(La armadura de Dios)
"Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes."
"y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz."
Efesios 6:13 y 15.
Avanzando, con los pies preparados para la anunciación del evangelio.
Porque la palabra "apresto" significa "preparación". Esta palabra es usada en exclusiva para la preparación de tejidos. El apresto es, pues, lo que procura que el tejido soporte el paso del tiempo y las fricciones por el contacto en el movimiento de su uso.
En el idioma en que se escribió esta carta, y según leo en la versión del Texto Bizantino Interlineal Griego, Pablo usa la siguiente forma y expresión para sugerir este calzado: "habiéndose atado a los pies en preparación del buen mensaje de la paz".
Por lo que este "habiéndose atado" indica una acción completa, es decir, los pies ya los tiene atados, y no es que se los esté atando sobre la marcha.
Y este calzado no es de uso exclusivo para unos pocos creyentes, sino para todo aquel que ha creído en el Señor Jesucristo y ha sido hecho miembro del cuerpo de Cristo e hijo de Dios en adopción, por el Espíritu Santo.
Pues igual que nadie es capaz de caminar sin tropezarse si es que, mientras ejerce la acción, se anda atando los cordones, para avanzar en el evangelio de la paz es necesario, primeramente, haber reconocido a Cristo, como Señor y Salvador, y llegar al conocimiento del evangelio, de la voluntad de Dios y del menester de la iglesia en el mundo, según su propósito.
"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura."
Marcos 16:15
La preparación del evangelio sólo se puede dar en conocimiento de Cristo, en relación con Él y con Su palabra. El cual, en su crecimiento, va reforzando el fruto del Espíritu Santo en las diferentes áreas del creyente.
"vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia," piedad;
2 Pedro 1:5-6
Pues para llegar a obtener un dominio propio y una paciencia necesarios para el avance en la difusión del evangelio, es necesario, en primera instancia, conocerlo, entenderlo y saberlo defender. Sólo es posible en la experiencia vivencial.
Porque ¿cómo anunciar lo que no se conoce? Por lo tanto, habrá que empaparse, primero, del tratamiento del evangelio, aquel que curte y prepara.
Así es indicado, también por el apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, según la imperiosa necesidad de la disposición , del conocimiento y de la previa preparación al evangelio
"¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!"
Romanos 10:14-15
Y como no podía faltar la mención del guerrero de Dios por excelencia, este es el rey David, y cómo se manifiesta el conocimiento de Dios durante el avance en batalla del creyente, he aquí la inspiración de Dios en sus palabras:
"Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce. Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado."
Salmos 18:32-36
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