sábado, 18 de septiembre de 2021

CUESTIÓN DE LINAJE, Deut. 25:5-6


CUESTIÓN DE LINAJE, Deuteronomio 25:5-6 

Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel.
Deuteronomio 25:5-6 

REFLEXIÓN: 

Cuando Dios creó al hombre, a su imagen y semejanza lo creó y lo puso en medio del más hermoso y fructífero huerto que jamás podamos llegar a imaginar, pues estaba plantado por la misma mano de Dios, en la región de Edén. Este hombre, el cual fue llamado Adán, tenía como función principal la del virreinado de toda la Tierra, siendo Dios el Rey Soberano, y a quien le  debía obediencia. 

Pero Adán rompió con el único requisito que debía cumplir para mantener su dominio terrenal, obedeciendo antes a su mujer que a Dios, y cayendo así en la transgresión de tomar del fruto del árbol que Dios ordenó que no tomara, bajo pena de muerte. 

La transgresión dio lugar a la pérdida del dominio terrenal, el cual fue a parar a manos de Satanás  quien habiéndose usado de la serpiente, había conseguido que la mujer cayera engañada, y detrás de ella, cayera Adán. 

Y aunque, a la ligera, alguno pueda pensar que el plan de Dios quedara frustrado, contrariamente a ello, en ese momento se iniciaría Su eterno y perfecto plan trazado desde antes de la fundación del mundo. Creado para destruir definitivamente toda maldad, aquella que se originara desde el corazón de Lucero, y reinar eternamente y para siempre sobre toda Su creación. Como se había propuesto con Adán, asimismo y de forma perpetua reinará el Mesías, el Señor Jesucristo. 

A partir de la caída de Adán todo iba en declive, tanto así que sólo le bastaron diez generaciones a la recién estrenada humanidad para que Dios tomara la determinación de aniquilarla por completo, debido al nivel de su maldad. Durante esta decisión, el Creador propuso que Noé y su familia fueran salvos, habiendo hallado gracia ante Él. Fue así que Dios trató con un hombre hacia las nuevas generaciones de la humanidad. 

Hubiera sido ideal que la maldad se ahogara por completo bajo las aguas del diluvio, lamentablemente continuó habitando en lo profundo del corazón del hombre. Cosa que no se tardó en volver a manifestar en Cam y en su descendencia. 

Volverá pues, Dios, a tratar con un hombre, Abram, de Ur de los caldeos, para sacarlo de su tierra y su parentela, y ponerlo por patriarca, primeramente de la nación de donde saldría el Mesías y en consecuencia, de todas las naciones de la tierra. Prometió, pues, Dios a Abraham, una gran descendencia que llevaría su nombre, no por mérito humano, sino dada por Él mismo por medio de su mujer estéril y a pesar de las adversidades, para que la gloria de Dios se fuera manifestando en el transcurso generacional del linaje escogido por Él para disponer, desde sus nombres, el perfecto nombre de Dios hecho hombre y habitando entre nosotros, Jesús de Nazaret. 

Esta es la promesa que Dios pactó con Abraham que cumpliría, según Su voluntad: 

"Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada."
Génesis 13:14-16 

Y tanta era la importancia de dar continuidad al orden generacional en el pueblo que Dios estableció para que de él naciera el Mesías, que el que desobedeciera el mandamiento de redimir a la viuda del hermano quedaría, en el mejor de los casos, humillado públicamente de por vida, y en el peor de ellos, muerto como Onán, hijo de Judá que se negó a dar continuidad al nombre de su hermano fallecido. 

Pues sucedió que Er, el hijo primogénito de Judá, murió a causa de sus maldades, dejando a su viuda sin hijos. Y siendo Onán el hermano a quien le tocaba redimir a la viuda, éste se casó con ella pero la deshonró privándole de la posibilidad de quedar embarazada. Murió también Onán a causa de su maldad y Tamar, ese era el nombre de la viuda, quedó pendiente de desposarse con el menor de los hermanos para ser redimida. 

El caso es que Judá no cumplió su pacto de redención, sino más bien se olvidó de ella cuando el menor de sus hijos ya tenía edad de casarse. 

Una vez más pareciera que Satanás se estaría frotando las manos, pensando que se vería frustrado el plan de Dios, por cuanto por boca de Jacob, dió a conocer Su voluntad de que el Mesías fuera descendiente de la tribu de Judá, cosa que hasta el momento no se estaba cumpliendo. 

"Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros." 

"Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto. Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche." 

(Génesis 49:1 y 8-12) 

Pero como nada ni nadie puede lograr jamás que se trunque ni el más mínimo detalle que Dios ha establecido desde la eternidad, aún Tamar llegó a tener gemelos del mismo Judá, de los cuales uno de ellos, Fares, forma parte de la línea genealógica de Jesucristo. 

APLICACIÓN: 

Es el Señor Jesucristo el que vino para redimir a toda la humanidad de la atadura del pecado con que se ve afectada toda la creación desde la caída de Adán. 

Mediante su muerte en la cruz pagó por nuestros pecados, a través de su resurrección al tercer día nos ha sido dado el acceso a la vida eterna, y tras su ascensión a la diestra del Padre cuando seamos llevados a Su presencia, seremos glorificados juntamente con Él. Entonces jamás seremos borrados del Santo Linaje del Señor Jesucristo. 

No sucederá lo mismo con los que hayan rechazado al Señor Jesucristo y se hayan ido en pos de la maldad. Porque lo malo será destruído completamente y para siempre y, siendo también echada la muerte a su completa destrucción, los transgresores no podrán morir por mucho que lo deseen, cuando experimenten el sufrimiento de la ausencia total de Dios y de todas sus bondades. 

ACCIÓN: 

Pues sólo me queda agradecer a Dios que me haya redimido en Cristo haciendo perpetuar Su nombre en mí, poniendo Su vida por la mía, desde el primer momento que reconocí que Jesús es el Señor, que Dios le levantó de los muertos, ahora está a la diestra del Padre y volverá para reinar por toda la eternidad. 

Y si tú que lees, aún no has creído en Cristo y en su obra redentora en la cruz del Calvario, aún estás a tiempo. 

Este versículo es para ti: 

"Porque dice (el Señor): En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación."
2 Corintios 6:2





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