CUARTO MANDAMIENTO, Deuteronomio 5: 12-15.
Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú,ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
Deuteronomio 5:12-15
REFLEXIÓN:
Un reposo guardado por mandato, del cual no sólo se beneficia el que reposa, sino todo ecosistema sujeto a la acción de éste. De manera que en el día de reposo se puede experimentar una sensación de total paz y libertad sobre la nación.
También les suponía, y lo sigue haciendo, por ser mandato firme para la nación de Israel, un recordatorio directo a la obra creacional de Dios, repartida y completada en seis días, cesando el séptimo de toda obra y santificándolo para Sí.
Un marcador que les llevaría de contínuo al recuerdo de cómo hubo un día en que Dios los sacó de Egipto y les hizo oir por primera vez las palabras del que trata el primer relato de la creación siendo, todas y cada una de las obras diarias, un duro revés contra el politeísmo Egipcio al que se habían estado sometiendo por cuatro siglos.
El concepto de reposo también supone a Israel el acceso a la tierra dada como heredad por promesa a Abraham, no sólo la primera entrada a las tierras de Canaán por medio de Josué, para con los hijos de los que salieron de Egipto pero no creyeron , sino un reposo que esperan con la llegada del Mesías y el disfrute total de la heredad en Su reino.
Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo.
Salmos 95:10-11
Y abre paréntesis el autor de la carta a los Hebreos diciendo así:
Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Hebreos 4:8-9
APLICACIÓN:
Este es el mandamiento peor entendido y aplicado entre las religiones que deciden no observar a Cristo como suficiencia y perfección en la obra redentora del hombre.
Se ciñen pues a éste, para subyugar al hombre, de nuevo, a la sombra de Quien ya consumó la obra del perfecto reposo.
Siendo que para quien cree en el Señor Jesucristo, la Palabra de Dios dice claramente que este día, más las fiestas solemnes y los mandatos alimenticios al pueblo judío eran anuncio del Redentor, debemos esperar y entender que quien ha depositado su fe en Él ya no va a observar estas cosas que lo representaban, habiéndose beneficiado de la finalidad de este anuncio.
Pablo les prevenía a los Colosenses de la siguiente manera, contra aquellos que pretendían desvirtuar a Cristo como único medio de salvación para el hombre:
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
Colosenses 2:16-17
Así que hallamos que el que cree en el Señor Jesucristo descansa y se libera de las obras, espiritualmente hablando, por cuanto ha adquirido seguridad eterna en Él y por cuanto se encuentra en un contínuo día de reposo, siendo Cristo el Señor de este. Y Él mismo lo dijo así:
Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.
Mateo 12:7-8
ACCIÓN:
Es un gran gozo leer sobre este mandamiento conociendo qué significa, qué implica para el pueblo judío y cómo se ejecuta en los creyentes a diario, en Cristo Jesús.
Y como aporte a quien observa poner por obra este cuarto mandamiento, como requisito y distintivo en su identidad religiosa, pensando que se obtiene favor de salvación por medio de ello, sean estas palabras:
Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. (...)
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
Hebreos 4:4-7 y 10-11.
Hoy es conveniente reflexionar, preguntándonos si de cierto hemos reposado de las obras, habiendo entrado en su reposo.
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