jueves, 17 de febrero de 2022

EL RECORRIDO EN LA MURALLA, Nehemías 12:31-42

EL RECORRIDO EN LA MURALLA, Nehemías 12: 31-42

"Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar." (...)
"Y a la puerta de la Fuente, en frente de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente. El segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho; y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la Cárcel. Llegaron luego los dos coros a la casa de Dios; y yo, y la mitad de los oficiales conmigo," (...)
"Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el director."
Nehemías 12:31-42

Tras la finalización de las obras y las lecturas de la Ley, con sus correspondientes correcciones en el pueblo y aplicación de la misma, se daba paso a la ceremonia de cierre de la inauguración del muro y del nuevo comienzo en la ciudad santa.

Con músicas y cantos tuvieron lugar  grandes muestras de júbilo y alabanza, en gratitud a Dios por las grandes maravillas hechas para con Su pueblo.

Seguidamente, y en colofón de la ceremonia, se dio paso a un recorrido dedicatorio por las recién estrenadas murallas de la ciudad.

Porque las murallas no se trataban de simples paredes, sino que a modo de edificación estructurada se extendía por todo el rededor de Jerusalén, cuya terraza permitía el paso holgado de los vigías que guardaban la ciudad y, en este caso, el paseo del comité ceremonial con parte del pueblo, sus principales y sus coros de acompañamiento.

No se trató de un recorrido al uso, siguiendo un orden, según la construcción de la muralla, sino de una selección por tramos, de una relevancia especial, según supusieran para el pueblo, conforme a la disposición de cada uno.

Desde la derecha irían, pues, primeramente hacia la puerta del Muladar, de donde se trasladarían hasta la puerta enfrentada, que era la de la Fuente, para continuar hasta la puerta de las Aguas.

El resto de la comitiva recorrería desde la Torre de los Hornos (esta se encontraba cerca de la puerta del Valle), y por el muro ancho hasta la puerta Vieja, la cual sería el punto de encuentro para con los que se aproximaban desde la puerta de Efraín, en la zona amurallada interior de la ciudad.

De allá proseguirían hacia la puerta del Pescado, pasando por las torres de Hananeel y Hamea, hasta llegar a la puerta de las Ovejas y, de ahí, retornar hasta la puerta de la Cárcel para reencontrarse los dos coros y fundirse en alabanzas, con Izrahías en dirección de ellas.

Quizá, leído por encima y a voz de pronto, no nos sugiera nada esta extraña organización inaugural, excepto la poca ortodoxia en la forma de plantear el recorrido.

Pero al igual que el orden en que se registró la restauración del muro, conforme a las puertas que se fueron levantando en su recorrido, los puntos en el trayecto inaugural también tienen mucho que contarnos, si nos adentramos en el  significado de unos nombres, en el orden en que se llevó a cabo el itinerario o en la relevancia de las puertas.

Ellos pudieron recordar que fueron esclavos librados por Dios con mano poderosa y brazo extendido, consagrados y puestos para testimonio a las naciones.

Llegaron a ser una gran nación recibiendo la ley y la justicia en el Sinaí y ensanchándoles el paso hacia la tierra prometida dejando atrás cuarenta años de vagar en el  desierto.

Todo esto rememoraron hasta la puerta Vieja y, retornados de este exilio, sólo les quedaba mirar hacia adelante, hacia la promesa de la gracia de Dios a través del Mesías, el Redentor, y el que vendría a establecer Su reino para siempre, derrotando a la maldad.

Porque sobre todo esto ya escucharon a través de los profetas, de los cuales Enoc fue del que primero se registra que anunciara claramente el evento de la venida del Señor en toda Su gloria:

"De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él."
Judas 1:14-15

Y como Isaías profetizó de Él:

"Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido."
Isaías 53:7-8

Y hacia estas promesas dirigieron sus miradas y sus cánticos de celebración, dirigidos por aquel cuyo nombre, Izrahías, les confirmaba la promesa "Yahvé se levantará" o "Yahvé brillará".

Y al paso de los siglos la promesa del Redentor se materializó con el Señor Jesucristo, Dios hecho carne y habitando entre los hombres, pero sin pecado. Para entregarse en sacrificio cual cordero pascual, para hacer pasar por alto la muerte a todo aquel que en Él cree, redimiéndolo de sus pecados.

Más de dos milenios después de que el Mesías se despojó de Su gloria para bajar a lo más humilde y pobre de la humanidad, tenemos acceso a un más amplio panorama por el cumplimiento de unas profecías y por la plenitud de las revelaciones por medio de los evangelios, las enseñanzas y las últimas revelaciones plasmadas en el libro de Apocalipsis.

De modo que ya no esperamos al Redentor, pues ya lo tenemos, al Señor Jesucristo por medio de quien somos sacados del muladar de nuestros pecados, y adoptados como hijos de Dios por el Espíritu Santo, quien hace morada en nosotros y nos prepara para expandir el evangelio de salvación al mundo.

Una mirada retrospectiva nos sirve para atestiguar la nueva vida en Cristo mientras que, como punto en común con quienes participaron junto con Nehemías en el recorrido del muro, esperamos el día en que el Señor va a volver, y se presentará al mundo con toda Su gloria resplandeciente, ya no como Cordero, sino como el Rey de reyes y Señor de señores, y emitirá juicio y condena eterna a los hacedores de maldad.

Es una bendición poder leer el Antiguo Testamento desde la óptica de Cristo. ¡Gracias a Dios por hacernos disponer de toda la revelación y, lo más importante, de Su gracia para con nosotros a través del Hijo!

A veces uno se puede aburrir leyendo datos históricos que piensa que no tienen nada que ver con su idiosincrasia. Pero cuando esa historia es Cristo plasmado en letra, entonces ya toma la mayor de las relevancias a nuestra vida.

"Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza."
Romanos 15:4


















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