LA PUERTA VIEJA, Nehemías 3: 6-7.
La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos. Junto a ellos restauró Melatías gabaonita y Jadón meronotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.
Nehemías 3:6-7
REFLEXIÓN:
Aunque algunas traducciones Bíblicas más actuales se usan del vocablo "Jesaná" para referirse a esta puerta, lo cierto es que ésta no es más que la trasliteración directa de la palabra que viene a significar "vieja" en Hebreo.
También está la Nueva Traducción Viviente que se refiere a ella como "la puerta de la Ciudad Antigua", dirigiendo la vista en lo que fue cada vez que mencionaran o vieran tal entrada.
Porque uno no ha de olvidar sus orígenes, sus inicios, de dónde vino y cómo fue traído al mundo... La identidad de la ciudad se va a ver reflejada en esta puerta, en su solera en cada grieta y en la erosión por el uso.
Y es que entre los mandatos que Dios ordenó al pueblo, a través de Moisés, no fueron pocas las veces que se les insistía en guardar en la memoria de dónde Dios los sacó para hacer de ellos la nación santa de Israel.
"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre."
"Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo."
"cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre."
Deuteronomio 5: 6 y 15, y 6:12
Lamentablemente la memoria del hombre es corta para lo bueno, y a falta de un siervo de Dios que ocupara el puesto que dejó Josué con su partida, pronto volvieron a degenerarse.
Luego Dios les mandó jueces para ir manteniéndolos a raya, más tarde pidieron tener rey, Dios lo consintió y puso reyes...
Pero los reyes también tienen una memoria selectiva, como hombres que son, se acuerdan sólo de lo que les interesa.
Y citando a Napoleón Bonaparte (aunque es discutible su autoría): "Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla", Dios los mandó al exilio, permitiendo que la ciudad fuera derruida por los Asirios y llevados a la deportación Babilónica y a la dispersión de las tribus del norte, las del reino de Israel.
Ahora se veían reconstruyendo el muro y sus puertas... Esta puerta vieja les sirva para no olvidar de nuevo que fueron esclavos.
Pero el tiempo hace borrar en el hombre lo que no le interesa recordar, estaban pues los judíos y entre ellos, los fariseos y doctores de la ley, cuando Jesús pronunció la conocida frase: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:32).
Más anchos que largos, no les tembló el pulso en contestarle: "Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?"(Juan 8:33)
Y su arrogancia les impidió reconocer a Dios aún teniéndolo delante de sus propias narices...
Y esa generación volvió a sufrir, algo más de tres décadas después, la destrucción del templo y de Jerusalén, la más duradera dispersión del pueblo judío, tanto así que aún habiendo conseguido volver como nación a mediados del siglo XX, aún continuan los conflictos bélicos entre Israel y alrededores.
APLICACIÓN:
Hacer uso de la memoria es también una muy buena herramienta para practicar la compasión, la misericordia y una vida de buen testimonio hacia el mundo.
Y así instruye Pablo a Tito, para que en su labor pastoral dirija a la iglesia a la sujeción y a la obediencia a las autoridades, así como a su disposición hacia las buenas obras delante de los incrédulos.
"Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros."
Tito 3:3
Y esta memoria nos lleva directos a la misericordia de Dios, Quien dio a Su Hijo en rescate por cada uno de nosotros y llevándonos por Su resurrección, a la vida eterna en Él.
"Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna."
Tito 3:4-7
Porque nuestro único mérito es el de reconocer que, en nuestros pecados, no hay modo en que podamos ser hallados justos delante de Dios, sino es Dios mismo el que, aplicando Su justicia sobre Sí mismo, carga en Cristo todo el peso de nuestra transgresión y nos viste de Su santidad.
ACCIÓN:
Durante la lectura y reflexión esta es mi conclusión: Recordar lo que éramos antes de conocer a Cristo nos traerá humildad y amor en el corazón pero si preferimos olvidarlo, esto nos acarreará cada vez más arrogancia y despotismo hacia nuestros semejantes.
Y por si acaso haya pasado tanto tiempo que me cueste recordarlo, hoy va siendo el momento de tomar papel y lápiz y anotar ese testimonio de salvación en Cristo, cuál era nuestro estado cuando fuimos alcanzados por Su gracia y cómo Dios nos restauró y nos va regenerando para llegar a ser como Cristo.
Este va a ser el versículo que cierre mi reflexión:
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero."
1 Timoteo 1:15
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