lunes, 15 de noviembre de 2021

UN DECRETO IRREVOCABLE, Esdras 6:7-12


UN DECRETO IRREVOCABLE, Esdras 6:7-12

Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar. Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra. Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno, para que ofrezcan sacrificios agradables al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos. También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto. Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente.
Esdras 6:7-12

REFLEXIÓN:

Y esta será la respuesta del rey Darío una vez consulte las memorias de los archivos en Babilonia, después de haber encontrado y leído el decreto de Ciro con respecto a la orden de reedificación del templo en Jerusalén.

Porque, a base de difamaciones, consiguieron sus enemigos entorpecer y hasta detener por un tiempo las obras de la casa de Dios.

Pero cuando la verdad sale a la luz y esa verdad muestra un tan firme decreto real, con una tan apabullante muestra de apoyo de enseres y colaboración logística, no queda otra que corregir el desencuentro con los judíos lo antes posible, pues no cabe duda que el Dios de Israel ha tenido parte en esta orden.

Porque como bien dice Santiago, que hasta los demonios creen en Dios y tiemblan a Su nombre, en las naciones vecinas a Israel eran conocidas las grandes maravillas que el Dios de Israel había hecho en favor de Su pueblo y Su gran poder. El Dios Justo y Verdadero que asimismo entrega a Su pueblo en manos del enemigo, cuando es necesario, para su corrección, como tan pronto lo libera sin que haya nadie que le pueda hacer frente.

Así que aunque eran paganos y tenían muchos ídolos, jamás se atreverían a oponerse de forma directa al Dios que creó el material con que estaban hechos sus dioses, para no acabar como aquellas naciones que antaño se opusieron a Él.

Gozará el pueblo pues, de nuevo, del beneplácito real Persa y de todas sus provisiones, hasta que las obras de reedificación concluyan.

APLICACIÓN:

Y es que no hay mérito alguno por el cual pueda jactarse el hombre en ningún bien que le acontezca, sino que por la soberanía de Dios y en Su misericordia, le es concedido.

Porque Dios dicta Su voluntad y toda la creación obedece a Su mandato, así como bien dice el salmista:

"Todo lo que Jehová quiere, lo hace,En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos."
Salmos 135:6

Porque Dios es soberano y no hay nada a lo que Su voluntad se vea sujeta, ni aún el momento en que pecó Adán, ni en el acontecimiento anterior a éste, donde la maldad aparece en el corazón de Lucero.

Sino que habiendo Dios creado los cielos y la tierra, antes de toda la creación, Él ya dispuso el plan que iba a ser trazado a lo largo de la historia de la humanidad, así como en lo pertocante a la rebeldía de los habitantes de las regiones celestes, que son el ejército de Satanás.

Claro es que el trato de Dios para con el maligno y sus ángeles no va a ser el mismo, puesto que estos últimos, habiendo gustado desde su inicio de la gloria de Dios en primera persona y poder verlo en Su trono, aún pretendían algo mejor que lo inmejorable, lo cual es gustar de la adoración eterna al Todopoderoso.

En cambio, para con el hombre, un plan de salvación es trazado desde antes de la fundación del mundo. Y Pablo lo expresa a Timoteo de la siguiente manera:

"Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,"
2 Timoteo 1:8-10

Y citando a Don Samuel Pérez Millos, en referencia a la soberanía de Dios en cuanto a Su plan de salvación: "Antes de que Dios dijese "Sea la luz", dijo "Sea la cruz"", porque Él ya había dispuesto al Verbo para ser encarnado y llevado a muerte en la cruz para la ejecución de la redención del hombre, antes incluso que éste hubiera pecado.

Y esta es la gran muestra del amor de Dios:

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
Juan 3:16

Y una vez enviado a muerte, resucitado y ascendido a la diestra del Padre, aguarda el día en que volverá para culminar con Su eterno plan, con la destrucción total y para siempre de la maldad sobre la tierra. Mientras tanto, el Dios soberano dictamina que el hombre se someta a la ley de Cristo la cual es el amor en la ejecución del evangelio de la reconciliación.

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos."
Hechos 17:30-31

Dios en Su soberanía emite una orden a toda la humanidad: que se arrepienta. Asimismo esta no es una soberanía tirana, como imaginan los hombres a los dioses mitológicos, regodeándose de las desgracias humanas, sino que el Dios Altísimo y Creador de todas las cosas liga Su soberanía a Su misericordia, por tanto, así indica Pedro:

"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento."
2 Pedro 3:9

ACCIÓN:

Dios ha decretado desde antes de la fundación del mundo, y este no es un decreto de hombre, que pueda ser revocado.

El decreto de salvación me lleva a tomar una determinación en firme. Y mi determinación es la de anunciar el evangelio de reconciliación para que muchos puedan beneficiarse como yo lo hice, de la redención en Cristo por su obra en la cruz y de la vida eterna con su resurrección al tercer día.

Si mientras tanto, querido lector y compañero de devocionales, no has tomado aún la decisión de reconocer a Jesús como el Señor y el Salvador de tu vida, este es el momento oportuno para hacerlo.

Este versículo es para tí:

"Porque (el Señor) dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación."
2 Corintios 6:2






















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