domingo, 22 de agosto de 2021

PASAR POR ALTO, Deut. 16:1-7


PASAR POR ALTO, Deuteronomio 16:1-7.

Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche. Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para que habite allí su nombre. No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto. Y no se verá levadura contigo en todo tu territorio por siete días; y de la carne que matares en la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana. No podrás sacrificar la pascua en cualquiera de las ciudades que Jehová tu Dios te da; sino en el lugar que Jehová tu Dios escogiere para que habite allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde a la puesta del sol, a la hora que saliste de Egipto. Y la asarás y comerás en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido; y por la mañana regresarás y volverás a tu habitación.
Deuteronomio 16:1-7

REFLEXIÓN:

El mes de Abib, ( en Hebreo, "espiga"), que fue conocido luego como mes de Nisán (del Acadio "comienzo" y del sumerio "retoño" o "primer brote"), después de la deportación a Babilonia, es el primer mes en el calendario Hebreo, desde que salieron de Egipto.

En el día 14 de este mes durante la esclavitud del pueblo en Egipto, Dios les mandó sacrificar a un cordero, la sangre del cual debía de bañar los dinteles de la puerta de entrada a sus casas y mientras el animal, quemado en fuego, era comido por completo en el interior de la vivienda, Jehová los libraría de la plaga en que daba muerte a todo primogénito, de hombre y de animal, habido en Egipto.

Esta sería la primera vez que celebrarían la Pascua, que en Hebreo se dice "Pesaj" y significa "pasar por alto". A partir de ese día, Dios manda que la Pascua sea celebrada entre el pueblo judío cada año en la misma fecha, como estatuto perpetuo, en calidad de fiesta solemne.

(La solemnidad se diluyó en el corazón del hombre).

En la actualidad la nación Hebrea obvia su pasado de esclavitud, su rescate por mano poderosa de Dios y el significado real de la Pascua del Señor.

Para empezar, su calendario pasó de iniciarse en el mes Nisán a iniciarse en su séptimo mes, que es el de Tishrei (que significa "comienzo"), en memoria de la Creación de Dios.

Asimismo la celebración de la Pascua ha adquirido otro significado para la población moderna, siendo que le añadieron y quitaron elementos, de manera que en vez de recordar meramente el ser librados de la muerte a través de la sangre del cordero en Egipto, ahora el protagonismo no lo llevaría el animal inmolado, sino una representación de varios elementos en un plato llamado Séder de Pesaj, (que significa "orden" o "colocación"), colocados en riguroso orden, de forma tradicional y cargada de simbolismo, para nada fieles a la ordenanza de Dios sobre el protocolo de esta festividad. En la que del cordero sólo presentan una tibia (que ni la tocan, ni la comen, sino para recordar que tras la destrucción del Templo en el año 70 d.C., ya no pueden ofrecer sacrificios según mandato Divino). También añaden entre otros elementos, un huevo cocido en señal de duelo por la destrucción del Templo.

APLICACIÓN:

(Dios es Omnisciente y Justo, por lo que jamás mandaría a Su pueblo celebrar una fiesta solemne, como estatuto perpetuo, sabiendo que llegaría un día en que no pudieran ejecutarla, según las instrucciones, por falta de alguno de sus  elementos.)

Y si los ojos y el corazón de los representantes de Israel, en tiempo en que Dios habitó entre los hombres y comió con ellos, hubieran reconocido públicamente al Mesías en lugar de mandarlo a matar. Habrían reconocido en Cristo el cumplimiento de la Ley, y aún el plan de redención se seguiría dando para el resto de la humanidad, (pues los planes de Dios son decretos inamovibles). Desde luego, el Reino terrenal de Dios se habría establecido ya sobre la tierra hace un par de milenios. No les haría falta acatar un mandato perpetuo que les es imposible de cumplir por sus propios medios, ya que el elemento principal para su cumplimiento, que es el Templo, fue destruído cerca de 4 décadas después de la consumación del sacrificio redentor en la cruz del Calvario.

Mientras tanto, los que hemos creído en el Señor Jesucristo, sabemos que Él vino a ser el perfecto Cordero Pascual. Quien  entregándose a Sí mismo en pago por nuestros pecados, nos ha pasado por alto en la sentencia de la muerte que pesaba sobre nosotros, los que también hemos pasado a ser el templo de ejecución del perfecto sacrificio, y la celebración perpetua de la memoria de redención en Cristo.

A pesar del contratiempo judío tras la destrucción del Templo, presumen estar cumpliendo con la Ley, en celebración de una presunta Pascua en la que reservan una silla de más vacía y una copa de plata a la espera del profeta Elías.

Y acerca de la ley y de quien busca su justificación por ella, Pablo dice lo siguiente:

"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús."
Romanos 3:21-26

ACCIÓN:

La Pascua de los judíos ha pasado a ser nuestra partición del pan y del vino, el símbolo introspectivo y permanente, en memoria de los pecados que nos han sido pasados por alto por medio del perfecto sacrificio de Cristo Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Es cuando yo hago memoria de ésto: "Tomad y comed, este es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí." Las palabras del Señor Jesucristo, su cuerpo, nuestro pan de vida, y su sangre, la copa del nuevo pacto para con nosotros: La redención y la vida.

Hoy es día de hacer memoria de dónde fuimos rescatados cuando el Señor tendió su mano y la dejó clavar en la cruz sin ofrecer resistencia. Una vida derramada por nuestros pecados y en memoria de todos a los que Dios pasó por alto sus transgresiones en los tiempos del Antiguo Pacto, mediante la fe en que algún dia vendría el perfecto Cordero Pascual, el Hijo anunciado por los profetas y la simiente de la mujer prometida por Dios desde la caída de Adán.

Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, gracias, un día más, por Tu perfecta palabra que me confronta recordándome Tu inconmensurable amor para conmigo, no habiéndote importado tamaña, mi maldad, sino que me has amado desde antes de la fundación del mundo, trazando el perfecto plan de salvación y de vida eterna, en rescate por mí y por todos los hombres. Perdóname por mis jactancias al tratar de obviar muchas veces aquellas miserias de las que me rescataste por medio de Tu Hijo, cuando estaba a punto de perecer hundida en el cieno del pecado. Pasándolo por alto, me tendiste la mano, me sacaste y me insuflaste vida. Me hiciste nueva criatura en Cristo, sea mi vida un fiel testimonio de su amor y sea Tu Santo Espíritu el que gobierne mi caminar diario en Tu santa y perfecta voluntad. En el nombre de Jesús, Tu precioso Hijo, el Perfecto Cordero Pascual y Señor y Salvador mío. Amén.







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