Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; Guárdame de hombres violentos, los cuales maquinan males en el corazón, cada día urden contiendas. Aguzaron su lengua como la serpiente; Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos, Que han pensado trastornar mis pasos. Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; Han tendido red junto a la senda; Me han puesto lazos. Selah
Salmos 140:1-5
REFLEXIÓN:
Selah... David necesita ayuda y sabe muy bien a quien pedirla, Dios es el oidor de su señal de socorro en medio de las persecuciones y amenazas.
El hombre malo lo acecha, y David razona el por qué necesita ser guardado de hombres violentos, de las asechanzas de los soberbios y de no ser atrapado entre manos del impío.
Selah... Y al parecer hay quien lidera un ataque directo contra David, ya pueda ser Saúl u otro, el cual ordena a muchos en contra suyo. Un momento de extrema y continua amenaza contra él que lo apremia a concretar sin dilaciones la petición de auxilio a su Protector, quien le ungió por rey cuando era pastor y le puso en el trono, al retoño de Isaí.
APLICACIÓN:
No es ninguna sorpresa que Satanás busca frustrar el plan de Dios desde los inicios tras Su creación de los cielos y la tierra. Tanto así que consiguió, como buen embaucador, que en Eva se despertara la ambición y Adán cayera en desobediencia, perdiendo el derecho a continuar en la presencia de Dios.
Pero la soberanía de Dios no puede ser ni siquiera amenazada sino que, con gran paciencia, Dios está aguardando a que la maldad originada en Satanás y puesta ahora también en el corazón del hombre, llegue al colmo de sus maquinaciones, al summum, al límite de la perversidad... Y ahí ser destruída por completo, para que no pueda volver a existir jamás.
Satanás no se da por vencido, y desde que se despertó en su corazón el querer ser igual a Dios, ha reclutado a muchos en contra del Creador, al que no pueden tocar, mas sí pueden equipararse en potencia contra el hombre, y contra las criaturas celestiales.
Pablo así explicaba cuándo se daría el día de la segunda venida del Señor, hablando del hombre malo como el hombre de pecado o hijo de perdición :
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
2 Tesalonicenses 2:3-4
Este es del que será librado su remanente, el cual clamará a Dios como David en este salmo, y durante el establecimiento del reino milenial será echado al lago de fuego.
ACCIÓN:
De la misma manera que David clamó, y el remantene fiel clamará a Dios para ser librado de este hombre malo, los creyentes nos hacemos blanco perfecto de ataque directo del enemigo y podemos acabar muy dañados si es que no nos protegemos bajo el amparo de Dios acudiendo a Su presencia y en sometimiento a los pies de Cristo.
El apóstol Juan nos aconseja, con respecto al anticristo:
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
1 Juan 2:28
Esta permanencia en él trata de vivir una vida devocional activa y permanente que nos aporta más conocimiento de Dios, sabiduría, una fe más firme y una buena armadura espiritual contra tentaciones y engaños.
Y yo me pregunto si sé detectar al hombre malo en mi día a día o si por el contrario, mi vida devocional sea tan pobre que me haya dejado embaucar con sus engaños.
Hoy es día de acudir sin falta al Padre, en ejercicio de detectar por dónde la maldad me está atacando y queriéndome dañar.
Eterno Padre celestial, hoy acudo a Ti tras Tu palabra que me apremia a pedirte auxilio. Pues he leído y comprendido que mi relación contigo no es lo estrecha que debiera, sino que en dejadez me he confiado y estoy dejando que la maldad llegue hasta mí, me arme lazo y ponga trampas alrededor mío. En corazón contrito y humillado te pido perdón por descuidar mi relación contigo y con Tu palabra. Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, líbrame del asedio en que me ha llevado mi falta de perseverancia y guarda mis pies para que no caigan en las trampas. En el nombre de Jesús, Tu Hijo y Señor mío, te lo pido. Amén.
Selah... David necesita ayuda y sabe muy bien a quien pedirla, Dios es el oidor de su señal de socorro en medio de las persecuciones y amenazas.
El hombre malo lo acecha, y David razona el por qué necesita ser guardado de hombres violentos, de las asechanzas de los soberbios y de no ser atrapado entre manos del impío.
Selah... Y al parecer hay quien lidera un ataque directo contra David, ya pueda ser Saúl u otro, el cual ordena a muchos en contra suyo. Un momento de extrema y continua amenaza contra él que lo apremia a concretar sin dilaciones la petición de auxilio a su Protector, quien le ungió por rey cuando era pastor y le puso en el trono, al retoño de Isaí.
APLICACIÓN:
No es ninguna sorpresa que Satanás busca frustrar el plan de Dios desde los inicios tras Su creación de los cielos y la tierra. Tanto así que consiguió, como buen embaucador, que en Eva se despertara la ambición y Adán cayera en desobediencia, perdiendo el derecho a continuar en la presencia de Dios.
Pero la soberanía de Dios no puede ser ni siquiera amenazada sino que, con gran paciencia, Dios está aguardando a que la maldad originada en Satanás y puesta ahora también en el corazón del hombre, llegue al colmo de sus maquinaciones, al summum, al límite de la perversidad... Y ahí ser destruída por completo, para que no pueda volver a existir jamás.
Satanás no se da por vencido, y desde que se despertó en su corazón el querer ser igual a Dios, ha reclutado a muchos en contra del Creador, al que no pueden tocar, mas sí pueden equipararse en potencia contra el hombre, y contra las criaturas celestiales.
Pablo así explicaba cuándo se daría el día de la segunda venida del Señor, hablando del hombre malo como el hombre de pecado o hijo de perdición :
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
2 Tesalonicenses 2:3-4
Este es del que será librado su remanente, el cual clamará a Dios como David en este salmo, y durante el establecimiento del reino milenial será echado al lago de fuego.
ACCIÓN:
De la misma manera que David clamó, y el remantene fiel clamará a Dios para ser librado de este hombre malo, los creyentes nos hacemos blanco perfecto de ataque directo del enemigo y podemos acabar muy dañados si es que no nos protegemos bajo el amparo de Dios acudiendo a Su presencia y en sometimiento a los pies de Cristo.
El apóstol Juan nos aconseja, con respecto al anticristo:
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
1 Juan 2:28
Esta permanencia en él trata de vivir una vida devocional activa y permanente que nos aporta más conocimiento de Dios, sabiduría, una fe más firme y una buena armadura espiritual contra tentaciones y engaños.
Y yo me pregunto si sé detectar al hombre malo en mi día a día o si por el contrario, mi vida devocional sea tan pobre que me haya dejado embaucar con sus engaños.
Hoy es día de acudir sin falta al Padre, en ejercicio de detectar por dónde la maldad me está atacando y queriéndome dañar.
Eterno Padre celestial, hoy acudo a Ti tras Tu palabra que me apremia a pedirte auxilio. Pues he leído y comprendido que mi relación contigo no es lo estrecha que debiera, sino que en dejadez me he confiado y estoy dejando que la maldad llegue hasta mí, me arme lazo y ponga trampas alrededor mío. En corazón contrito y humillado te pido perdón por descuidar mi relación contigo y con Tu palabra. Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, líbrame del asedio en que me ha llevado mi falta de perseverancia y guarda mis pies para que no caigan en las trampas. En el nombre de Jesús, Tu Hijo y Señor mío, te lo pido. Amén.
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