UN SELAH SUPLICANTE, Salmos 60:1-4.

UN SELAH SUPLICANTE.

Oh Dios, tú nos has desechado,
nos quebrantaste;
Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
Hiciste temblar la tierra, la has hendido;
Sana sus roturas, porque titubea.
Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento.  Has dado a los que te temen bandera
que alcen por causa de la verdad.
Selah
Salmos 60:1-4

REFLEXIÓN:

Selah... Una súplica tras la derrota, de un David postrado en clamor a Quien le dió  victorias y amparos. El mismo que esta vez los deja a su suerte, en derrota y espectadores del horror, del cual no les queda otra que huir y volverse a Dios, en busca de auxilio.

Selah... Como embriagados en vino de aturdimiento, sin capacidad de reacción y sin coordinación de movimiento, se describe a un pueblo que ha salido a la batalla sin poner a Dios en primer lugar, sino por su propia cuenta. No les queda otra que experimentar el avinagrado sabor de la derrota.

APLICACIÓN:

Dios nos ha creado para que vivamos una vida plena, abundante, en total dependencia a Él.
En su inicio Adán, además de disfrutar de una conexión directa con su Creador, necesitaba echar mano del árbol de la vida para verse beneficiado de ella.
A partir del destierro del jardín de Edén el hombre perdió esa conexión íntima y directa con Dios, debiendo ahora acercarse a Él a través del previo sacrificio de un animal sin defecto, que pagara con su vida el pago de su pecado.
Aún así Dios no escatimó en ayuda y amparo hacia el pueblo de donde haría nacer al Mesías, para dar cumplimiento a su plan eterno, que es el establecimiento de Su reino aquí en la tierra.
Esta vez Dios nos vuelve a ofrecer la posibilidad de vivir en abundancia y relación íntima con Él, pero para ello es necesaria una vida en total dependencia a  Él, en arrepentimiento y aceptación de Su Hijo como Señor y Salvador.

Hay que reconocer que en nuestra obcecación, muchas veces pretendemos zafarnos de lo malo por nuestra propia cuenta, una vez ya hemos sido redimidos en Cristo. Sin buscar su dirección, su beneplácito ni esperar en Él. Quizá la consecuencia no se haga visible en el momento pero, tarde o temprano, la arrogancia trae su pago.

ACCIÓN:

En lectura del Salmo y meditando en ello. Mi pensamiento solamente consigue plasmar un: "no somos nada sin Dios".
Estamos vivos gracias a Su pura misericordia, nuestro Creador y dador de vida... No hay forma de vivir si no es por Él y gracias a Él.

Como aporte en la toma de acción de hoy, cito a Santiago, exhortando:

¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Santiago 4:13-15

Me pregunto si estoy poniendo a Dios en primer lugar. Si dependo de Dios en los pasos de mi caminar diario, o los estoy dando por mi propia cuenta. Y si busco el consejo y la voluntad Divina para lo cotidiano de mi vida.

Y en la autoconfrontación de la Palabra, finalizo con Santiago:

Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Santiago 4:16-17