REFLEJO DEL ALMA, Nehemías 2:1-3.
Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?
Nehemías 2:1-3
REFLEXIÓN:
A Nehemías le ocurre que se dispone a servir la copa de vino al rey, y el rey se da cuenta que él está afligido al ver su rostro.
Algo que llama poderosamente la atención a Artajerjes por dos motivos. El primero es que Nehemías jamás había presentado en su semblante un atisbo de actitud apagada y el segundo es que ningún copero del rey se atrevería a servirle en su presencia sin disimular su tristeza.
Pero aquel día el gozo de Nehemías que tan acostumbrado estaban a verlo en su mirada, esta vez se había eclipsado por la aflicción que le causaba el mal estado en que se encontraba su tierra.
REFLEXIÓN:
Cuando la luz del Señor está en una persona, su rostro suaviza los rasgos del sufrimiento pasado a causa del pecado, su mirada se aviva por las alabanzas de su ser y su boca deja de emitir queja para entonar palabras de gratitud.
Pero con la luz de Cristo llega la verdad a cada creyente, de manera que el disimulo ya no es un arte que maneje el cristiano, igual como lo puede manejar el incrédulo, por cuanto el Espíritu de verdad mora en él, redarguyéndolo de toda hipocresía.
En cuanto a la hipocresía habló el Señor, durante su discurso conocido como el sermón del monte, aludiendo precisamente a los ojos, una parte del cuerpo esencial no solo para mirar, sino también capaz de expresar sin una sola palabra.
"La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?"
Mateo 6:22-23
En el contexto el Señor Jesucristo está hablando de la hipocresía de quien hace buenas obras con el objetivo de ser visto y felicitado por ello, mientras en realidad en su corazón no hay el más mínimo interés por la situación del prójimo. También habla de quienes guardan una apariencia muy piadosa exagerando oraciones, de los que proclaman a los cuatro vientos cada vez que van a hacer ayuno o de aquellos que están más pendientes de sus bienes materiales mientras profesan andar buscando el bien espiritual.
La doblez del corazón no permite que la luz de Cristo se vea reflejada en la mirada de quien se hace llamar cristiano. Es necesaria una fe genuina en el Señor Jesucristo, y una vida acorde a ella, para que al verdadero creyente cada vez le cueste más disimular si se siente bien o mal, a pesar de su gozo en Cristo.
Y como le sucedía a Nehemías, que estando al servicio de Artajerjes su corazón estaba en Jerusalén, así dice el Señor a su audiencia:
"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
Mateo 6:24
Porque el Señor de Nehemías no era el rey Artajerjes, sino el Dios vivo y verdadero, el Creador de todas las cosas y Dios de Israel.
Pero Jesús se encontraba predicando, durante Su ministerio en la tierra, porque la confianza del corazón de sus discípulos se decantaba más por lo terrenal que por lo eterno.
ACCIÓN:
Y así también nos vemos en lo contemporáneo de la iglesia de Cristo, que en lo general, dejamos que los problemas cotidianos sean causa de afán en nuestro caminar diario.
Y para evitarlo podemos echar mano de este consejo que Pablo da a los Filipenses por carta, en medio de sus prisiones, para combatir todo afán que intenta eclipsar el gozo que nos ha sido dado en Cristo.
"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Filipenses 4:4-7
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