UN SELAH DE ESTUPEFACCIÓN.
¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?
Desde los cielos hiciste oír juicio;
La tierra tuvo temor y quedó suspensa cuando te levantaste, oh Dios,
para juzgar, para salvar a todos los mansos de la tierra.
Selah
Salmos 76:7-9
REFLEXIÓN:
Selah... En reconocimiento de la sublime imponencia de Dios, Asaf medita: ¿quién podrá tenerse en pie ante Su Majestuosidad?
Selah... Y ante el desconcierto de la tierra, el Señor se levanta en juicio y en rescate.
A unos para confusión vergüenza y a otros para vida eterna.
APLICACIÓN:
La clara inspiración de Dios hacia los acontecimientos escatológicos, nos lleva a los momentos en que se abre la veda de juicio y rescate del Señor, en Su segunda venida. Podríamos citar a Daniel en continuidad de este selah, pues armoniza perfectamente:
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Daniel 12:2
Si bien estos dos acontecimientos, los profetas del Antiguo Testamento los interpretaban como uno solo, a la luz de las Escrituras Neotestamentarias y en perspectiva de la revelación completa, podemos ver el desglose de ellos y cómo primeramente se va a llevar a cabo un rescate para que más adelante se de el juicio.
ACCIÓN:
Dios revela en Su Palabra cómo va a haber un juicio de pago por toda la maldad de los hombres y su dura condena que es el infierno. Pero Dios nos lo sentencia para poner en preaviso al hombre, de cuál es su destino si no acepta a Cristo en su rescate.
Es hora de hacer autoexamen y de asegurarnos de cuál sea el estado de nuestra alma, si ha sido redimida en Cristo o si aún vivimos muertos en pecados y delitos.
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
2 Corintios 13:5
Pues el que cree que Jesús es el hijo de Dios y que Dios le levantó de los muertos, éste es redimido por la sangre derramada en la cruz y hallado justificado a ojos de Dios por medio de Cristo. Pero el que sabiéndolo, aunque viva dentro de un marco cristiano, si no ha experimentado el nuevo nacimiento, sigue bajo el peso del juicio de Dios sobre su cabeza.
Hoy es el día de creer en el Señor Jesucristo y aceptarlo como Señor y Salvador y librarnos de la condena.
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