LA PUERTA DE LA FUENTE, Nehemías 3:15.
Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.
Nehemías 3:15
REFLEXIÓN:
Otro Salum, también gobernador, es el que se va a ofrecer para levantar la puerta de la Fuente.
A esta puerta se le relaciona el nombre con su proximidad a las zonas de canalizaciones de agua y jardines que llegaban hasta la ciudad de David.
La zona donde se encuentra esta puerta recompensa con creces el haber tenido que pasar antes por la del Muladar.
El agua era muy necesaria porque, aunque el emplazamiento de Jerusalén se encontrara entre el Jordán y el Mediterráneo, también era esa ciudad a la que los pueblos vecinos y otros reinos buscaban atacar... No había mejor idea que impedirles el uso de las aguas naturalmente presentes del muro hacia afuera, durante el asedio.
Esto es lo que motivó al rey Ezequías a mandar a construir un túnel que atravesara toda la ciudad de punta a punta, enviando agua desde el manantial de Gihón hasta el estanque de Siloé, nombre que significa "enviado", asegurando así el abastecimiento durante la resistencia ante los largos asedios por parte de Asiria y por parte de quienes pudieran venir después de ellos.
Así que este túnel hacía pasar las frescas aguas del manantial por el interior de la ciudad... Vida asegurada para los habitantes de Jerusalén.
Y esas aguas enviadas hasta el estanque de Siloé, alimentaban el jardín y las gradas.
Siloé también fue el estanque en donde, siglos después, Jesús obró su milagro Mesiánico sanando a un ciego de nacimiento.
"Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo."
Juan 9:1-7
APLICACIÓN:
Igual que las aguas que traspasaban el túnel de Ezequiel formaban la fuente que daba vida al otro lado de la ciudad, Jesús va a comparar la presencia del Espíritu Santo como aguas vivas en el interior de cada creyente.
"En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado."
Juan 7:37-39
El Espíritu Santo obra en cada uno de nosotros igual que el Señor obró con ese ciego de nacimiento usándose del estanque de Siloé, y de repente, entendemos lo que antes no podíamos ni siquiera ver y comprendemos a Jesús como el Dador de la vida, el que nos salvó cuando nos encontrábamos asediados por el pecado y por la muerte.
Y esta fuente de agua viva salta desde el interior para mostrar su fruto, y es de esta manera en que se puede reconocer a quien es de Cristo.
Y de este modo lo tuvo que explicar Pablo a los Gálatas, que no se estaban dejando guiar por el Espíritu sino más bien por la carne.
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos."
Gálatas 5:22-24
También aconseja a los de Éfeso a dejar que sea el Espíritu Santo el que tome el control de sus vidas, diciendo:
"No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo."
Efesios 5:18-20
En este pasaje la expresión "sed llenos", en el idioma original de la carta, daba a entender una acción pasiva, de modo que vaciándonos de nosotros mismos estamos dejando que el Espíritu Santo ocupe más lugar en nuestro corazón y, por ende, se evidencie Su fruto.
ACCIÓN:
Durante mi reflexión debo reconocer que aún queda mucho espacio en mi ser que excavar para dejar que sea el Espíritu Santo el que ocupe el lugar y no mi carne.
Pues hoy es día de hacer lectura en Gálatas 5:16- 23 e ir tomando notas de cuáles son las obras de la carne en contraste con el fruto del Espíritu.
Hoy es día de dejarse llenar por el Espíritu Santo.
Sírvame este versículo para reforzar el ejercicio de la santificación en Cristo.
"Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu."
Gálatas 5:25
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