CERCA DE CASA, Nehemías 3:23.
Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.
Nehemías 3:23
REFLEXIÓN:
En las inmediaciones de sus casas restauraron Benjamín, Hasub y Azarías.
Pudieron haberse enfrascado en tareas de albañilería más visibles, como por ejemplo, la restauración del muro tocante a la puerta Oriental, un trabajo más considerable por cuanto serían muchos ojos los que podrían apreciarla todo el tiempo que se mantuviera en pie, por su relevancia, por ser la que daba directamente con el templo y porque ya se esperaba, por los profetas, que por allá ha de entrar el Mesías para establecer Su reino.
Pero centraron su empeño en lo inmediato a su hogar, porque ¿a qué ocuparse en lo más grande si aún quedaba por restaurar en lo más cercano?
"Hijo de la diestra", "considerado" y "Yahvé ha ayudado" son los significados de los nombres de los tres susodichos, respectivamente hablando. Los que pudieran atestiguar, de acompañarles el nombre a su carácter, un servicio discreto pero eficaz, realista y ordenado.
APLICACIÓN:
Y es que la humanidad tendemos a mirar más allá de nuestras posibilidades o de nuestros deberes principales.
Existe una expresión popular que dice "empezar la casa por el tejado" de aquellas acciones o tareas ejecutadas desordenadamente, sin tener en cuenta el correcto procedimiento y curso natural de dicha actividad o trabajo.
A los discípulos del Señor les sucedía lo mismo. Andaban con las miras puestas en el establecimiento del reino de Dios en la tierra, aún antes de que en sus mentes llegaran a imaginar algo parecido a lo que experimentarían diez días después en el aposento alto, cuando se daría el nacimiento de la Iglesia. Ellos tuvieron su duda al respecto, y ahí el Señor les respondió:
"Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Hechos 1:7-8
Y la Iglesia de Cristo nació con las primeras conversiones entre los judíos durante la celebración de la fiesta de Pentecostés, una vez recibido el Espíritu Santo.
Ahí debía empezar a darse el cumplimiento de sus labores, conforme les ordenó el Señor justo antes de ascender a la diestra del Padre, según el orden en que debían extender su testimonio a todo lugar.
Pero ellos entendieron esta salvación como cosa exclusiva a los judíos. Así que, con este gozo con que recibieron la redención en Cristo Jesús, debían mantenerse en comunión, a la espera de Su retorno y establecimiento del reino.
Podemos decir que ellos tenían las miras puestas en la puerta Oriental, en espera de la entrada triunfal del Señor, antes que en edificarse y crecer como la recién nacida Iglesia de Cristo, expandiendo el evangelio de la Salvación, empezando por lo más cercano, Jerusalén y continuando por Judea, Samaria y más allá.
Y como no parecían tener intención de moverse de ahí, se permitió que la Iglesia fuera perseguida a raíz de la muerte de Esteban. Sólo así pudo hacerse posible el inicio de la labor evangelística tal cual ordenó, el Señor Jesucristo, que debía de hacerse.
ACCIÓN:
Leyendo a estos hombres ordenados que restauraron por donde debían, según lo establecido, esto me hace meditar en cuán ordenada está mi perspectiva como miembro del cuerpo de Cristo.
Entonces reconozco que son muchas las veces que se me van los ojos hacia el día en que vendrá el Señor en toda Su gloria y majestad y suspiro en susurro: "Sí, ven, Señor Jesús."
Pero, antes de esto, unas preguntas... ¿Qué testimonio estoy dando yo en mi círculo más cercano? ¿Es visible el carácter de Cristo en mi diario vivir? ¿Es activa mi labor evangelística en lo cercano de mi hogar?
Luego recuerdo en Hechos 16:31 cómo Pablo y Silas le dicen al carcelero: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa."
Esta promesa no hubiera tenido cumplimiento de no haberse difundido la palabra del Señor, también, a todos los de la casa del carcelero.
Hoy es día de aprovechar las reuniones familiares y las fechas especiales para empezar la obra desde lo más cercano.
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