jueves, 26 de agosto de 2021

TRES VECES, Deut. 16:16-17.


TRES VECES, Deuteronomio 16:16-17.

Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.
Deuteronomio 16:16-17

REFLEXIÓN:

Después de  Bet-El, que significa  "casa de Dios", punto desde donde Abraham adoró a Dios y le ofrecía los sacrificios, con Josué se estableció Silo, que es "reposo" o "lugar de descanso", como el lugar para la santa convocación en las fiestas solemnes a Jehová.

Al tiempo el arca del pacto fue sacada de Silo por mano enemiga y cuando fue recuperada ya no volvió más a este lugar.

Jerusalén, cuyo nombre significa "ciudad de la Paz", acabó siendo el punto escogido para levantar el Templo, que aunque en la actualidad no lo hay en el sentido físico y material, Dios estableció su reinado perpetuo desde Sion, y hasta allá tendrán que presentarse de todas las naciones, por tres veces año en año, a presentar sus ofrendas de adoración y sacrificio en cada santa convocatoria.

Tres fiestas solemnes marcó Dios en las que los hombres devían presentarse al Templo en santa convocación, siempre con las manos llenas, más o menos, según la cantidad de los bienes de su tierra.

APLICACIÓN:

Tres tratos importantes tiene Dios para con Su pueblo. Primeramente la promesa, luego el rescate y también habría dado el cumplimiento. Mas los representantes de la nación rechazaron al Mesías, quien les hubiera establecido el reino en la tierra que prometió a Abraham como heredad.

Asimismo para el gentil hay redención y santificación en Cristo, quedando a la espera de la glorificación, cuando el Señor venga a por Su iglesia y seamos recibidos por Él en Su gloria, con un cuerpo incorruptible.

Desde antes de la fundación del mundo, Dios estableció que trataría con Su creación por medio de un sólo hombre, quien reinaría por Él sobre la tierra.

El primer hombre, el cual era Adán, cayó en pecado, por lo que fue irremediablemente destituído de la presencia de Dios y, en consecuencia, perdió también el principado del mundo, que le fue arrebatado por Satanás en el mismo momento de su caída.

Pero Dios trazó un plan, que nada ni nadie lo puede frustrar, el cual a través del Hijo del Hombre se vuelva a restaurar esta relación rota de la criatura humana para con su Creador.

Para ello Dios volvería a tratar con un solo hombre, este fue Abraham, para de ahí tratar con un pueblo, Israel, de donde nació el Mesías.  Para, a través de Él, tratar con todas las naciones de la tierra.

Así que ahora, de toda tribu y de toda nación, tenemos la oportunidad de acceder a la vida eterna, mediante la fe en Cristo Jesús, por la consumación de Su obra redentora en la cruz del Calvario, su resurrección al tercer día y su ascensión a la diestra del Padre, donde aguarda el día en que volverá para regir a las naciones con toda autoridad, haciendo reinar la paz sobre la tierra.

Tenemos, también, tres veces en las que el Señor Jesucristo ha tratato y tratará directamente con la humanidad sobre la tierra:

La primera es cuando Jesús vino para ser inmolado como el Cordero de Dios, aunque antes de eso anduvo anunciando el establecimiento del reino delante de toda Israel, acontecimiento llevado a cabo en lo espiritual, mas no posible aún en lo terrenal por cuanto el pueblo rechazó a su Mesías prometido.

La segunda vez es cuando, una vez resucitado y en su cuerpo glorificado, se presenta y permanece en la tierra entre sus discípulos por cuarenta días, preparándolos como apóstoles para el inminente nacimiento de la iglesia.

Y ahora los miembros de Su iglesia, que conformamos el cuerpo de Cristo, siendo Él nuestra cabeza, aguardamos el momento en que seamos recogidos por Él en las nubes hasta Su santa y gloriosa presencia, mientras se dá Su segunda venida, como el Rey de reyes y Señor de Señores sobre la tierra. Y vendrá a establecer Su reino, dando un milenio más de oportunidad a las naciones para que se arrepientan, mientras mantiene a Satanás atado, y  finalmente lo destruirá a él juntamente con toda la maldad.

ACCIÓN:

Leyendo y pensando, cualquier momento es bueno en que el Señor venga a por Su iglesia y empiece a tratar de nuevo con el resto de la humanidad, dando también el cumplimiento de la promesa de Su reino sobre la tierra y Su perpetuo trono sobre toda la creación.

La pregunta que me hago hoy a modo introspectivo es cómo se encuentra mi estado anímico, con respecto a este tan real destino que me depara por promesa del Padre, en el SeñorJesucristo.

Y como no sería la primera vez y aunque deseara que fuera la última, puede que me suceda de nuevo más adelante, y con el pensamiento puesto en los hermanos que están sufriendo persecución directa y amenazas diarias de los que buscan que abandonen su fe, mis oraciones dedicadas hacia todos ellos, y también esta Palabra de aliento:

"No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma."
Hebreos 10:35-39

Amén. 






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