Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.
Deuteronomio 4:23-28
REFLEXIÓN:
Entregados al pecado... Claramente lo expone Dios, por mano de Moisés, al pueblo en este lado del Jordán. Ellos pasarán al otro lado y ocuparán la tierra que Dios les decreta en su pertenencia, según Su voluntad. Pero si ellos no guardan este pacto una vez conseguido el premio, no se quedarán mucho tiempo ahí, por cuanto han preferido el camino de la desobediencia, en pos de los ídolos.
La paciencia de Dios para con su pueblo se hace visible en estas letras pues, siendo fuego consumidor, no los destruye por completo con el furor de su ira, sino que los preserva, eso sí malviviendo, entregados a sus pecados
APLICACIÓN:
La desobediencia trae al hombre un estado de apatía que lo mantiene entregado a ella. Absorto e insensible, y por cuanto Dios ha creado al hombre con la necesidad de servir, se entrega en servidumbre a cualquier cosa según ha decidido obrar en su corazón.
Y de esta manera nos lo explica Pablo:
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Romanos 1:21-25
Pero Dios permite y propicia que la humanidad sufra aflicciones de mayor o menor índole por tal de hacerla despertar en su conciencia y lo busque a Él, se arrepienta y se someta a Su voluntad.
Cuando el afligido recapacita y resuelve que ha de acercarse a Dios, este tiene oportunidad de hacerlo a través del Señor Jesucristo, quien siendo Dios, se hizo hombre para morir en remisión de todos los pecados, propiciando así que el hombre pueda presentarse justificado en Él delante de Su presencia.
ACCIÓN:
Leído y reflexionado, parece que el pasaje quedara muy lejos de afectarnos a los que vivimos en Cristo, habiendo sido justificados por Él y redimidos por su sangre derramada en la cruz del calvario.
Pero lo cierto es que solamente tengo que hacer una mirada introspectiva para darme cuenta de que a lo largo del día son muchas las oportunidades que tengo de desviar mi atención al Padre para ofrecerle mi atención y reconocimiento a otras personas o cosas. Claro está que no voy a perder la salvación, porque Fiel es el que salva y perfecta su obra redentora, pero mi infidelidad me afecta y me irá afectando muy negativamente en mi crecimiento espiritual, estancándome e incluso olvidando lo aprendido y cayendo de lo sabio a lo necio.
Así que hoy es día de abrir bien los ojos, atender y razonar, preguntándome a quién estoy yo haciendo caso, y dónde esta centrada mi atención. Sea Cristo mi referente en todo mi diario proceder y esté Él en mi primer y último pensamiento de la jornada.
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