Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y casa para su reino. Y designó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en los montes, y tres mil quinientos que los vigilasen.
2 Crónicas 2:1-2
En este capítulo el cronista relata todos los preparativos para dar inicio a las obras de edificación del templo y de la casa del rey.
El rey inicia convocando a una gran cantidad de hombres, tanta que supera los ciento cincuenta mil, en tres grupos, cada cual con una función concreta designada, pero todas con el objetivo final de edificar el templo.
Unos, pues, se ocuparían de cargar los materiales, otros tendrían por designio cortarlos en los montes, para que llegasen a la obra listos para su colocación, y mientras tanto, el último grupo y menos numeroso se ocuparía de velar por la seguridad y el orden de los demás.
Sabiamente se hizo esta convocatoria conforme a la sabiduría que Dios le dio, para que la obra se levantase de forma organizada y homogénea sin faltar a ninguno de los detalles proyectados.
Así como Salomón convocó una gran movilización para la edificación del templo y de su casa, la iglesia ha de estar movilizada en pos de su crecimiento y madurez conforme a la voluntad de Dios y al carácter de Cristo, según el Señor ha movilizado a Su iglesia.
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;"
Efesios 4:11-13
La iglesia funciona como un cuerpo, del cual Cristo es cabeza. En el cuerpo cada miembro cumple su función específica y todos conectados con la cabeza funcionamos en favor el uno del otro, creciendo juntamente de manera que el cuerpo madura de forma homogénea.
"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo."
"Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros."
1 Corintios 12:12 y Romanos 12:4-5
Todos los creyentes en Cristo Jesús somos miembros los unos de los otros y a su vez, como individuos tenemos cada uno un propósito a cumplir en este mundo, que es la difusión del evangelio, para la salvación de las almas.
Y como dijera Pablo a los Corintios, cada uno de nosotros actuamos como cartas abiertas al mundo, la cual todos leen. Y no son letras de tinta, sino nuestra actitud, nuestras costumbres y nuestras reacciones las que hacen que el lector piense: "esta persona es diferente", para bien a todo aquel que quiere conocer a Cristo.
"Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón."
2 Corintios 3:2-3
Hoy es día de meditar en qué sentido estamos movilizados como iglesia, si para el entretenimiento o la satisfacción personal o para la edificación y crecimiento en el carácter de Cristo.
También es día para examinar la obra evangelística, preguntándonos si nuestra diaria forma de vivir está sirviendo de testimonio de Cristo en nuestra vida delante de los incrédulos o si, por el contrario, nos comportamos como ellos camuflando la luz de Cristo.
"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Mateo 5:14-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario