Y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
Y dije:
¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Ciertamente huiría lejos;
Moraría en el desierto.
Selah.
Salmos 55:4-7
REFLEXIÓN:
Selah...
El dolor de un corazón arrancado por el desengaño.
El chasco de David le afecta tal que ve su vida peligrar, quizá no sepa si despertará en la mañana. El peso del disgusto lonha colmado y ya no tiene de quién asirse para desahogarse confiadamente, que no vaya a traicionarlo o a descubrir sus secretos.
Desea huir en la soledad, ya no se encuentra seguro ni en su propio entorno.
APLICACIÓN:
El dolor de una traición lo puede sufrir cualquiera, cada uno en su nivel según cercanía y circunstancia. Jesús experimentó ese dolor de forma superlativa, sabiendo que la traición de Judas no era un simple desplante y airear lo secreto, sino que lo iba a llevar a la msima muerte más temida y horrible del momento, la cual era la cruz.
"Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo."
Mateo 26:38
El ser humano es debil y necesita de un apoyo moral de otro humano en quien depositar su confianza y apoyarse en momentos puntuales de la vida.
En la iglesia tambien sucede, ya que no dejamos de ser humanos, por lo cual se hace necesario seguir unos valores de convivencia donde prime la sinceridad. Porque nos es muy fácil hablar lo bueno, pero a la hora de comunicar lo malo nos entra el miedo al rechazo, y callamos o peor aún, actuamos con hipocresía.
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Mateo 5:23-24
Hoy día está muy mal visto expresar claramente y de forma directa el desacuerdo entre hermanos. Algo que no debiera ser así, porque es la forma más rápida de solucionar un malentendido.
Además de ser un peso que impide la práctica del amor fraternal sincero... se rompe la premisa del amor y con ello, nuestra relación con Dios queda mermada por el mal sentimiento albergado en el corazón.
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Efesios 4:25
ACCIÓN:
Siguiendo esta premisa, medito.
¿Qué tanto me cuesta expresar lo negativo ante el hermano, igual que le expreso lo positivo? ¿Actúo con sinceridad, o prefiero disimular lo que me molesta y hacer como si nada? Es imperantemente necesario solucionar esto.
Una cita final en favor de la reconciliación según el carácter de Cristo.
En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Proverbios 17:17
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