UN SELAH DE ADMONICIÓN, Salmos 81:1-7.

UN SELAH DE ADMONICIÓN.

Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob aclamad con júbilo. Entonad canción, y tañed el pandero,
el arpa deliciosa y el salterio.
Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne. Porque estatuto es de Israel, ordenanza del Dios de Jacob.
Lo constituyó como testimonio en José cuando salió por la tierra de Egipto.
Oí lenguaje que no entendía;
Aparté su hombro de debajo de la carga;
Sus manos fueron
descargadas de los cestos.
En la calamidad clamaste, y yo te libré;
Te respondí en lo secreto del trueno;
Te probé junto a las aguas de Meriba.
Selah
Salmos 81:1-7

REFLEXIÓN:

Selah... Y avisado está el pueblo por la letra plasmada en este Salmo. ¿Cuántas veces hay que convocar a los hombres para que alaben a su Rescatador?

Asaf los apercibe al gozo y a la instrumentación conmemorativa por decreto de Dios, haciendo despertar en su memoria,  cómo les guardó de la extinción de su estirpe, reservando a José como gobernador en Egipto.

Días de bonanza en medio de la hambruna, para un pueblo que olvida, crece y se vuelve esclavo de quien lo recibió con honores diplomáticos en calidad de familiar de quien fuera el homónimo a faraón.

Selah... Y en tierra extranjera, Dios les sacó de la esclavitud, liberó sus cuerpos de cargas, y se les dió de beber de la Roca de frescas aguas en Meriba.

APLICACIÓN:

Dios es soberano, y en Su soberanía le ha placido mantener al hombre en la tierra a pesar de no haber pasado la prueba de la obediencia desde el mismo jardín de Edén.

En su transgresión, Adán trajo a su estirpe, desde entonces y hasta la fecha, la esclavitud y la carga del pecado y de la muerte.

Pero a Dios le plació tratar con el hombre a través de una nación en la que naciera nuestro Rescatador y Liberador del pecado. Haciéndose hombre siendo Dios, el Hijo nació como tal. El Eterno saboreó el paso del tiempo mientras crecía y se desarrollaba de niño a adulto, y de adulto a Mesías. Teniendo que aprender a esperar el inicio de Su ministerio en la tierra.

Este Mesías es Jesús de Nazaret, y se entregó a sí mismo en la cruz del calvario. Derramó hasta la última gota de su sangre, y entregando su espíritu, se hizo la consumación del rescate y la liberación de nuestras almas al pecado. Resucitó al tercer día y habiendo ascendido a los cielos, ahora está a la diestra del Padre, donde aguarda el día de Su segunda venida, para hacer desaparecer por completo todo resquicio de maldad en toda Su creación.

De manera que todo aquel que deposita su fe en el Señor Jesucristo, es justificado por Él y liberado así de la carga del pecado y de la muerte.

Ahora Dios convoca a sus redimidos, a alabarle y gozarse haciendo memoria del rescate y del sustento en Cristo. Para que sea proclamado por todo el mundo el evangelio de la gracia y pueda alcanzar a muchos.

ACCIÓN:

Y yo pregunto: ¿Has experimentado la gracia de Dios en tu vida a través de Jesucristo?

Si la respuesta es no, este es el momento de agarrar la mano extendida de Dios en la persona del Señor Jesucristo, depositar tu fe en el y aceptarlo como Señor y Salvador en tu corazón.

Hermano, ya que hemos sido rescatados por el mayor precio que se ha podido y se podrá pagar jamás, que es la sangre del unigénito Hijo de Dios, entregado por nosotros en la cruz. No calle nuestra boca ni olvide, ¡sea proclamado en todo el mundo Su Santo nombre!