TEMOR REVERENTE, Esdras 7:23
Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente para la casa del Dios del cielo; pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus hijos?
Esdras 7:23
REFLEXIÓN:
Porque Dios es Soberano y nadie puede hacerle frente, si Él ordena no hay quien se pueda resistir. De hecho ni siquiera Satanás y los demonios pueden hacer nada si no se da la permisividad de Dios sobre la tierra.
De todo esto está muy enterado el rey Artajerjes, por cuanto ha tenido oportunidad de saber del verdadero Dios Altísimo a través de Esdras, durante su ahinco en adquirir el mayor conocimiento posible sobre los libros de la ley.
Y por cuanto la historia también habla de las grandes maravillas de Dios y del peso de toda su ira o de parte de ella, dejada caer sobre quienes se le oponen, el rey Persa va a tratar de evitar, por todos los medios posibles, tener que sufrir el enfado Divino.
Es curioso cómo Dios se manifestó en Su poder y Su gloria desde el inicio y hasta el fin de la época del exilio, a los varios reyes de los dos imperios Babilónico y Medo-Persa, de modo que no dejó lugar a dudas de Su magnificencia.
También es cierto que, aunque la Biblia recoge palabras de estos reyes paganos reconociendo al único Dios vivo y verdadero, no se halla registro de que alguna vez dejaran de adorar a toda su colección de dioses creados por el hombre.
Y es que ya bien lo dice la Palabra:
"Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan."
Santiago 2:19
Porque hasta ellos están sujetos a la voluntad decretiva y permisiva de Dios. Y tanta atención le prestan que reconocieron al Señor Jesucristo, como el Hijo de Dios, mientras anduvo entre los hombres, así como también aquella legión demoníaca que dominaba al gadareno, la cual acudió precipitadamente ante Jesús para postrarse clamando piedad.
APLICACIÓN:
Y he aquí un fallito recurrente en la iglesia desde el primer siglo, que en la confianza de la seguridad eterna en Cristo y de su identidad en Él, no echa mano del temor reverente hacia el Todopoderoso Dios, sino que teniéndolo por Padre, en aprovechamiento de la familiaridad y pretendiéndose una madurez que aún no tiene, minimiza los peligros del exceso de la secularidad, llegando a minimizar incluso los pecados de omisión que se cometen cuando uno está perdiendo un tiempo que Dios le ha dado para su aprovechamiento sobre la tierra.
Y como los niños se desmadran cuando no están supervisados por un adulto, así mismo sucede en la iglesia si es que no se tiene la sensación de estar siendo observados por una figura de autoridad.
Por este motivo Pablo va a instar a los de Filipos a que se ocupen con el mismo empeño en su edificación en su ausencia como si lo tuvieran delante.
"Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."
Filipenses 2:12-13
Y como también dice, el querer y el hacer son producidos por Dios en cada uno de los creyentes dispuestos a servir.
ACCIÓN:
Porque mientras queden letras aludiendo a la obediencia de un rey pagano a Dios, y su profundo temor y respeto hacia Él, continuarán las confrontaciones de la Palabra de Dios a nuestro diario vivir en Cristo.
Lo que resulta es que fuimos redimidos en Cristo, cuando reconocimos en Jesús a nuestro Señor y Salvador, y ahora nos sentimos a salvo y seguros del inconmemsurable amor de Dios en nuestras vidas. Esta seguridad debería fortalecernos y animarnos a ser cada vez más parecidos a Cristo, conforme Él se sometió al Padre como el siervo a su Señor.
Sin embargo esto está causando en muchos casos el efecto contrario, que el creyente se relaja y comienza a dar lugar a un diario vivir acorde a sus preferencias personales al márgen de la posibilidad de que Dios pueda airarse y enviar una dura disciplina.
Por cuanto un pagano atendió,odedeció y ordenó obediencia a todos los judíos, para con su Dios Todopoderoso, sirvamos pues tambien nosotros, con temor y reverencia, a nuestro Padre celestial.
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