SALMOS, HIMNOS Y CÁNTICOS ESPIRITUALES, Esdras 3:8-10.
En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra de la casa de Jehová. Jesúa también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para activar a los que hacían la obra en la casa de Dios, junto con los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas. Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel.
Esdras 3:8-10
REFLEXIÓN:
En el momento estimado, tal como Zorobabel recibió de Zacarías que levantaría el altar y echaría el cimiento del templo, así se dispusieron todos.
"Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra."
Zacarías 4:6-10
Y así Zorobabel, por parte del linaje real, y Jesúa por la del sacerdocio, pusieron a todos a sus puestos y en vistas de cuándo el personal de albañilería daría inicio a sus trabajos para acompañarlos con la comitiva musical, tal cual lo hubiera mandado hacer el rey David o Salomón en su momento.
APLICACIÓN:
Un gozo especial hubo cuando se echaban los cimientos de la iglesia en Cristo, así como el gozo de aquellos que presenciaban el inicio en la cimentación del templo por mando de Zorobabel.
Mientras Dios trabajaba en cada uno de los apóstoles por medio de las circunstancias y aflicciones, el Espíritu Santo que moraba en ellos les avivaba cada vez más, por cuanto mayores iban siendo las pruebas.
De este modo se aseguró una firme y sólida cimentación sobre la base recta que es Cristo y donde no cabría la menor duda de la necesaria intervención de Dios durante los acontecimientos que daban forma al cuerpo de Cristo, conformándose con los primeros hermanos en la fe. Una fe muy robusta, por cuanto provenía de haber sido testigos directos de todas las señales y prodigios con los que les capacitó Dios a los apóstoles.
Así es que vemos a Pablo y Silas después de haber sido duramente azotados y echados en el más oscuro calabozo, cómo aún sus himnos resonaban por toda la cárcel, momentos antes del milagro que causaría la conversión del carcelero y, posteriormente, de toda su familia.
"Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían."
Hechos 16:23-25
Y es que este es el distintivo por excelencia en contraste con los que no tienen esperanza: el gozo de la seguridad eterna, de la redención y de la vida en Cristo. Un estado no descriptible con palabras, porque se quedan cortas, aunque, en acercamiento a la definición más fidedigna, se podría decir que el gozo en el Espíritu trata de la capacidad sobrenatural de mantener un constante ánimo positivo y esperanza al márgen del escenario externo en el que al creyente le toca experimentar, ya sea de bonanza o en medio de grandes dificultades.
Sea como fuere, en el corazón del creyente siempre hay un espacio para los salmos, los himnos, y los cánticos espirituales, al son de cada latido, y por cada una de sus exhalaciones.
Y la manifestación del gozo interno viene a ser exhortación de Pablo a los Colosenses, con ánimo de afianzar en ellos la seguridad de su identidad como hijos de Dios, en medio de las labores de edificación mutua en Cristo, por cuanto en Cristo somos puestos por cuerpo, y miembros los unos de los otros.
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales."
Colosenses 3:16
Estamos llamados pues, a echar mano de cómo se edificaban nuestros hermanos de la primera iglesia y tomar ejemplo de ellos, aplicándolo a nuestras vidas:
"Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos."
Hechos 2:46-47
ACCIÓN:
Toda esta reflexión me hace surgir la siguiente pregunta: ¿Cón qué ánimo sirvo al cuerpo de Cristo y me mantengo en la cotidianidad de mi diario vivir en Él?
Si es que mi respuesta fuera la queja, el desánimo, o las malas ganas, entonces ya sé que debo corregir de inmediato esta actitud y someter a Cristo todos mis pensamientos.
Si la respuesta a mi pregunta me hace recordar las alabanzas con las que amanece mi corazón en todas mis mañanas, sean buenas o malas, terrenalmente hablando, esto me indica que mis pasos progresan en Cristo.
Tome ánimo mi alma y no se deje amedrentar por las ruinas de lo que fue. Sírvame este versículo para mi aliento el día de hoy:
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."
Hebreos 12:1-2
En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra de la casa de Jehová. Jesúa también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para activar a los que hacían la obra en la casa de Dios, junto con los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas. Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel.
Esdras 3:8-10
REFLEXIÓN:
En el momento estimado, tal como Zorobabel recibió de Zacarías que levantaría el altar y echaría el cimiento del templo, así se dispusieron todos.
"Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra."
Zacarías 4:6-10
Y así Zorobabel, por parte del linaje real, y Jesúa por la del sacerdocio, pusieron a todos a sus puestos y en vistas de cuándo el personal de albañilería daría inicio a sus trabajos para acompañarlos con la comitiva musical, tal cual lo hubiera mandado hacer el rey David o Salomón en su momento.
APLICACIÓN:
Un gozo especial hubo cuando se echaban los cimientos de la iglesia en Cristo, así como el gozo de aquellos que presenciaban el inicio en la cimentación del templo por mando de Zorobabel.
Mientras Dios trabajaba en cada uno de los apóstoles por medio de las circunstancias y aflicciones, el Espíritu Santo que moraba en ellos les avivaba cada vez más, por cuanto mayores iban siendo las pruebas.
De este modo se aseguró una firme y sólida cimentación sobre la base recta que es Cristo y donde no cabría la menor duda de la necesaria intervención de Dios durante los acontecimientos que daban forma al cuerpo de Cristo, conformándose con los primeros hermanos en la fe. Una fe muy robusta, por cuanto provenía de haber sido testigos directos de todas las señales y prodigios con los que les capacitó Dios a los apóstoles.
Así es que vemos a Pablo y Silas después de haber sido duramente azotados y echados en el más oscuro calabozo, cómo aún sus himnos resonaban por toda la cárcel, momentos antes del milagro que causaría la conversión del carcelero y, posteriormente, de toda su familia.
"Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían."
Hechos 16:23-25
Y es que este es el distintivo por excelencia en contraste con los que no tienen esperanza: el gozo de la seguridad eterna, de la redención y de la vida en Cristo. Un estado no descriptible con palabras, porque se quedan cortas, aunque, en acercamiento a la definición más fidedigna, se podría decir que el gozo en el Espíritu trata de la capacidad sobrenatural de mantener un constante ánimo positivo y esperanza al márgen del escenario externo en el que al creyente le toca experimentar, ya sea de bonanza o en medio de grandes dificultades.
Sea como fuere, en el corazón del creyente siempre hay un espacio para los salmos, los himnos, y los cánticos espirituales, al son de cada latido, y por cada una de sus exhalaciones.
Y la manifestación del gozo interno viene a ser exhortación de Pablo a los Colosenses, con ánimo de afianzar en ellos la seguridad de su identidad como hijos de Dios, en medio de las labores de edificación mutua en Cristo, por cuanto en Cristo somos puestos por cuerpo, y miembros los unos de los otros.
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales."
Colosenses 3:16
Estamos llamados pues, a echar mano de cómo se edificaban nuestros hermanos de la primera iglesia y tomar ejemplo de ellos, aplicándolo a nuestras vidas:
"Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos."
Hechos 2:46-47
ACCIÓN:
Toda esta reflexión me hace surgir la siguiente pregunta: ¿Cón qué ánimo sirvo al cuerpo de Cristo y me mantengo en la cotidianidad de mi diario vivir en Él?
Si es que mi respuesta fuera la queja, el desánimo, o las malas ganas, entonces ya sé que debo corregir de inmediato esta actitud y someter a Cristo todos mis pensamientos.
Si la respuesta a mi pregunta me hace recordar las alabanzas con las que amanece mi corazón en todas mis mañanas, sean buenas o malas, terrenalmente hablando, esto me indica que mis pasos progresan en Cristo.
Tome ánimo mi alma y no se deje amedrentar por las ruinas de lo que fue. Sírvame este versículo para mi aliento el día de hoy:
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."
Hebreos 12:1-2
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