lunes, 19 de julio de 2021

SÉPTIMO MANDAMIENTO, Deut. 5:18


SÉPTIMO MANDAMIENTO, Deuteronomio 5:18. 

No cometerás adulterio.
Deuteronomio 5:18 

REFLEXIÓN: 

(Tenemos delante de Moisés a un pueblo acostumbrado a los ídolos y a las costumbres paganas, de tal manera que han adquirido gran cantidad de ideas culturales y supersticiones de Egipto, que aún perduran en nuestros días. Por ejemplo, el símbolo al cual llaman "mano de Miriam" contra los males de ojo, o la estrella que llaman "estrella de David", plasmada en su bandera nacional, son dos signos visibles de infidelidad a Dios, pues no provienen de Él ni lo distinguen, sino que suponen referencias directas a dioses paganos y a creencias ocultistas.) 

Así que Dios va a ser muy claro y directo con este mandamiento, para que no les sea difícil de recordar, no cometerás adulterio. 

Entendemos con adulterio a la infidelidad dentro de la unión conyugal y también la podemos entender en lo espiritual, cuando se altera la fe añadiéndole cosas contrarias o ajenas a ella, cambiándole el sentido o eliminando su pureza. 

A lo largo de la historia Bíblica se han ido dando algunos casos de adulterio. El más nombrado puede ser el del rey David con Betsabé, quien fuera mujer de Urías, antes de mandarlo a muerte segura poniéndolo en primera fila en la línea de batalla... Por no hablar de las setecientas esposas del rey Salomón más sus trescientas concubinas, ¡qué barbaridad! 

APLICACIÓN: 

En el pueblo de Dios se entendía que el acto de acometer adulterio se daba cuando se materializaba la acción entre las personas participantes, pero el Señor Jesucristo también nombró este tema para dar su correcta interpretación: 

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mateo 5:27-30 

Pues si en el pensamiento no se es fiel, cuanto menos se será en la práctica, tirando de hipocresía y engaños por tal de esconder los verdaderos sentimientos hacia su cónyuge. 

Y para evitar manchar la mente de pensamientos tales como codiciar a mujer o marido ajenos, el Señor nos ilustra con un ejemplo muy drástico, la necesidad de apartar tajantemente nuestra atención y curiosidad de sobre esa persona que despierta nuestras concupiscencias. 

ACCIÓN: 

Somos portadores de la luz de Cristo y testimonio de Su amor en nuestras vidas. 

En ejercicio de confrontación: 

Imaginemos que somos abanicos, aventando el amor de Dios al mundo, y por cada infidelidad, se hace un agujero por donde se escapa ese amor... ¿Podemos decir de nosotros, que somos un abanico eficaz, o más bien estamos sentenciados a ser olvidados en el cajón de los objetos inútiles de la casa? 

Por cada vez que dejamos de dirigir la vista a Cristo para preferir satisfacer muestras concupiscencias estamos provocando en nosotros un defecto que nos hace cada vez menos útiles en nuestra vida cristiana y pudiendo llegar a ser totalmente infructuosos. 

No sé usted, pero yo no quiero presentarme ante el tribunal de Cristo con las manos vacías, cuando me encuentre en Su presencia. 

Y si es el caso de que, al llevar a cabo nuestra concupiscencia, nos encontrarnos literalmente en situación de adulterio, cierro el pensamiento con el siguiente pasaje: 

¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1 Corintios 6:15-20







No hay comentarios:

Publicar un comentario

ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17

ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén , y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: N...