Y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Nehemías 8:1-3
Llegó el momento en que la consagración iba a llegar al pueblo por medio de la palabra de Dios.
El libro de la ley iba a ser abierto ante la totalidad de los habitantes con uso de razón, es decir, los niños y la población afectada con alguna dolencia que imposibilitaba sus capacidades cognitivas no iban a estar presentes durante la lectura.
Puede parecer que la exclusión les quitara el derecho de recibir la palabra. Pero el contexto nos indica que el público presente era bastante numeroso, comprendiendo todo el monto de retornados durante las tres fases desde los de Zorobabel y hasta los de Nehemías.
En este caso, ya que los bebés y las personas intelectualmente dañadas no tenían capacidad para entender lo que iban a escuchar, su espacio podría ser ocupado por alguien capacitado para poder aplicar a su vida lo recibido.
Para nuestra tranquilidad, Dios cuida de los niños y de los indefensos, así como el Señor indica en Su palabra:
"Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos."
Mateo 19:14
Próximos a la puerta de las Aguas, las palabras de la ley irán a actuar como tales actúan en el río, puliendo las piedras a su paso, eliminando sus impurezas por la fuerza de su caudal.
La lectura se extenderá a lo largo de la mañana, todo lo que pueda alcanzar a leerse y entenderse en este tiempo.
Era muy importante poder entender la ley, porque sino cada uno podría llegar a aplicar su propia interpretación de modo que no les serviría para nada haberla recibido.
Es por eso que Dios separó a los levitas hijos de Aarón a una mayor consagración, privándoles de ingerir bebidas alcohólicas, que actúan como un inhibidor de la capacidad intelectual y del domimio propio de quien las bebe.
"Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés."
Levítico 10:9-11
Asimismo Salomón resolvió en pedir sabiduría a Dios, entendiendola como el único medio por el que desempeñar el reinado con éxito sin salirse del cumplimiento de Su voluntad.
"Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?"
1 Reyes 3:9
El entendimiento es, pues, la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, para obrar en consecuencia.
Para entender la palabra de Dios es necesario, primeramente, haber recibido el Espíritu Santo. De modo que el que no ha creído aún en el Señor Jesucristo tiene el discernimiento embotado, no pudiendo comprender las Escrituras, sino más bien tergiversándolas en sus mentes a causa de la ceguera espiritual.
"Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."
1 Corintios 2:12-14
Pero Dios ha dispuesto al hombre la posibilidad de llegar a su conocimiento por medio del Señor Jesucristo a través de Su evangelio, medio por el cual el Espíritu Santo despierta las conciencias para que éstas, en arrepentimiento, alcancen el perdón, la justificación en Cristo y el Espíritu Santo que abre todo entendimiento de la palabra de Dios.
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho."
Juan 14:26
Porque como dice Pablo, el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, y este es el evangelio:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios."
Juan 3:16-21
Ya que el artífice del engaño esclaviza a los hombres a través de la ignorancia, seamos diligentes en escuchar la palabra de Dios y prestémosle atención, pidiéndole que nos abra el entendimiento.
Porque es voluntad de Dios que todos lleguemos al conocimiento de la verdad, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
"y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."
Juan 8:32