PROVISIÓN DE GRACIA, Deuteronomio 24:19-22
Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos. Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
Deuteronomio 24:19-22
REFLEXIÓN:
(Porque la nación más poderosa y abundante del mundo no es ni puede ser otra, que la que tiene al Omnipotente por Rey, al Omnisciente por Gobernador y al Omnipresente por cobijo... La generosidad ha de ser el distintivo de quien recibe sus bienes directamente de la provisión Divina. Una provisión, la cual Dios le plació suministrarla al mundo entero a través de un pueblo, como, asimismo, a través de un hombre ha provisto de salvación para toda la humanidad.)
Las primeras palabras a Booz, de una moabita que hará parte con él, en la línea genealógica del Señor Jesucristo, no pudieron más que proferir una pregunta:
"¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?"
Rut 2:10
Hubo un hombre en Belén que tenía una buena heredad con campos productivos y muchos trabajadores a su cargo. Cierto día una extranjera se aventuró a espigar en su campo, él no se lo impidió sino más aún, le facilitó el trabajo proveyéndole de más de lo que ella ppr si sola hubiera podido sacar:
"Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis."
Rut 2:15-16
Es el momento en que la gracia de Dios se extiende a los gentiles, a los no dignos, a los que no conocieron la ley de Moisés ni disfrutaron de la poderosa mano de Dios sacándoles de la esclavitud de Egipto.
Porque anteriormente esa gracia había llegado a su madre, Rahab, quien siendo ramera en Jericó, Dios la guardó de la destrucción de la ciudad, por haber obrado con fe, escondiendo a los espías israelitas en su casa. Extranjera y además, ramera, fue adoptada y restaurada como una más entre los judíos. Tanto así que su nombre quedó grabado por todos los tiempos en la genealogía de Jesús. Ahora Booz, su hijo, que por gracia es nacido entre los judíos, da generosamente de lo que se le ha dado.
Y como se da de lo que se tiene, así es que fue sanado el cojo que pedía limosnas en la puerta del templo. Pues no teniendo Pedro, qué darle en lo material, le dió de lo suyo, y desde aquel momento el hombre pudo beneficiarse de la gracia de Dios para con su vida.
"Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda."
Hechos 3:6
Porque Dios no nos ha dado de Su gracia en una medida limitada, racionada y perecedera. Sino que en sobreabundancia e ilimitadamente estamos siendo llenos de ella, en Cristo Jesús, por la obra del Espíritu Santo en cada uno de los que en Él creemos.
¿Cómo gestionar esta gracia? ¿La limitaremos nosotros a los demás, si Dios nos la está ofreciendo sin medida?
Y he aquí Pablo apelando a la generosidad a los Corintios, por cuanto animaron a otras ciudades para ofrendar a los hermanos de Judea pero, habiendo ya dado todos, Corinto aún no había soltado ayuda de provisión aún tratándose de una congregación bien sostenida:
"Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable!"
2 Corintios 9:7-15
Hallamos pues que en Cristo somos agraciados con dos tipos de provisión. La primera provisión de gracia, que es la más importante, es para la salvación del alma, recibida mediante la fe en la acción redentora del sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario y su resurrección al tercer día. Y también recibimos provisión de gracia para el sustento básico, para capacitación y para el cumplimiento del propósito que Dios tiene para con Su iglesia en este mundo.
Y como dijo el Señor a sus discípulos: "De gracia recibisteis, dad de gracia", así nosostros, los que recibimos de gracia la justificación por Cristo delante de Dios, tenemos el sino de dar a los demás de esto que hemos recibido, de modo que el evangelio se extienda en favor de la salvación de las almas.
Y si somos portadores de la luz de Cristo al mundo y de Su incomnensurable amor para con el hombre, ¿cómo no mostraremos las abundantes riquezas del Creador de todas las cosas, con un corazón generoso y ayudador hacia el necesitado?
Pues si nos cerramos a ayudarnos entre nosotros, siendo miembros del mismo cuerpo en Cristo, ¿dónde queda nuestro testimonio? Se pierde, pues, según dice Juan:
"Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?"
1 Juan 3:17
Del mismo modo, Santiago, en amonestación, detectando a quienes siendo creyentes se sentían justificados y puros delante de Dios, por medio de sus prácticas religiosas, espeta esta conclusión:
"La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo."
Santiago 1:27
ACCIÓN:
La Palabra de Dios no es escueta en cuanto a despertar la generosidad de sus hijos. Su mano es amplia en bendecir a quien le sigue y cómo mínimo, el pide que el bendecido no viva con el puño cerrado, sino en un abrir de par en par los brazos para dejar caer espigas de la gracia y del inconmensurable amor de Dios en Cristo Jesús, para con nosotros.
Es el momento de la confrontación donde, en autoexamen, dirijo un foco hacia mi corazón que se pregunta, expectante a la respuesta, si mi fe da fruto del carácter de Cristo o simplemente se limita a vivir religiosamente.
Ultimo mi reflexión con estos versículos:
"Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?"
"Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad."
(Santiago 2:15-16 y 1 Juan 3:18)
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