Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura,imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.
Deuteronomio 4:15-18
REFLEXIÓN:
A preservarse de la corrupción son instados éstos, los que ahora reciben por Moisés toda la memoria, el consejo y la instrucción en toda la sabiduría de Dios, para mantener en santidad al pueblo por el que descendería el Mesías prometido por Dios en simiente de mujer.
Ya que tan superlativa es la tendencia del hombre a idolatrar a cualquier persona, animal o cosa, la terapia es bien sencilla: al Dios invisible nadie lo va a poder plasmar en imagen, para que luego no se halle a nadie adorando a un material labrado por hombre.
Y como de Egipto salieron sus padres, bien empapados de dioses, Dios destaca en su mandato y entre todas las cosas, ,
las principales figuras receptoras de adoración en la cultura Egipcia.
APLICACIÓN:
(La creación de Dios es buena en gran medida, mas la del hombre es corrupta, corrompible y destructiva.)
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, la cual se corrompió tras la caída de Adán en su desobediencia.
A partir de ahí Dios trata con la humanidad a través de un hombre para traer salvación a todas las naciones, partirndo de un pueblo, y para reinar perpetuamente sobre todas las cosas creadas, como así había determinado que fuese, en Su soberanía y en Su santa y perfecta voluntad, desde antes de la fundación del mundo.
Pero a un rey que no se vé, al hombre le es difícil asimilar su presencia y cuánto más apreciarla y obedecerla.
Y a Dios le ha placido dejarse ver en la persona de Jesucristo, el Eterno Hijo y creador y además, la interpretación visible de Dios sobre la tierra.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18
Para que ahora el hombre sí pueda fijar la mirada en el semblante de Cristo y, habiendo creído Él, acceder al Padre para glorificarlo a través del Hijo.
(Fuimos creados por Dios para adorarle.)
El hombre necesita algo alguien a quien adorar. Esto se debe a que Dios nos creó de inicio para adorarle a Él, pues de ahí proviene nuestra necesidad instintiva de hacernos con un dios, ya sea el trabajo, el dinero, alguna persona o animal o incluso nosotros mismos. Pero todos estos dioses, puestos por nosotros en primer lugar en nuestras vidas, son perecederos, pues fueron creados por el verdadero Dios y Creador de todas las cosas, quien es Eterno y Único digno de adoración.
Así que el hombre ya no tiene excusa, pues si en el tiempo antiguo Dios no se mostró, hoy se muestra en el Señor Jesucristo y se hace cercano a nosotros en igualdad de condiciones, humanamente hablando, reforzando así nuestra confianza en Él y pudiendo acceder por Él a la vida eterna.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
2 Pedro 3:11-14
ACCIÓN:
El Señor Jesucristo vino como hombre, murió y resucitó para que todos los que creemos en Él seamos hallados justificados delante de Dios. Solamente en Cristo es posible ser hallado limpio, sin mancha, delante del Padre. Pues es en Cristo donde es puesta nuestra nueva vida, muertos ya al pecado y escondidos en la persona del Señor Jesucristo.
Pero con todo esto aún mantenemos nuestra antigua naturaleza corruptible, mientras el cuerpo de carne se mantiene en pie en este mundo.
Es por eso que somos instados a no desviar la mirada del Señor Jesucristo en pos de lo pasajero, aquello que atañe a lo terrenal y que nos impide ir creciendo conforme al carácter de Cristo.
Y la Palabra de Dios escrita a los cristianos Hebreos, quienes andaban dispersos en los preceptos de sus antiguas formas de vivir, nos sirve hoy para desquitarnos de las distracciones que atacan a nuestra fe:
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar."
Hebreos 12:2-3
Amado Padre celestial, te doy las gracias por la oportunidad de adorarte un día más y de edificarme a través de Tu perfecta Palabra. Hoy, con mucha vergüenza en mi corazón, te pido perdón por haber permitido que mi situacion adversa, mis afanes laborales, mis problemas familiares y mis seres queridos, hayan tomado el primer lugar en mi vida, dirigiendo mi atención hacia ellos antes que a Ti, el Único digno de recibir toda la gloria y la honra y el Único que tiene poder sobre la vida y la muerte. Señor, aumenta mi fe para que pueda mantener mis pasos y mi mirada fija en el rostro de Cristo de modo que Él se vea reflejado en mi diario vivir. En el nombre de Tu amado Hijo, el Señor Jesucristo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario