NECESARIA INTERCESIÓN, Esdras 8:15-20
Los reuní junto al río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de los hijos de Leví. Entonces despaché a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, hombres principales, asimismo a Joiarib y a Elnatán, hombres doctos; y los envié a Iddo, jefe en el lugar llamado Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los sirvientes del templo en el lugar llamado Casifia, para que nos trajesen ministros para la casa de nuestro Dios. Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví, hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho; a Hasabías, y con él a Jesaías de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte; y de los sirvientes del templo, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos los cuales fueron designados por sus nombres.
Esdras 8:15-20
REFLEXIÓN:
La nación de Israel siempre ha requerido de quien intercediera por el pueblo delante de Dios.
Dios estableció que los levitas serían esos intercesores, sirvientes en exclusiva del templo, que velarían por el resto de Israel ofreciendo los sacrificios pertinentes por sus pecados y los de ellos propios.
Puesto que acababan de salir de un exilio de setenta años y de la reciente construcción del templo, ya que fue destruído por los asirios, les era de vital importancia disponer del mayor número posible de personal sacerdotal y empleado de las labores del templo, los de la descendencia de Leví.
Esdras era sacerdote de los hijos de Aarón, nadie podría entender mejor que él la importancia de la labor intercesora de los levitas.
No habiéndolos encontrado entre el recuento de los que subirían con él a Jerusalén, delegó a los jefes y maestros a mandarlos a buscar a Casifia.
De este lugar de exilio de sacerdotes, levitas y sirvientes del templo, debían convencer a Iddo para que salieran los solicitados.
Es curioso que los que salieron para ir con Esdras eran hijos de Mahli, el cual nombre significa débil o enfermizo. Sea como fuere, si débiles o no, Esdras no se aventuraría a salir de camino a Jerusalén sin un equipo intercesor tan necesario como los levitas.
APLICACIÓN:
El sistema de intercesión sacerdotal en Israel fue creado para ser sombra de la perfecta intercesión que vendría más adelante con el Señor Jesucristo. Siendo el sumo sacerdote el tipo de Cristo, quien siendo también el Cordero, ejerció a su vez de perfecto Sumo Sacerdote, entregándose a Sí mismo en pago por los pecados, ya no sólo de Israel, sino de toda la humanidad.
Así que después de la consumación de la obra redentora en la cruz del Calvario por el Señor Jesucristo, y en su resurrección y ascensión a la diestra del Padre, vino a nacer Su iglesia. Formada por todos los redimidos por la fe en Cristo Jesús, venían a disponer de un perfecto y perpetuo intercesor para con Dios.
Aún así hubieron en el primer siglo unos creyentes que no acabaron de entender su nueva vida en Cristo y, por consiguiente, la función del Señor como perfecto redentor e intercesor de su iglesia. Estos se trataban de los primeros judíos convertidos durante su estancia en Jerusalén, mientras se daba la primera celebración del Pentecostés, inmediatamente después de las fiestas pascuales en las que el Señor Jesucristo fue muerto y resucitado.
Pues en esta festividad se reunían judíos provenientes de tierras extranjeras donde se encontraban dispersos y, habiendo presenciado el testimonio y la predicación de los apóstoles recién bautizados por el Espiritu Santo en el aposento alto, se convirtieron a Cristo y al poco se volvieron cada uno a su lugar de origen.
El resultado es que habiéndose convertido en nuevas criaturas en el Señor Jesucristo, no llegaron a profundizar más en el conocimiento de Él, sino que se limitaron a vivir en sus costumbres judías tal y como lo anduvieron haciendo antes de su conversión.
Fue necesario pues, que una carta les fuera enviada en corrección e instrucción, pues, aún a tres o cuatro décadas después de su experiencia en Jerusalén, todavía se encontraban aun nivel muy bajo de comprensión de la vida práctica en la fe cristiana, usándose de sacrificios o volviendo simpre en el bucle del arrepentimiento para salvación, como si con la primera vez no hubiera sido suficiente. El autor de la carta les mostró así el valor del nuevo sacerdocio en Cristo:
"Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos."
Hebreos 7:22-25
Teniendo como iglesia al perfecto Intercesor, el cual está a la diestra del Padre, nuestro Señor Jesucristo. A nosotros también nos es dada la labor de interceder, los unos por los otros, en pos de la mutua edificación en Cristo:
"Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad."
1 Timoteo 2:1-4
También cabe mencionar que la labor de ser luz en las tinieblas, como portadores del evangelio de salvación al mundo, es también una labor intercesora ya sea más o menos débil, según la madurez de cada creyente, pero de vital importancia para que las almas puedan llegar a beneficiarse de la reconciliación con Dios por medio de Cristo.
ACCIÓN:
La reflexión de hoy me confronta en gran manera por las tantas veces que, por la obcecación de prestar más atención a mis dificultades cotidianas que al mal ajeno, me he mostrado indiferente hacia las almas perdidas transeúntes del día a día.
Va a ser necesario corregir esto de inmediato, dejar la autocompasión, la cual no es más que pecado de egocentrismo, y comenzar desde ya a poner en práctica lo citado en el siguiente versículo:
"Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran."
Romanos 12:15
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