CONCIENCIA GOLPEADA, Esdras 9:5-6
Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.
Esdras 9:5-6
REFLEXIÓN:
Esdras inicia su oración de apertura a la presentación del sacrificio.
Siempre en un sumo sacerdote se va a encontrar contrición y humillación de corazón ante el Todopoderoso, mas en esta ocasión, la misma angustia por el conocimiento de la nueva transgresión del pueblo, agravó el temor de Esdras sumiéndolo en la vergüenza por los actos acometidos.
Lo que en su mente había imaginado que sería una gozosa presentación en gratitud y júbilo se había tornado en la más profunda compunción de corazón que podía imaginar.
Porque el pecado bañaba sus cabezas y solamente le quedaba clamar a Dios, por Su misericordia, hacia este corazón miserable del pueblo, el cual le había vuelto a fallar, una vez más.
Y es que el corazón del hombre está irremediablemente encaminado al mal. Ya lo leemos en la palabra de Dios por boca del profeta Jeremías:
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?"
Jeremías 17:9
Pues por estas perversidades fue puesta la ley, para evidenciar la incapacidad humana de mantenerse fiel y limpio conforme a todos los mandamientos del Perfecto, Santo y Justo Creador y dador de la vida.
Pues la ley evidenciaba la necesidad de un Redentor que viniera a cumplir con toda la ley y se entregara sin pecado como pago por la humanidad.
Esdras sabía que por más sacrificios animales presentaran aquel día, no iban a servir de nada sin antes haber presentado, en arrepentimiento genuíno, su conciencia golpeada.
APLICACIÓN:
Y la ley, que apuntaba al Mesías, encontró su fin en Cristo, a golpe de mazo en clavo, mientras la carne del Redentor se unía al madero y Su sangre se derramaba, cargando en cada gota, el peso de todos y cada uno de los pecados de este mundo.
Y el Justo fue descrito en el momento de la consumación de la mayor muestra de amor que jamás ha habido ni habrá más sobre la tierra: Vida por vida, Dios entregándose a Sí mismo en rescate al hombre.
"Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado."
Salmos 34:17-20
Por esta misma justicia, ahora Dios manda que todos los hombres se arrepientan, humillándose y en corazón contrito por sus conciencias golpeadas.
ACCIÓN:
La reflexión de hoy me hace analizar con qué actitud me presento delante de Dios, si con un corazón contrito y humillado, consciente de que lo único bueno que es hallado en mí le pertenece a Él y de que todos los días tengo de qué arrepentirme, o si de lo contrario me encubro detrás de excusas, quejas o a base de inculpar a otros de mis pecados.
La conclusión resultante de mi autoexamen va a determinar mi acción de hoy. Mientras tanto, cierro este pensamiento con el siguiente pasaje:
"El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia."
Proverbios 28:13
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