Ten misericordia de mí, oh Dios,
ten misericordia de mí;
Porque en ti ha confiado mi alma,
Y en la sombra de tus alas me ampararé
Hasta que pasen los quebrantos.
Clamaré al Dios Altísimo,
Al Dios que me favorece.
El enviará desde los cielos, y me salvará
De la infamia del que me acosa;
Selah.
Dios enviará su misericordia y su verdad.
Salmos 57:1-3
REFLEXIÓN:
Selah... David se encuentra en un debate personal entre el miedo y la confianza en Dios. No hay duda, el miedo acaba perdiendo el protagonismo.
Desde la cueva y bajo la presión del constante peligro de ser alcanzado por alguna mano que lo matara, él no puede hacer otra cosa que esperar en lo sombrío de la oquedad rocosa...
Pero de su clamor aún puede extraer este hermoso salmo dándole especial significado al emplazamiento donde se encuentra. Él en su carne no puede ver más que el frígido escenario que aguarda su muerte, mientras el Espíritu Santo le inspira encontrarse en cobijo bajo las alas del Creador.
Porque no hay nada que inspire mayor confianza que recordar que Dios es Omnipresente y además, creador de todas las cosas.
Así concluye el Selah, descansando en la fe, sabiendo que Dios no desampara a los suyos.
Tras el Selah acude en apelación a dos características de Dios muy sabiamente escogidas: Su misericordia y Su verdad. Pudiendo haber citado otras, como Su justicia y Su venganza, se evidencia la inspiración Divina en estas letras. Porque Dios es amplio en misericordia y Su verdad es implacable.
APLICACIÓN:
En el transcurso de la vida en Cristo nos va a ir tocando esperar en lugares sombríos que irán forjándonos cada vez más al carácter de Cristo.
Nosotros debemos considerar que la paz que da Dios no es como la que se conoce en el mundo, sino una que se evidencia en medio de la oscuridad y el peligro. Asirnos de valentía, en ejercicio de nuestra fe, esperando la ayuda perfecta, puntual y precisa de Dios, sabiéndonos a Su amparo.
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento."
Salmos 23:4
Desde que el hombre es convertido a Dios, pasando de muerte a vida por medio de Jesucristo, su ser ya no se rige por el pecado y la muerte sino por el Espíritu Santo, y lo que antes para él era un escenario normal, ahora se ha convertido en un campo de minas que buscan mermar sus pies y, a poder ser, todo su cuerpo.
Porque la carne y el Espíritu se oponen, y hasta que no estemos en cuerpo glorificado, nos toca transitar con nuestra cueva oscura a diario, en continua lucha entre el deseo de la carne y la Santa y Perfecta voluntad del Espíritu Santo, que es Dios.
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Gálatas 5:16-18
ACCIÓN:
Igual que David convirtió la fría y oscura cueva donde se escondía, en el perfecto cobijo de Dios a la sombra de Sus alas, debo recordar que mi ley es Cristo, capaz de cambiar el sentido de todo escenario y situación adversa donde me puedo encontrar.
¿ Pienso que mi fe peligra en medio de mis pruebas? ¿ Me siento atacado y asediado por quien busca robarme el gozo y la vida en Cristo? Esto es muy normal experimentarlo.
Pero ahora me aferro a esta palabra del Señor:
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."
Juan 14:27
Señor, Dios Todo Poderoso y Padre Amado, gracias te doy por Tu palabra que me ilumina, corrige y enseña a afrontar del diario vivir en Cristo. Perdóname por dejarme llevar por la aparente situación peligrosa, sin trasladarla a la ley de Cristo, la cual me ha prometido Tu compañía todos los días y hasta el fin del mundo. Padre, fortaléceme en Tu misericordia y Tu verdad, por amor a las almas que aún no te conocen, en medio de esta oscuridad de pecado y muerte, y llevar la luz del Señor Jesucristo a donde quiera que vaya. En el nombre de Jesús, Tu amado Hijo, te lo pido. Amén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17
ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén , y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: N...
-
DOS ENFOQUES, DOS REACCIONES, Esdras 3:11-13 Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para sie...
-
LA PUERTA ORIENTAL, Nehemías 3:29 Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo ...
-
LA PUERTA DEL JUICIO, Nehemías 3:31 Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los c...
No hay comentarios:
Publicar un comentario