jueves, 27 de mayo de 2021

UN SELAH A VOZ EN GRITO, Salmos 61:1-4

UN SELAH A VOZ EN GRITO

Oye, oh Dios, mi clamor;
A mi oración atiende.
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare.
Llévame a la roca que es más alta que yo, Porque tú has sido mi refugio,
Y torre fuerte delante del enemigo.
Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre;
Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Selah
Salmos 61:1-4

REFLEXIÓN:

Selah... Cuando a David le persigue su propia sangre, alza el grito al cielo. Destronado en persecuciones y llevado de nuevo a los escondites, sólo anhela el lugar alto del refugio Divino, donde nadie le puede tocar.

Selah... Afianzado en la seguridad del conocimiento de su Benefactor, amparo y fortaleza, y de su identidad como siervo de Dios, su clamor se torna fiesta cuando dirige la mirada a su sino y la deja de posar en el momento angustioso.

APLICACIÓN:

En este pasaje vemos al Señor descrito en 4 elementos: La roca, el refugio, la torre fuerte y el tabernáculo. Donde podemos apreciar nuestro fundamento, amparo, protección y emplazamiento en Cristo.

Desde los inicios de la historia de la iglesia, esta ha sufrido duras amenazas,  persecuciones, torturas y muerte cruel.

Hoy día aún hay muchos hermanos experimentando esta dura situación en países de gobierno claramente anticristiano, donde se prohíbe por ley la exposición del evangelio, los cultos y las muestras de identidad cristiana. Pero Dios les provee de una entereza especial que les permite mantenerse y continuar llevando almas a los pies de Cristo.

Por contrapartida, estamos los cristianos acostumbrados a una cómoda vida secular permisiva, por el momento, en cuanto a toda expresión religiosa. Aún así, cuando más holgada la permisividad hacia la obra evangelística, menor es la acción de la iglesia en este área, centrándose en sí misma y en equipararse al ritmo del resto de la sociedad.

El Señor nos advirtió:

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."
Juan 16:33

Vivimos en un ambiente hostil llamado mundo, pero nuestro emplazamiento está en Cristo, que nos ofrece la paz y el aplomo necesarios para mantenernos al márgen del que este nos depare.

ACCIÓN:

Me pregunto: Cuántas veces alzo el grito al cielo por tonterías, mientras otros hermanos viven perseguidos y muriendo a causa de Cristo. Cuándo ha sido la última vez que me he quejado por cualquier contratiempo. Cómo estoy aprovechando la libertad de expresión evangelística actual dentro de la sociedad donde vivo. Y dónde están mis horas de agradecimiento por todas las bondades que recibo en Cristo, empezando por su vida y rescate.

Basta ya el tiempo de mis quejas y pataletas infantiles, deje de lado los afanes superfluos y dirija mi atención hacia mi llamado en el cuerpo de Cristo.

Cierro mi autoconfrontación con el  siguiente pasaje:

"Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?
Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal."
Mateo 6:26-34





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