domingo, 16 de enero de 2022

PROTEGIDOS EN LA FE, La armadura de Dios

PROTEGIDOS EN LA FE.
(La armadura de Dios).

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Efesios 6:16

Consultando lo que se dijera en el lenguaje original, a partir del texto Bizantino Interlineal Griego, me llama la atención el mayor énfasis en el escudo y el diferente tiempo verbal utilizado para la acción de su portador: "sobre todas, habiendo tomado completamente a el escudo grande de la confianza".

Pues mientras en las versiones contemporáneas se ha traducido en modo imperativo o en gerundio: "Tomad, embrazando, tomando o levanten... ", en el griego se lee más bien una acción totalmente realizada con un gerundio compuesto, "habiendo tomado", que no deja resquicio de acción en ella por completar, ya que aún se le añade al verbo un complemento de modo tal que "completamente" , por si acaso quedara duda de cómo este escudo ha de verse portado en cada creyente.

Lo que me sugiere la comparativa es que mientras el autor en su escrito quiso plasmar una acción completa, de la cual al creyente sólo le resta mantenerla, en las traducciones se trasladó a una acción en la que el cristiano toma una posición más activa, como dependiendo de él que el escudo se encuentre o no en su brazo.

Porque sin fe es imposible agradar a Dios, ¿cómo, aún sin ella, podríamos portar su escudo? Es por eso que escudarse en Cristo sin fe no es posible.

Pues ya que por la fe es como hallamos salvación en Cristo, para portar el escudo de la fe es necesario, primeramente, haber creído y reconocido a Jesús como Señor y Salvador, recibiendo así una vida nueva en Él, libre del pecado, y hecho una nueva criatura por el Espíritu Santo.

Tan sumamente necesaria es la fe, que igual que en el idioma original el tiempo verbal y su complemento usaban una acción más contundente y completa al hablar de su escudo, que el mismo utillaje también es notablemente enfatizado con respecto a nuestras versiones habituales, siendo que lo hace llamar "el escudo grande de la confianza" (porque para confianza, fe y fiabilidad en griego se usa la misma palabra "pistis", se puede entender, también, como el "escudo grande de la fe" o "el escudo grande de la fiabilidad".)

Así de fiable y completa es la protección de Cristo en cada creyente.
Una acción totalmente realizada desde el primer momento en que lo recibimos en nuestras vidas, a la que no tenemos parte sino en la perseverancia de la fe.

Sabiendo que en Cristo el enemigo ya fue vencido, el que dejemos dañarnos por sus dardos flameantes ya depende de nuestra confianza personal en lo realizado, más que el hecho en sí de estar protegidos en Cristo, que es lo más fiable y perfecto, como lo es Él.

Mantengámonos, pues, confiados en la perfecta fiabilidad de la protección de Cristo en nuestras vidas, perseverando en la fe y edificando asimismo a los hermanos, en el sentido en que los ataques del adversario sólo pueden dañarnos si nosotros mismos lo permitimos.

Mientras tanto, cantaremos como David, en medio de la adversidad:

"¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah.
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza."
Salmos 3:1-3





















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