LA PUERTA DEL PESCADO, NEHEMÍAS 3:3
Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.
Nehemías 3:3
REFLEXIÓN:
El muro inicial de la ciudad constaba de 12 puertas de acceso o salida, y cada cual cumplía una función específica.
Esto nos da la idea de una ciudad ordenada, muy bien estructurada y de fácil manejo administrativo, económico y social.
Pero Jerusalén acabó destruida por los Asirios, quedando de todo ello nada más que ruinas, y siendo deportados a Babilonia y dispersos por tierras extranjeras durante setenta años.
Cumplido el tiempo de la deportación, Dios hizo volver a un remanente en tres fases de retorno. Primeramente se inició una primera vuelta encabezada por Zorobabel, por quien se levantó el segundo templo. El sacerdote Esdras fue quien lideraría la segunda fase, con quien se iniciaría la vuelta a la ley.
En la última fase del retorno a Jerusalén fue inquietado el corazón de Nehemías, el copero del rey que se vió profundamente conmovido al llegarle noticias del mal estado de la ciudad, por lo que Dios lo encaminó a dirigir las labores de reconstrucción del muro con todas sus puertas.
Restaurada la puerta de las ovejas por la cual entraba la santificación por medio del sacrificio, le seguía una puerta muy necesaria para el abastecimiento de la ciudad.
Esta es la puerta del pescado, por donde se accedía al mercado y desde donde se daba entrada a las provisiones diarias, mayoritariamente provinientes de la pesca, debido a su proximidad al Mar Mediterráneo y al mar de Galilea.
Edificaron pues la puerta, dejándola totalmente acabada y asegurada, según se detalla en el verso.
Desde que Dios indicara a Israel una serie de instrucciones, permisos y prohibiciones en cuanto a la alimentación, cuando le fue dada la ley de Moisés. El pueblo judío no sólo adquirió esas normas dietéticas, sino que aún le añadió unas cuantas más, producto de la exageración en la interpretación de los mandamientos o por puro legalismo religioso.
Pues como la dieta de los judíos estaba escrupulosamente limitada a alimentos seleccionados como puros o limpios según la ley, se agradecía que la puerta del pescado, la dedicada a la entrada del abastecimiento, estuviera bien acabada, reforzada y asegurada, contra posibles saqueos o irrupción de elementos extranjeros, que pudieran contaminar las zonas dedicadas a la recepción, almacenaje y distribución de los víveres.
APLICACIÓN:
Siglos después, Jesús el Hijo de Dios, vivió entre nosotros, fue cruficicado, muerto y sepultado, y al tercer día resucitó. Con esto selló la obra redentora y el acceso a la vida eterna para todo aquel que en Él cree, ya no sólo a judíos sino a toda raza, lengua y nación.
El Señor hizo nacer a la iglesia diez días después de Su ascensión a la diestra del Padre, y con ella se abría toda una perspectiva espiritual de lo acontecido en tiempos veterotestamentarios, que vino a ser sombra de todo el acontecer a partir de Cristo.
Y el "no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios", dicho por Jesús en alusión a Deuteronomio 8:3 y en respuesta cuando fue tentado por satanás en el desierto, adquiría el total de los sentidos para con el sustento de la iglesia, la cual es sustentada por la palabra de Dios, guiada por el Espíritu Santo y formada en el carácter de Cristo.
La palabra de Dios mantiene la iglesia en orden, bien estructurada y admimistrada. Ella es el alimento espiritual único y necesario para que cada miembro del cuerpo de Cristo crezca en uniformidad conforme a Su estatura y se perfeccione según Su carácter.
Pero a pesar de que la iglesia necesita nutrirse de las Escrituras, no siempre se abastece de este perfecto y santo alimento, sino que deja pasar por su puerta toda clase de contaminantes a base de influencias externas que afectan seriamente a su desarrollo, a su madurez y a su productividad según su propósito en el mundo.
Pues algo así les sucedía a los destinatarios de la carta a los Hebreos, que después de décadas de haberse convertido, aún desconocían la dogmática cristiana y la práctica en el uso de su fe en Cristo.
Con respecto a esta incidencia, el autor de la carta indica lo siguiente:
"Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."
Hebreos 5:11-14
Y como aconseja Pedro, también a los hermanos judeo-cristianos de la dispersión:
"desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,"
1 Pedro 2:2
El apóstol compara la Palabra de Dios como leche espiritual no adulterada y se hace uso de la idea de un recién nacido para dar a entender a cuán nivel se ha de anhelar nutrirse de ella pura, sin aditivos.
Porque cuando el autor de los Hebreos se usa de la leche y de la figura de un niño para representar la inmadurez e inexperiencia, Pedro los usa para que a través de la correcta y ordenada ingesta de la Palabra, lleguen a un crecimiento sano en el conocimiento de Dios.
ACCIÓN:
Dios nos da vida nueva en Cristo, el perdón de los pecados y una nueva identidad en Él.
Pero también nos da Su palabra para que conozcamos Su voluntad y vivamos en conformidad a ella.
Hoy es buena idea anotar en un papel aquellas normas o costumbres que practicamos por defecto en nuestra iglesia local, y tratar de hallar en la Biblia el sustento, sin sacarlo del contexto.
Esto nos enseñará a alimentarnos de lo realmente necesario, lo cual es el fundamento de la fe en Cristo, y a ir desechando o dejando de atender a aquellos detalles que provienen de ideas socio-culturales inyectadas al texto.
Hoy quiero finalizar mi reflexión con el siguiente pasaje:
"He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová."
Amós 8:11
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