lunes, 8 de noviembre de 2021

DILIGENTE OBEDIENCIA, Esdras 3:4-6


DILIGENTE OBEDIENCIA, Esdras 3:4-6 

Celebraron asimismo la fiesta solemne de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada día por orden conforme al rito, cada cosa en su día; además de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, y todas las fiestas solemnes de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová. Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.
Esdras 3:4-6 

REFLEXIÓN: 

Con gran diligencia se dispuso el pueblo a cumplir con todas las fiestas conforme a las Escrituras y toda celebración y toda ofrenda que pudieran dar al Dios de Israel sobre el altar que levantaron, justo donde debía estar. 

Ellos celebraban con gran gozo a pesar de no haber aún levantado las paredes del templo ni haberse echado sus cimientos. 

Porque el Dios Todopoderoso los devolvió a su tierra, la que ellos habitaron y  disfrutaron en tiempos de bonanza olvidándose de Dios, y hasta  en los malos momentos, acudiendo a la idolatría, acabando deportados y con la ciudad destruída a pesar de las continuas exhortaciones. 

No obstante, sí hubo un rey que actuó diligentemente en obediencia tan pronto escuchó lo escrito en el libro de la ley, y con temor y reverencia al Dios Altísimo, actuó tajantemente contra toda clase de idolatría levantada en el territorio. Su nombre era Josías, y fue el rey más joven habido en la historia de Israel, quien fue coronado a la temprana edad de 8 años. 

"Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. Luego el rey dio orden (...), diciendo: Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito." 

"Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová. Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta."
(2 Reyes 22:11-13 y 18-20.) 

Lo triste de todo esto es que antes de que los Asirios asolaran la zona y destruyeran por completo el templo de Dios y la ciudad, el templo ya se encontraba en ruinas a causa de la descarada dejadez  por parte de los reyes de Judá. Razón por la que se encontró casualmente el libro de la ley, porque ni siquiera lo estaban buscando, sino que lo halló el sacerdote, sacando el dinero del templo para iniciar las reparaciones pertinentes. 

APLICACIÓN: 

Con la caída de Adán toda la humanidad quedamos apartados de la presencia de Dios, separados de Su Santidad a causa del pecado. Este, el templo consagrado  que Adán había sido hasta antes de su pecado, después de la transgresión se deterioró hasta la muerte. 

Templos destruídos en los cuales no quedaron ni los cimientos, somos los hombres sin Dios. Pero el Padre entregó a Su Hijo unigénito a morir por nosotros, de modo que habiéndose Dios manifestado en carne en la persona de Jesucristo, vino a pagar con su vida el precio de la nuestra, satisfaciendo la deuda por cada uno de nosotros, delante de Dios, por tal de ser hallados justos y aptos para que en nosotros se dé la nueva cimentación del templo en Cristo. 

Y así es como el Señor anunció a Judas Tadeo cómo se había de dar su manifestación a todo aquél que le ama: 

"Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él."
Juan 14:23 

Por cuanto tras la acción de creer en el Hijo y del arrepentimiento se da la conversión de un cuerpo  en ruinas, a la morada edificable del Espíritu Santo la cual es fundamentada en Cristo, conforme explica Pablo a los Efesios, según la acción del evangelio de la reconciliación en aquel que cree: 

"Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu."
Efesios 2:19-22 

Y durante la edificación en el Espíritu Santo se va dando forma a cada creyente según el carácter de Cristo, conforme se va levantando el templo en el entendimiento de la Palabra y en la práctica de ella, para un cada vez mayor conocimiento de Dios y de Su santa voluntad para con nosotros. 

Así es que a cuanta mayor diligencia en la obediencia al sometimiento del creyente conforme a la voluntad de Dios, mayor esperanza y prontitud en mostrar el carácter de Cristo. Y Pablo se hace uso de un espejo para escenificar este proceso: 

"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."
2 Corintios 3:18 

Pero el mismo espejo le sirve a Santiago para exhortar al rezagado que, lejos de ser diligente, ya ni se molesta en poner en práctica lo aprendido en la Palabra de Dios: 

"Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace."
Santiago 1:22-25 

ACCIÓN: 

La Palabra de hoy me exhorta a ser diligente con toda la enseñanza recibida, para aplicarla de forma práctica y asegurarme así en la continuidad de mi edificación en Cristo. 

Porque es responsabilidad personal de cada miembro de la iglesia, que la madurez se vaya dando en edificación mutua y personal, para el crecimiento uniforme del cuerpo de Cristo según la perfección de Su estatura. 

Cierro mi reflexión con una suculenta receta que nos prepara Pedro para la correcta edificación en Cristo: 

"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo."
2 Pedro 1:3-8




















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