EL REPOSO ANUNCIADO, Deuteronomio 12:8-10
No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios. Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.
Deuteronomio 12:8-10
REFLEXIÓN:
Saliendo de Egipto y vagando de acá para allá en el desierto por la rebeldía de los que se dejaron en corazón entre la esclavitud y el politeísmo, una generación saldó su vida en las arenas, llevados por su propio parecer en continuo rechazo al sometimiento de la voluntad de Dios, quien los sacó de la opresión para llevarlos al reposo.
Cuarenta años después, el anuncio del reposo se hace cada vez más y más cercano a ser cumplido. Donde todas las tribus, aún las que ya han heredado a este lado, cruzarán el Jordán, en un paso al reposo y a la tierra de su herencia.
Pasadas las aguas estarán en la tierra de la promesa, y en el reposo anunciado, en total seguridad y en ausencia de enemigos.
Una vez en el reposo ya no serán llevados de acá para allá, sino que Dios les ha provisto de toda instrucción, consejo, enseñanza y mandato, que los mantendrá en el amparo y en las bendiciones, que conllevan poner en práctica lo establecido por Él.
APLICACIÓN:
Un anuncio similar fue dado por el Señor Jesucristo a los presentes, justo antes de ascender a los cielos con Su cuerpo glorificado, siendo en esta ocasión el reposo permanente de la promesa de Dios, en el bautismo del Espiritu Santo.
"Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos."
Hechos 1:4-9
Imagínese qué sería de los apóstoles sí, impacientándose, no se mantuvieran en el aposento a la espera de la promesa. Mas ellos obedecieron en esperanza del anuncio de la promesa de Dios. No como la generación del desierto, que desoyó, se dejó guiar por sus propios pareceres y jamás entraron en el reposo.
"Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación."
"Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia."
"otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones."
(Hebreos 3:14-15, 4:10-11 y 7.)
ACCIÓN:
Los que hemos creído en el Señor Jesucristo y en arrepentimiento lo hemos recibido como Señor y Salvador nuestro, ya estamos en el reposo y aún nos queda la promesa de lo que no se ve, que es la vida eterna que tenemos en Cristo, y que no la veremos hasta culminar con nuestra vida física sobre la tierra. A veces nos impacientamos por sucesos y adversidades terrenales que no afectan en nada a la vida eterna que tenemos en Cristo.
En mi persona, en confrontación por la Palabra de Dios y autoexamen, puedo detectar que no son pocas las veces que me impaciento por no ver más allá de lo tangible que, al fin y al cabo, es temporal.
El siguiente pasaje me ayuda a corregirme en este aspecto:
"Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos."
Romanos 8:24-27
Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, gracias por Tu perfecta Palabra que me confronta y me guía a parecerme cada vez más a Cristo. Te pido perdón por no ver más allá de mis narices en muchas ocasiones, en vez de esperar, poner la situación en tus manos y confiar que Tu Santo Espíritu intercede por mí en todo lo realmente necesario, y no en lo que perciben mis ojos. Aumenta mi fe y apórtame la sabiduría necesaria para mantenerme firme en la promesa sea cual sea la situación en la que me esté encontrando en cualquier momento. Gracias te doy por la vida eterna que me das a través de Tu Hijo y mi Señor Jesucristo, y en Su nombre sea mi oración. Amén.
(Y si usted que lee todavía no ha entrado al reposo, que solo en Cristo Jesús es posible, no se tarde, Él siendo Dios se despojó de Su gloria para venir a este mundo a pagar por nuestros pecados y librarnos así de la condenación eterna. Decídase hoy y halle descanso su alma.)
"Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación."
2 Corintios 6:2
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