domingo, 19 de septiembre de 2021

JUSTO BALANCE, Deut. 25:13-16

JUSTO BALANCE, Deuteronomio 25:13-16.

No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
Deuteronomio 25:13-16

REFLEXIÓN:

(Es común el timo en los mercados, basta con añadir algo de peso en las balanzas mecánicas o modificar la tara en las balanzas electrónicas. No es necesario modificar mucho la masa de la pesa o que la máquina electrónica descompense en gran medida su tarado. Un gramito de acá y un gramito de allá van sumando, a lo largo de un día, el kilo.)

Hay algo más feo que estafar a alguien, y es que la estafa se dé dentro de un pueblo que tiene por Dios al Juez Justo y Verdadero, el que hace que para todos salga el sol y llueva tanto para justos como para los injustos.

El más sabio y poderoso de los reyes habidos sobre la tierra, dedicó probervios a la justicia, y más concretamente en  relación con los balances,  va a contrastar la equidad Divina con la injusticia en el corazón del hombre.

"Peso y balanzas justas son de Jehová; Obra suya son todas las pesas de la bolsa."

"Abominación son a Jehová las pesas falsas, Y la balanza falsa no es buena."
Proverbios 16:11 y 20:23

Claramente, dice Dios en Su palabra, le es abominación el falseo en las pesas y las balanzas desajustadas. Pero no se refiere solamente a la literalidad del bártulo y de la acción del pesaje material en cuestión. Sino más bien en la rectitud en la observación de la justicia, de manera que no se decante hacia un lado o al otro  dependiendo quién o qué sea el objeto de juicio.

Y como que para nosotros queremos siempre lo mejor, y esto ha sido siempre igual, en el paso de los tiempos, en lo secular existe un refrán que dice: "Quien parte y reparte se lleva la mejor parte".

Y es entonces cuando Dios le recuerda a Su pueblo, por boca de Ezequiel, que en su restauración no habrá cabida a la injusticia ni a la subjetividad del objeto o del receptor, según la conveniencia humana.

"Balanzas justas, efa justo, y bato  justo tendréis."
Ezequiel 45:10

Es un inciso a los príncipes de la tierra que seguidamente desarrolla con el detalle de cómo han de ser calibrados justamente el peso del efa y del bato, para que conste en las Escrituras y ya no quede la recurrente excusa entre los hombres, del "no lo sabía".

APLICACIÓN:

Del Señor es la justicia y la paz, y aunque aún no se ciernen sobre la tierra, el día en que Él vuelva, habitarán en todas las naciones durante Su reinado milenial. En ese tiempo todos los hombres podrán degustar el sabor de la justicia y el confort de la paz verdadera. No así como la de los santos, puesto que aún durante los mil años habitarán muchos detractores de lo bueno en este mundo, que esperarán impacientes que su príncipe sea desatado para unirse todos contra la Nación Santa y sobretodo contra su Rey, el Señor Jesucristo.

Durante la iglesia del primer siglo ya se comenzaban a infiltrar falsos maestros que captaban la atención de los débiles y los que aún no habían determinado su fe.
Esto afectaba directamente a los ancianos y a los apóstoles de la iglesia que se veían contrariados y desvirtuados sus ministerios a ojos de los congregantes.

Timoteo estaba viendo llegar este peligro en su iglesia. Pablo le reconviene y fortalece en su segunda carta, en vistas de que estaba pronto a partir con el Señor, a que se afirmara en su labor pastoral y en su lucha contra los que torcían las Escrituras.

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad."
2 Timoteo 2:15

El uso bueno de la palabra de verdad apela a toda justicia Divina, y fortalece a los oyentes contra cada gramo de engaño que los falsos maestros tratan de colar entre la verdad, para torcerla disimuladamente, hasta quedar desviada hacia la total injusticia.

Vemos que la injusticia es lo opuesto a la verdad, por tanto, en la iglesia no debe haber síntoma de favoritismo o parcialidad ante las personas, y mucho menos ante la exposición de la Palabra de Dios.

Y como el favoritismo y la parcialidad se ven reflejados en la acepción de personas, Santiago no se calló ante tal injusticia, practicada por los creyentes judeo-cristianos de la dispersión, con tamaña exhortación:


"Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores."
Santiago 2:1-9

ACCIÓN:

En mi reflexión, la imágen de una balanza antigua, con un brazo sostenido en el centro por la Palabra de Dios y con dos cuencos, uno en cada extremo. Y visualizo dónde estoy dejando caer los gramitos de mi interés, si para agradar a Dios o para agradar a los hombres.

Y mi justa balanza ha de mantenerse rectamente en la justa medida que es "Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo".

Mientras me reconduzco a través de la confrontación de la Palabra. Sirva este aporte para la conclusión del pensamiento.

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas."
Colosenses 3:23-25






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