestro propio parecer.
Hoy me quedo con este pensamiento para este día:
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino."
Lucas 12:32
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