lunes, 12 de julio de 2021

EN MEDIO DEL FUEGO, Deuteronomio 5:4-6


EN MEDIO DEL FUEGO, Deuteronomio 5:4-6.

Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte.
Deuteronomio 5:4-5

REFLEXIÓN:

Tuvieron la oportunidad de presentarse directamente delante de Él, escuchar Su voz, recibir el mensaje sin intermediarios y rendirle adoración cara a cara.

Un intercambio de pareceres, donde el hombre expondría sus miserias mientras Dios le correspondería con Su gloriosa palabra transformadora y regenerativa, eso sí, haciéndose por medio del fuego de una zarza ardiendo, para que el hombre no se consumiera con la gloriosa magnitud de Su presencia.

Pero tuvieron miedo. Miedo de un monte humeante, donde lo que arde con fuego nunca se quema, en medio del cual se oye la voz del Omnipotente Creador de todas las cosas y que en vista del testimonio de Moisés, no perjudicaba su integridad humana, sino que al contrario, la sanaba.

Pues el pueblo, habiendo podido ser partícipe del acercamiento más extraordinario, visible y seguro de la gloriosa presencia de Dios hacia el hombre, en toda la historia vetero testamentaria, prefirió ser tratado por un hombre.

APLICACIÓN:

Aunque Dios tiene Su plan trazado desde antes de la fundación del mundo y aún conociendo de antemano toda decisión humana, no cesa de dar oportunidades de acercamiento a los hombres desde que Adán se viera apartado a causa del pecado.

Una de las muestras más evidentes de que la voluntad de acercamiento entre Dios y los hombres es más Divina que humana, es la de su  manifestación en el monte Sinaí, donde todos en el pueblo tuvieron la oportunidad de acercarse a Él, pero no quisieron.

Desaprovecharon una oportunidad que ya no acontecería más a lo largo del Antiguo Testamento pues, aunque Dios acampara luego en medio del pueblo en el Tabernáculo, esta vez existían requisitos muy concretos,exigentes y exclusivos sobre quién podía acercarse a Su presencia.

Aunque también esta oportunidad la desaprovecharon tras la ausencia del arca del pacto con su Tabernáculo, desde en inicio del periodo de cautiverio babilónico y hasta que se presentara de nuevo Dios entre los hombres de la manera más accesible, fisicamente hablando, hasta la fecha.  

Y Su presencia física entre los hombres también fue rechazada por Su pueblo y tras haber sido enviado a la cruz, no  habiendo atisbo de pecado en Él pero hecho maldición delante de los hombres a causa de sus pecados.

Y todo esto, aunque pareciera que el hombre ha tenido parte alguna en la voluntad de acercamiento con Dios, es Él quien en Su inconmensurable misericordia nos ha provisto de la perfecta unión con Dios a través de Cristo, convirtiéndonos en morada del Espíritu Santo, a todos los que creemos que Jesucristo es el Señor, que murió en la cruz en remisión de nuestros pecados y que Dios lo levantó de los muertos ofreciéndonos vida eterna en Él.

Hoy día Dios mora entre los hombres dentro de cada miembro de Su iglesia. La iglesia es la portadora de la luz de Cristo para que el mundo pueda acercarse a Él.

Luego está en cada hombre la decisión de acercarse a la luz de Cristo en arrepentimiento o rechazarlo y seguir en la sombra de sus pecados.

ACCIÓN:

Leido y reflexionado, sólo me queda acercarme a Dios en agradecimiento y pidiendo perdón por desperdiciar muchas oportunidades de mostrar la luz de Cristo en mi testimonio de vida, para que  a través de Él muchos sean salvos de la condenación eterna.

Y añado la siguiente Palabra:

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Juan 3:17-20

Y si es que aún no hemos aceptado a Cristo, Dios nos llama a Él, y concluyo:

Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.
Efesios 5:13-14

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