miércoles, 21 de julio de 2021

NOVENO MANDAMIENTO, Deuteronomio 5:20


NOVENO MANDAMIENTO, Deuteronomio 5:20.

No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
Deuteronomio 5:20

REFLEXIÓN:

Porque en la justicia de Dios no hay cabida a la mentira, es más, sin verdad, no puede haber justicia... Estas palabras que se grabaron en el Sinaí hoy las vuelve a repetir Moisés delante del pueblo: No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

El falso testimonio puede darse de manera intencional, es este que se da a partir de una mentira proferida por el testigo. O de manera no intencional, que es la que se da cuando el testigo, estando mal enterado a causa de información tergiversada por terceros o por falta de atención a los hechos acontecidos, este da como veraz algo que no se ha dado según lo cuenta, convencido de estar dando un detalle cierto de lo que dice.

Así que podemos decir que este mandamiento no sólo les ordena no mentir, sino prestar atención a la verdad para no acabar siendo parte del engaño.

Porque lo mismo es el que peca a sabiendas como el que lo hace por ignorancia, pues la ignorancia no anula el pecado, se hace imprescindible que el que va a dar testimonio, lo haga en conformidad y en conocimiento de lo que va a exponer.

APLICACIÓN:

El falso testimonio atenta directamente contra la integridad moral e incluso física del denunciado. Y no solamente eso, sino que aún si se descubriera que el testimonio es falso, ya el daño causado por el arresto y la acusación, lo dejan marcado en la sociedad habiendo sido manchada su imagen desde ese momento.

Los dos casos de falso testimonio más graves descritos en la Biblia fueron perpetrados o planificados por los entendidos de las Escrituras y terminaron con la ejecución del denunciado.

El primer caso, que es el que lleva el peso de la justicia de Dios por sobre la injusticia del hombre, es cuando Jesús es arrestado y llevado a ser ejecutado a la cruz a causa de falso testimonio, promovido desde el corazón de los representantes del pueblo y entendidos de la Ley.
(Esto lo leemos en Mateo 6 :59-61).

En el segundo caso vemos a Esteban llevado al concilio, acusado falsamente por unos sobornados. Esteban, lleno del Espíritu Santo les habló desde Abraham y hasta sus desplantes a la Ley, cosas que enfurecieron a los oyentes hasta el punto de echarlo y apedrearlo hasta la muerte.
(Esto lo leemos en el libro de Hechos entre el 6:8 y el cap.7).

Estos dos casos abrieron boca a todo un despliegue de falsas acusaciones que se van dando desde la formación de la iglesia y hasta la fecha en el intento de que ésta desaparezca por completo del mundo. Cosa que sólo sucederá cuando el Señor se la lleve consigo a Su presencia.

Hallamos pues que el motivo principal de transgresión de este mandamiento no es la ignorancia o el desconocimiento del mismo o de las Escrituras, sino la maldad que hay en el corazón del hombre, por cuanto los que más procuraron la injusticia sobre Jesús, fueron los que conocían perfectamente que Él era el Mesías por el cumplimiento que dió a toda señal Mesiánica descrita antes por los profetas en las Escrituras y mostrada delante de sus narices.

Impacta ver cómo se dejaron sobornar aquellos que mandaron a la muerte a Esteban a causa del testimonio de su boca. También impacta ver cómo salieron falsos testigos que hicieron lo propio contra el Señor Jesucristo habiendo  testificado lo tergiversado de manera que a otros le pareciera cierto.

Gracias a Dios, el paso por la cruz de Cristo formaba parte de Su plan de salvación, trazado desde antes de la fundación del mundo. Así que, muriendo y resucitando al tercer día, nos liberó de la esclavitud del pecado y de la muerte. Y ahora podemos acceder todos al perdón y a la vida eterna por medio de la fe en el Señor Jesucristo.

ACCIÓN:

El Señor se llama a Sí mismo el testigo Fiel y Verdadero, y espera de nosotros que nuestro testimonio sea así como Él es, por cuanto llevamos Su nombre.

Leído y reflexionado el noveno mandamiento, me pregunto si estoy siendo leal en mi diario vivir con respecto a lo que testifica mi boca sobre mí, y si mi testimonio deja al Señor en el lugar que el pertenece, o testificando de Él en mi vida, me dejo en evidencia al no estar acompañados mis testimonios con hechos que los respalden.

Hoy toca hacer ejercicio de introspección, dejando este pasaje como último apunte en la reflexión:

El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras no escapará.
Proverbios 19:5





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