Y Jehová me salvará.
Tarde y mañana y a mediodía oraré
y clamaré, y él oirá mi voz.
El redimirá en paz mi alma
de la guerra contra mí,
Aunque contra mí haya muchos.
Dios oirá, y los quebrantará luego,
El que permanece desde la antigüedad;
Por cuanto no cambian,
Ni temen a Dios.
Selah
Salmos 55:16-19
REFLEXIÓN:
Selah...
Y en delegación de su angustia por la traición de quien era amigo y ahora lo afrenta, apela al clamor a Dios, en oración constante y en plena confianza de ser escuchado y atendido.
David es un hombre curtido en batalla, ya como pastor se las lidió con osos y leones, y luego cuerpo a cuerpo en guerras, en servicio del rey Saúl. Así que en conocimiento de la embergadura del concepto bélico, hace sobresaltar la paz de Dios en medio de la guerra. Una paz en la que confía establecer su alma, no por sí, sino por la mano redentora de Dios.
Selah...
Y la inmutabilidad de Dios queda plasmada en las letras de David, el que permanece desde la antigüedad, oirá al justo y quebrantará a los malos.
Y por si acaso no quede claro, no es gratuito este pago contra los impíos, sino por causa de su permanencia en las iniquidades y por la falta de temor de Dios en ellos.
APLICACIÓN:
Igual que David, en mayor o menor grado de adversidades, debemos entender que nuestras fuerzas y ánimo personales no alcanzan para hallar paz en medio de la tormenta. Por lo que se hace necesario delegar esta angustia o fatiga al Único que todo lo puede, y descansar en Cristo.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:15-16
Dios es Fiel, el Señor prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y no nos va a desamparar en ninguna ocasión que acudamos a Él confiadamente y en Su voluntad.
ACCIÓN:
Tras la lectura del Salmo y en reflexión, ¡cuán simple es y cuán complicado lo hago! Tan solo con trasladarle mi problema, preocupación, duda o plan al Padre celestial, Él va a echar mano de ello y de un modo u otro, según Su perfecta voluntad y Omnisciencia, encauzará las aguas de nuevo a su curso. Yo he de descansar en la paz de Cristo, sabiendo y confiando que esto va a ser así.
Refuerzo mi meditación con la siguiente cita:
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6
Amado Padre Celestial, te doy las gracias por Tu preciosa palabra que me confronta y encamina a ser más como Cristo. Te pido perdón por el tan feo atrevimiento de no contar contigo en mis leves problemáticas diarias y por tratar por mis propios medios, solucionarlos, no hallando así un buen resultado, sino un agravio de los males. En ejercicio de la fe, dirigiendo la mirada al autor y consumador de ella, que es Cristo, Te presento mis pesares y los pongo en Tus manos con la total confianza y seguridad de que sólo en Tí pueden ser resueltos.
Sean para siempre a Ti, la gloria, la honra , el poder y la alabanza. En el precioso nombre de Tu Hijo y mi Señor Jesucristo.
Amén.
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