PRESENTACIÓN DE OPCIONES, Deuteronomio 11:26-28.
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.
Deuteronomio 11:26-28
REFLEXIÓN:
Dios es Soberano, Santo, Justo y Fiel, entre otros de sus atributos y cualidades. Dios determinó hacer al hombre con libertad para escoger dónde dirigir sus pasos, para que el amor que éste profesara por Dios, su sujección y su fidelidad, fueran verdaderos. Salidos de la disposición de su voluntad humana, jamás por imposición.
Y para que conste que Dios no es ningún tirano, como bien dibujan los paganos a sus dioses mitológicos, que siempre buscan el mal del hombre y lo usan como títere desde el Olympo, queda decretado y a total disposición del pueblo la elección, sobre la bendición o la maldición de Dios, que les haya de llegar a sus vidas.
Hay un refrán popular que dice: " El que avisa no es traidor", y nos podemos perder en la cuenta de tantas veces que Dios les advierte, les insta, les avisa, les vuelve a recordar... Y ahora, les plantea de nuevo sus mandatos, de la manera más ilustrada y simple posible, por si es que aún no lo hubieran asimilado, a modo de balanza. Por un extremo la bendición y por el otro la maldición... Y a ellos les toca decidir dónde colocan el peso.
APLICACIÓN:
(La libre elección es la cualidad por excelencia de la cual nos ha dotado Dios, en la que Él no toma parte.)
Cuando Dios creó al hombre, a su imagen y semejanza lo creó.
Como obra creacional especial sobre la tierra, lo dotó de cualidades exclusivas como la inteligencia y la voluntad.
Con la inteligencia se dota al hombre de la capacidad de adquirir conocimiento y ampliarlo de forma teórica y experimental, así como de la capacidad de autoexaminarse y autoevaluarse según los parámetros que estime ejemplares.
Dentro de la voluntad el hombre es dotado de la capacidad de decidir, de la libertad de movimiento y pensamiento, y de la autodeterminación.
Una vez Adán en el huerto del Edén, Dios le brindó el usufructo de todo lo habido sobre la tierra, aunque le dió una condición: una instrucción que debía recordar para no transgredirla nunca, pues traería consigo la muerte.
Y en conocimiento de la consecuencia que podía traer a su vida la desobediencia a este mandato, Adán pudo escoger entre la vida o la muerte, hacer caso a Dios o a Eva... Y desde entonces la muerte entró al mundo y toda la humanidad se ha visto afectada por la trágica decisión de aquel día en que Eva, siendo engañada tomó del único fruto prohibido de todo el huerto y dió de comer también a Adán, quien accedió libremente.
Pero Dios, que aparte de Soberano es Onmisciente, conocía que Adán era capaz de caer en desobediencia trayendo consigo la muerte espiritual, que es la desconexión total con Dios.
Así que antes incluso de la fundación del mundo, Dios trazó Su plan, no solo de reinado sobre la tierra, sino de salvación al hombre, enviando a Su Hijo, que siendo Dios se hizo carne, a morir en remisión por los pecados. Y una vez resucitado y sentado a la diestra del Padre, volverá para acabar con la maldad que a raíz de Adán se desencadenó y va en aumento.
Aunque no afecta a quienes depositan la fe en Cristo pues, por gracia de Dios, a éstos los libera del pecado y por Su resurrección al tercer día, de la fatal consecuencia que es la muerte.
Así que Dios planta dos opciones delante del hombre, la salvación por medio de Jesucristo o la perdición si prefiere continuar en su vida de pecado. Aunque para que esta elección se lleve a cabo, el hombre debe conocer que tiene estas dos opciones, y por ello Dios ha determinado para la iglesia de Cristo, que esta sea la portadora de Su luz, expandiendo el evangelio por la humanidad para que a toda alma le llegue la oportunidad de aceptar a Cristo.
Y de esta manera lo encomendó el Señor a Sus discípulos justo antes de ascender al Padre:
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
Mateo 28:18-20
ACCIÓN:
A través de Su Hijo, el Señor Jesucristo, hoy Dios pone delante de nosotros la vida y la muerte, la salvación y la perdición, la redención y el castigo. Por lo que tenemos dos opciones: creer en el Hijo y tener la vida eterna o rechazarlo y continuar bajo la ira de Dios.
Mientras nos decidimos, he aquí un consejo de Pablo:
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero."
1 Timoteo 1:15
Y una sentencia del Señor Jesucristo:
"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él."
Juan 3:36
¿Seremos como Adán, o esta vez escogeremos la vida?
Por mi parte, si usted se ha decidido por la vida, ambos nos veremos disfrutando de la gloria de Dios. Pero si aún no se ha decidido, no se demore, quizá mañana ya sea tarde y acabe sufriendo Su ira por toda la eternidad.
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