Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.
Nehemías 8:11-12
Llegaba el final de la mañana de lectura para el pueblo y tocaba momento de reflexión.
Se les llamó, pues, al silencio, para que con serenidad fueran asimilando la Palabra, el consejo y la aplicación a sus vidas.
La implementación se comenzó a llevar a cabo con la comida y la repartición de alimentos.
El simple hecho de saberse enterados de la verdad y con disposición de obedecerla les generó un gran regocijo.
¡Cuán reconfortante es dejar que la Palabra remueva nuestro ser, dejando que se manifieste en nosotros el fruto del Espíritu!
He aquí el resultado de la correcta exposición de la palabra de Dios, cuyas claves nos ha mostrado Esdras durante la lectura de los primeros doce versículos del capítulo ocho de Nehemías:
Un llamado al discernimiento, vv.1-3: De todo el pueblo, se llamó a congregar a todos los que tuvieran uso de razón, es decir, capacidad de entender la exposición de la ley.
Centrando el mensaje, vv.4-5: A la vista de todos, en una posición más alta del predicador, poniendo como clara y única protagonista del mensaje a la Ley de Moisés.
En alabanza y adoración, v.6: Presentando la lectura a Dios en alabanza y disponiendo todo el pueblo su corazón en adoración, para recibir la palabra de Dios.
Claridad y asistencia, vv. 7-8: Procurando que nadie se quedara sin poder escuchar y entender la lectura de Esdras por medio de asistentes levitas, congregados a la obra de Dios y entendidos en las Escrituras.
Removiendo conciencias, v. 9: Dejando que sea la propia palabra de Dios y el Espíritu Santo obrando a través de ella, la que confronte los corazones de la audiencia, sin florituras ni añadiduras humanas sensacionalistas.
Concretando la aplicación, v. 10: Ofreciendo tras la lectura unas instrucciones muy concretas para facilitar al pueblo la aplicación de la enseñanza a sus vidas.
Reflexión y resultado, vv. 11-12: Apartando un momento para meditar, antes de despedir a la audiencia al finalizar la lectura. De modo que la implementación de la enseñanza se hizo visible, comenzando a dar fruto desde el primer momento. Siendo este un motivo de gran gozo en todo el pueblo.
Es que no hay nada más beneficioso al hombre que ocupar su mente de meditaciones en la palabra de Dios.
Porque el centro de toda la Escritura es Cristo, y para todo aquel que es de Cristo, las frecuentes reflexiones de las Escrituras producen en él un cada vez más marcado carácter de Cristo, por la obra transformadora del Espíritu Santo a través de la Palabra y por el crecimiento en el conocimiento de Dios y de Sus bondades.
Bien lo decía el escritor del salmo más largo de todo el salterio:
"Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación."
Salmos 119:98-99
Para todo cristiano es un gozo y un enorme privilegio poder congregarse para escuchar la palabra de Dios y recibir enseñanza de ella.
Existen creyentes en el mundo que no tienen esta oportunidad o que no tienen acceso a una Biblia propia para leerla a diario en sus casas o repasar el mensaje recibido en el culto.
Aunque por lo general somos muchos cristianos los que tenemos la gran concesión de poder disfrutar de congregarnos y de disponer de varias Biblias en nuestro hogar.
Sin embargo los hermanos menos favorecidos en este sentido son los más consagrados, fieles y perseverantes en la fe, aún en medio de persecuciones o pobreza.
Esto se debe a que, a falta de disponer de una Biblia física o digital en la cual consultar cuando se quiera, mantienen sus pensamientos en continua meditación de toda la Palabra de Dios recibida y retenida en la memoria.
Porque el que se mantiene en la voluntad de Dios no es el que más capítulos de la Biblia es capaz de leer cada día, sino el que aún habiendo leído un sólo capítulo, lo medita de día y de noche, y lo implementa en su vida.
¿Cuánto tiempo ocupamos en reflexionar sobre la palabra de Dios?
"Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah."
Salmos 4:4
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