UN SELAH AFIANZADO, Salmos 62:1-4.

UN SELAH AFIANZADO.

En Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
El solamente es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre, tratando todos vosotros de aplastarle como pared desplomada y como cerca derribada?
Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
Salmos 62:1-4


REFLEXIÓN:

Selah... Y David, por si aún alguien no lo sabe, se reafirma en la solidez de Quien le mantiene firme, calmo y seguro. Con su mirada alzada a los cielos, mientras en la tierra le atosiga su séquito de confianza, el que a su espalda maquina contra él y contra su trono; su lengua profiere
alabanza en reconocimiento de las bondades del Todopoderoso.

Selah... Y despliega la punzante pregunta, en vista del ahinco de sus rivales carcomidos de esa envidia, que no se disipará a menos que consigan llevar a cabo el diabólico plan de destronarlo y acabarlo como persona.
Porque él conoce perfectamente su trama, pues hubo tiempo para el desengaño, mas ahora ya no ha lugar al disimulo, y se descifran ante David los tonos hipócritas de la deslealtad de sus hombres.

APLICACIÓN:

Así como el rey David, Jesús también tuvo que mantener su compostura a sabiendas que entre sus discípulos se encontraba quien lo iría a traicionar entregándole a muerte. Pero el Señor es la roca, no hay tamaña traición, ni siquiera la muerte, que consiga abortar Su plan eterno de establecerse en Su reinado perpetuo.

Las fuerzas de las tinieblas andan quemando sus últimos cartuchos, arremetiendo contra la iglesia de Cristo y contra el pueblo de Dios. Intentando la descabellada idea de que si nos consigue hacer desaparecer de la faz de la tierra, ya no haya motivo para una segunda venida del Mesías. Y aún se atreverán las naciones de la tierra, a juntarse contra el Señor, enzarzándose en duras batallas antes y después del Milenio. Pero Dios es Soberano, Su plan es irrevocable, de Él es la grandeza, nadie puede alcanzarlo para arrojarle de ella.

Acompaño el pasaje devocional de hoy, con este otro texto:

¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.
Salmos 2:1-6

ACCIÓN:

Alentadora la actitud de David en medio de sus experiencias, más alentador aún conocer que la destrucción total de la maldad ya está escrita, y no por cosa de hombre, sino por Palabra de Dios plasmada en letra.

Quisiera preguntarte si has sufrido alguna vez, la traición de alguien de tu confianza, o si estás notando la hipocresía de quienes te rodean, supuestamente para ayudarte, pero que se encuentran expectantes por si tropiezas, para tratar de hundirte en la miseria.

Hoy es día de afianzarnos en Cristo, nuestra roca, salvación y refugio. Es día de dejar de resbalar en nuestra torpe cobardía y alzar la vista al cielo, hacia esas nubes en las que un día seremos alzados por el Señor para llevarnos a Su presencia, mientras el malo se queda para probar de su propia medicina.