Estos, por sus nombres, son los principales entre sus familias; y las casas de sus padres fueron multiplicadas en gran manera. Y llegaron hasta la entrada de Gedor hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados. Y hallaron gruesos y buenos pastos, y tierra ancha y espaciosa, quieta y reposada, porque los de Cam la habitaban antes. Y estos que han sido escritos por sus nombres, vinieron en días de Ezequías rey de Judá, y desbarataron sus tiendas y cabañas que allí hallaron, y los destruyeron hasta hoy, y habitaron allí en lugar de ellos; por cuanto había allí pastos para sus ganados.
1 Crónicas 4:38-41
Siguiendo la descendencia de Simeón encontramos el contrapunto de Simei, con Mesobab y sus hijos.
Porque aunque Simei tuvo muchos hijos, estos no continuaron multiplicándose como debieran, pero en Mesobab se ve cómo han crecido tanto que les llegó la necesidad de ocupar otras tierras.
Mesobab fue el que encabezaba su familia durante la experiencia en Gedor, durante el reinado de Ezequías, en la que dedicaron su tiempo en buscar terrenos de buenos pastos, porque ellos tenían bastante ganado.
Además, los de Cam que habitaban allá fueron destruídos por completo, quedando el lugar totalmente habitable para los de Simeón.
Cabe decir que Cam era uno de los enemigos de Israel, de los cuales también debió ser sacado de estas tierras durante la toma de la heredad, en tiempos de Josué. Pero en ese entonces no se consiguió obedecer la orden de Dios de desalojar por completo todas las tierras de Canaán, para su uso y disfrute, y de ahí que existieran asentamientos paganos en medio del pueblo de Dios.
Los de Mesobab, pues, vinieron a hacerse de provisión durante su etapa de crecimiento, procurando para sí los pastos de Gedor desde tiempos de Ezequías y hasta la época contemporánea al cronista.
Cierto es que en medio de los tiempos experimentaron guerras, desalojos y deportaciones, pero no quedaron las tierras totalmente deshabitadas, manteniéndose un mínimo de población por la zona, aunque nuestra atención en esta historia suele estar más centrada entre los exiliados y los retornados, que en los que se quedaron, mezclándose con los invasores. Pero aquí está el cronista haciendo memoria de ellos.
Destacan pues, la iniciativa y la libertad de los de Mesobab, de Simeón, de buscarse la provisión necesaria para su mantenimiento y hacerse con ella.
El rey David conocía muy bien de dónde venía su provisión, por cuanto escribió:
"Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará."
Salmos 23:1-2
Y como a delicados pastos refiere al suministro siempre fresco y listo para consumo, que el Señor le aporta día a día, como el Proveedor de su paz y su reposo.
Reposo que se hizo carne en la persona de Jesucristo, Dios Hijo, venido a esta tierra para poner su vida en pago por la nuestra y librarnos así del pecado y de la muerte.
Primeramente se presentó ante Su pueblo, anunciando Su reino y dando cumplimiento a toda señal mesiánica mencionada anteriormente por los profetas, que sólo podía ser cumplida por Dios Hijo, el Mesías prometido por Dios desde el principio de los tiempos, con la simiente de la mujer, mencionada en respuesta al pecado de Adán y para maldición de la serpiente antigua.
El Señor Jesucristo se presentó muy claramente y de diversas maneras. Una de las más populares era aquella de presentarse como el "Yo Soy", aludiendo claramente al nombre del Señor.
En uno de estos "Yo Soy", se mencionó a Sí mismo como la puerta.
"Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos."
Juan 10:9
Aquella puerta por la que, quien entra, adquiere libertad verdadera, (fíjese cuando dice: "y entrará, y saldrá"), esto denota que en Cristo hay libertad.
Pero también aseguró provisión en Él, afirmando que aquél que por Él entrare, hallará pastos.
En lo natural de la vida, después de nacer y conforme se va creciendo, más espacio se va necesitando, pues también se incrementan las necesidades de uno. Luego, en conformidad de cómo uno va envejeciendo ya no va a ir necesitando más, y va a ir manteniéndose con lo que consiguió mientras fue más joven o incluso irá desligándose de lo que ya no ve necesario.
Los de Mesobab esperaron a crecer antes de aventurarse a buscar pastos. Y aunque Gedor estaba ocupado por el enemigo, pudo deshacerse de él por completo y disfrutar así de unas tierras fértiles idóneas para su ganado. Todo esto lo consiguieron con el beneplácito del rey, por lo que no le faltaría el apoyo para cumplir exitosamente su misión.
Porque de no haber tenido el permiso de la corona difícilmente hubieran podido siquiera acercarse a Gedor.
A veces nos afanamos creyendo que necesitamos más de lo que tenemos, sin habernos molestado antes en nuestro crecimiento personal y espiritual. De modo que acumulamos sin haber buscado previamente cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Sin pensar si esto que adquirimos era lo que realmente cubre nuestra necesidad real, o va a suponer, más bien, un tropiezo.
Hoy es día de meditar en los pastos que recibimos del Señor Jesucristo y si lo que nos hemos procurado por nosotros mismos se asemeja algo a estos.
Es hora de ir confiando en nuestro principal Proveedor de bendiciones, y no tanto en nuestra capacidad propia.
"La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella."
Proverbios 10:22
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