Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada.
Dios hace habitar en familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en tierra seca. Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, Selah
Salmos 68:4-7
REFLEXIÓN:
Selah... La exultante celebración de David en cántico de alabanzas a Dios, al que dá paternidad al huérfano, defiende a las viudas, junta al solitario y al esclavo lo enriquece.
Una restauración que contrasta visiblemente con el infausto pago que recibe el rebelde, de parte de Dios.
Selah... Y se abre en el recuerdo el rescate de Dios a su pueblo y Su estancia en el desierto, acompañando a lo suyo.
APLICACIÓN:
Igual que en Adán se propició la muerte y el despropósito autodestructivo del hombre y de la creación por la obra de sus manos. El Señor Jesucristo vino a restaurarlo todo en Él y por Él.
Esta restauración se inició con Su llegada al mundo en forma de hombre, así como un bebé cualquiera que nace día a día, nació el Señor con cuerpo de carne y huesos. Aún tuvo que pasar el tiempo de su crecimiento hasta su madurez, en que Dios marcara el inicio de Su ministerio como el Mesías presentando Su Reino al pueblo. Pero ellos no lo quisieron, y sus máximos representantes lo mandaron matar por manos romanas, condenado como un maldito. Al tercer día resucitó y se inició la segunda parte de su ministerio, la cual fue la de preparar a sus discípulos en conocimiento espiritual y práctico.
Una vez ascendido a la diestra del Padre, el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Se dá un paso más en la obra restauradora del Hijo por medio del Espíritu Santo.
La iglesia somos el canal de restauración del hombre para con Dios.
Por tanto, como candeleros, estamos llamados y debemos llevar la luz de Cristo al mundo, para que esta luz de Su gracia alcance a las almas que depositen la fe en Él.
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada.
Dios hace habitar en familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en tierra seca. Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, Selah
Salmos 68:4-7
REFLEXIÓN:
Selah... La exultante celebración de David en cántico de alabanzas a Dios, al que dá paternidad al huérfano, defiende a las viudas, junta al solitario y al esclavo lo enriquece.
Una restauración que contrasta visiblemente con el infausto pago que recibe el rebelde, de parte de Dios.
Selah... Y se abre en el recuerdo el rescate de Dios a su pueblo y Su estancia en el desierto, acompañando a lo suyo.
APLICACIÓN:
Igual que en Adán se propició la muerte y el despropósito autodestructivo del hombre y de la creación por la obra de sus manos. El Señor Jesucristo vino a restaurarlo todo en Él y por Él.
Esta restauración se inició con Su llegada al mundo en forma de hombre, así como un bebé cualquiera que nace día a día, nació el Señor con cuerpo de carne y huesos. Aún tuvo que pasar el tiempo de su crecimiento hasta su madurez, en que Dios marcara el inicio de Su ministerio como el Mesías presentando Su Reino al pueblo. Pero ellos no lo quisieron, y sus máximos representantes lo mandaron matar por manos romanas, condenado como un maldito. Al tercer día resucitó y se inició la segunda parte de su ministerio, la cual fue la de preparar a sus discípulos en conocimiento espiritual y práctico.
Una vez ascendido a la diestra del Padre, el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Se dá un paso más en la obra restauradora del Hijo por medio del Espíritu Santo.
La iglesia somos el canal de restauración del hombre para con Dios.
Por tanto, como candeleros, estamos llamados y debemos llevar la luz de Cristo al mundo, para que esta luz de Su gracia alcance a las almas que depositen la fe en Él.
porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.
Lucas 9:56 a b.
Pero el Señor no viene solo a traer restauración, sino también ha de venir a traer pago como Juez Justo, sobre toda alma perversa que atentó contra Él y contra sí misma.
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Apocalipsis 19:15
ACCIÓN:
Tras lo leído se desprende la siguiente pregunta: ¿Vives conforme a la recepción de la restauración de Cristo en tu vida, o te estás dejando llevar en la ventura de recibir pago del Juez Justo, por toda tu maldad?
Hoy es día de tomar la determinación: ¿restauración o pago?
Concluyo la reflexión con el siguiente pasaje:
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Juan 3:17-18
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