martes, 30 de agosto de 2022

LO QUE DISPUSO DAVID, 2 Crónicas 5:1

LO QUE DISPUSO DAVID, 2 Crónicas 5:1

Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, metió Salomón las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los tesoros de la casa de Dios.
2 Crónicas 5:1

Finalizaba la obra y llegaba el momento de llenar las instalaciones del templo con todos los utensilios y con los tesoros que fue recopilando David durante su reinado, los cuales dispuso para este menester.

A David le quedaron las ganas de construir el templo y aunque ya le hizo saber Dios que esa misión no estaba entre sus ocupaciones, y aún no teniendo participación directa en la obra, todo el material recopilado en cada una de sus victorias constituyó el aporte principal con el que Salomón pudo construir los elementos más importantes en la casa de Dios.

Salomón colocaba, pues, todo el utillaje según dispuso David, su padre, y los utensilios habidos en el tabernáculo.

De oro, plata y bronce constaba la mayoría de los bienes que David atesoró. Metales preciosos que más de uno hubiera usado para sí, que en este caso el rey supo dar el uso en vistas al porvenir para la gloria y la honra de Dios, quien lo bendijo con trono y linaje real para toda la eternidad.

Todo lo concerniente al templo, desde el proyecto hasta su contenido, fue minuciosamente cumplido por Salomón, según el plan establecido por su padre.

Establecido y trazado también, pero desde la eternidad, desde antes de la fundación del mundo, es el plan de Dios para la salvación del hombre.

Porque desde que Adán pecara no existe modo alguno de que el hombre pueda justificarse a sí mismo delante de Dios, por su naturaleza corrompida a causa del pecado.

Era necesario que un hombre perfecto, sin tacha alguna ni pecado, se entregara en sacrificio por toda la humanidad, sufriendo en su persona todo el peso de la ley, la cual es la ira de Dios contra todo el pecado del mundo.

Pero como dice el predicador en Eclesiastés 7:20: Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

Entregaba, pues, Dios a Su Hijo. Quien despojándose de Su gloria Divina, adquiría forma de hombre para vivir como tal, pero sin pecado y, sujetándose al Padre según lo dispuesto por Él desde la eternidad, cumplió con lo establecido, con todas sus consecuencias.

La mayor muestra de amor y misericordia de Dios que, habiendo podido destruir al hombre en el mismo momento en que Adán pecó, lo mantuvo. Soportando con paciencia toda la maldad en aumento del mundo, que será destruída enteramente y para siempre con la segunda venida del Señor.

Mientras tanto, Dios ha entregado de Sí al Hijo para que, experimentando en Su persona toda humillación y sufrimiento, constituyera el Único medio posible delante de Dios, para la salvación del hombre.

Jesús es la base del evangelio, el centro y el sino de vida para el hombre. Sólo en Él está la vida y a todo aquel que en Él cree le es dada, según lo que dispuso el Padre desde la eternidad, en confirmación con el Espíritu Santo.

Y he aquí el evangelio:

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios."
Juan 3:16-21

Evangelio que se expande fielmente a través de los tiempos y por todo lugar, por medio de la iglesia, a quien Dios le ha placido hacer partícipe del mensaje de salvación al hombre para el perdón y la vida eterna en Cristo, el fundamento indestructible.

Igual que no puede haber edificación sin la base que la fundamenta, así el salmista afirma con su pregunta:

"Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?"
Salmos 11:3

Y es que la tentación al hombre, de pretenderse justificar por sus propios medios según sus obras, lo persigue desde aquel delantal con hojas de higuera, con las que pretendía tapar sus vergüenzas delante de Dios.

Y en este punto es donde la reflexión nos lleva a examinar nuestra labor en la edificación, según el mensaje de salvación que emitimos al mundo, y conforme a nuestro testimonio de vida en Cristo.

Porque esta es la gracia, que el creyente predica con su hecho antes que con su boca, la cual sirve para la confirmación de la práctica de la vida de fe en Cristo.

Y como Salomón respetó todo lo que dispuso David para el templo, hoy es día de preguntarnos, como iglesia e individualmente, como redimidos por gracia de Dios por medio de la fe, si estamos respetando, con nuestro ejemplo de vida, el Santo, Perfecto e Inamovible fundamento de Dios para la salvación del hombre.

Sírvanos personalmente la advertencia de Pablo a los Corintios:

"Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo."
1 Corintios 3:10-11




















domingo, 28 de agosto de 2022

DEDICACIÓN AL PADRE, 2 Crónicas 4:11

DEDICACIÓN AL PADRE, 2 Crónicas 4:11

Hiram hizo también calderos, y palas, y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios;
2 Crónicas 4:11

Todo lo que se ha ido nombrando hasta ahora, en cuanto a mobiliario y utensilios del templo, fue fundido, trabajado y supervisado por Hiram Abi.

Hiram Abi era un experto y hábil escultor y fundidor de Tiro enviado por su rey, también llamado Hiram, por petición de Salomón.

Aunque el hombre era natural de Tiro, igual que su padre, su madre era Hebrea, de la tribu de Neftalí. Su nombre viene a significar "Dedicación al Padre", "Padre dedicado" o "Padre ensalzado".

Y Dios permitió que sus virtudes resaltaran sobre las de los demás, para que su rey Hiram lo enviara a Jerusalén y lo hiciera partícipe de tan importante obra como lo fue el primer templo de Dios, el cual se construyó esperando que perdurara hasta la llegada del Mesías.

A estas alturas todos sabemos que este templo sólo existió hasta el tiempo en que los Babilonios destruyeron Jerusalén y se llevaron deportados a los israelitas de la zona.

Pero mientras se construía solamente se pensaba en plasmar la máxima majestuosidad con los mejores materiales y los más bonitos detalles y grabados, en una gran muestra de la soberanía y la potencia de Dios.

Es en esta obra tan importante en la historia de Israel donde Hiram Abi desempeñará un papel a la misma altura. No sólo por el trabajo de sus propias manos, sino por el que delegará en virtud de jefe de obra, solamente por debajo de Salomón.

En toda la historia de la humanidad, desde que Adán pecara en adelante, somos testigos de nuestra existencia por la pura gracia de Dios, en Su inconmensurable amor y misericordia.

Además de permitirnos la subsistencia, a pesar de nuestro pecado, a Dios le plació destacar a algunos hombres que sirvieron como testimonios andantes de su dedicación a Dios, en resultado de su fe.

El primer agraciado más significativo después de Adán fue Noé, quien halló gracia a ojos de Dios por entre toda la humanidad.

Muchas veces escuchamos súplicas a Dios rogando que haga desaparecer por completo la maldad en la tierra. Bien, pues si esto acontecira el hombre dejaría de existir ipso facto por su naturaleza caída.

Ya Dios lo quiso destruir todo y delegó en Noé el nuevo comienzo de la humanidad. Y este inicio sólo pudo demostrar que los pasos del hombre están naturalmente encaminados a hacer el mal, pues es al primero que vemos pecando después de que atracara el arca, en su embriaguez.

Luego Abraham vivía en medio de la idolatría, pero Dios lo sacó de ahí para hacer de él el patriarca de la nación de Israel, que expandirá la bendición de Dios a todo el mundo por medio de Su Hijo.

Todos los grandes hombres de Dios eran, en realidad, personas comunes que lidiaban con sus pecados, como todo el mundo. Pero se distinguieron de los demás a causa de su fe, dedicada a Dios en respuesta de Su gracia.

Y es que ya lo dijo Juan claramente:

"Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero."
1 Juan 4:19

Tanto nos amó que se dió a Sí mismo en pago por nuestros pecados para que, por medio del Hijo, a todo aquel que en Él cree le sea aplicada Su redención en toda justicia.

Durante el ministerio del Señor Jesucristo, Él se hizo una selección personal de doce  discípulos que ejercerán su apostolado después de que el Señor ascienda al Padre, a excepción de uno de ellos, que fue quien lo traicionó, entregándolo a los fariseos, quienes a su vez lo entregaron a muerte a la cruz del Calvario.

A partir de la obra salvífica en la cruz, y por Su resurrección y ascensión a la diestra del Padre, Dios hizo morar el Espíritu Santo en todo creyente, dando inicio así a la iglesia de Cristo. Iglesia cuya cimentación en Cristo fue labor exclusiva de los apóstoles, delegando la obra del evangelio en toda doctrina y práctica de la fe cristiana, solamente por debajo de Dios el Padre y del Señor Jesucristo.

Y no es que fueran dignos de ser escogidos, pues cada cual tenía su qué de que avergonzarse. Pero aún conociendo que Jesús decía de ellos "hombres de poca fe", fue esta poca fe lo que los mantuvo, por pura gracia de Dios.

Es esta misma gracia la que experimentamos todos los creyentes, cuando somos pasados de muerte a vida y puestos a la mayordomía de Su inconmensurable amor y misericordia, en testimonio de reconciliación con Dios y salvación, por medio de Jesucristo.

Así como Salomón hizo traer de Tiro a Hiram Abi y lo dispuso en obras que trascendieron la historia e identidad de Israel, Dios nos ha dispuesto como hijos suyos a causa de Cristo y por Su vida en nosotros, en participación de esta obra que trasciende a la eternidad, cuyo éxito ya fue asegurado antes, incluso, que la fundación del mundo.

Hoy es día de prestar atención a la dedicación al Padre de todos nuestros pasos, para que no sea la improvisación la que tome parte en los asuntos del Señor  sino que, preparados enteramente por la Palabra y fortalecida nuestra relación con Él en oración, sea el Espíritu encaminándonos en Sus designios.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas."
Efesios 2:8-10




















sábado, 27 de agosto de 2022

CONSAGRACIÓN Y SUSTENTO, 2 Crónicas 4:8

CONSAGRACIÓN Y SUSTENTO, 2 Crónicas 4:8

Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda: igualmente hizo cien tazones de oro.
2 Crónicas 4:8

Por lo que llevamos leído en este capítulo y según el orden de entrada a las instalaciones, vemos la redención, la regeneración y el lavamiento, en la parte exterior del templo, y la iluminación interna con los candeleros de oro.

Además de los candeleros, se dispusieron diez mesas, entre más mobiliario dentro de esta sala, la cual correspondía al Lugar Santo del modelo inicial del tabernáculo de Moisés.

Las mesas eran destinadas a la consagración a Dios del pan de la proposición.

Con estas mesas vienen descritos, también, cien tazones de oro, que se usarán para el reparto y consumo de la libación dentro del templo.

El pan suponía el sustento básico en la cultura Hebrea. Estos panes en concreto los hacían los sacerdotes. Receta de los cuales era sin levadura, tal como Dios ordenó que hiciera Su pueblo, en preparativos de su huída de Egipto.

Estos panes debían sustituirse cada día de reposo por panes nuevos recién hechos, y los panes sustituídos debían ser partidos y comidos dentro del templo entre los sacerdotes hijos de Aarón, igual como se dictó que se hiciera en el tabernáculo de Moisés.

El significado figurado de estos panes nos lleva a la consagración y al sustento del pueblo, por parte de Dios.

De modo que, siendo doce panes, vemos la provisión de Dios para con cada una de las doce tribus. Y  además, en el partimiento del pan sustituído, llega a verse representada la expansión de esta consagración, ya que los levitas no contaban entre las doce, al ser ordenados al sacerdocio.

Israel, habiendo sido rescatado de la esclavitud en Egipto, experimentó el sustento Divino por más de cuarenta años, que es el tiempo que estuvieron vagando por el desierto, a causa de su incredulidad.

El desierto es un lugar hostil, por su clima seco, por su escasa o carente vegetación y fauna, y por su temperatura, pudiendo haber diferencias térmicas entre el día y la noche como de veinte grados Celsius.

A pesar de ello, al aproximado de dos millones de personas que conformaban el campamento no les faltó sustento alguno. Tanto así, que hasta el vestuario les aguantó y les continuó sirviendo a los nacidos en ese tiempo.

Una roca donde brotaba agua y un pan caído del cielo eran el alimento principal, único y básico del pueblo de Dios en aquellos tiempos, sólo variado a causa de peticiones especiales, como la ocasión que Dios les hizo "llover" codornices, porque el pueblo pidió carne.

Con el sustento venía también la consagración, con la ley de Moisés. Para llegar a ser la luz entre las naciones, que expandiera la gracia de Dios por medio de ella.

En sinopsis de lo dicho y para su avance: Dios trató con un pueblo, Israel, haciéndolo suyo a partir de un hombre, Abraham, a quien dio descendencia cuando jamás la iba a tener en su propia disposición, mas la tuvo por la gracia del Omnipotente; para que por medio de este se llevara a cabo el plan eterno de salvación a toda la humanidad.

Así sucedió que, con la llegada de Cristo al mundo y con la consumación de Su obra salvífica en la cruz del Calvario, y no sólo eso, sino con Su resurrección al tercer día y Su ascensión a la diestra del Padre, ese pueblo compactado por la ley se partía expandiéndose a toda lengua, tribu y nación, formando en Cristo un solo cuerpo. Como esos panes de la proposición, presentados en las diez mesas del templo de Salomón y partidos luego por los levitas hijos de Aarón.

Cuando alguien recibe el evangelio y cree en el Señor Jesucristo, en su arrepentimiento le es dado el Espíritu Santo, haciendo del pecador arrepentido una nueva criatura y adoptándolo como hijo de Dios en un cuerpo del cual Cristo es cabeza.

Y esta es la descripción dada por Pablo a los Corintios, del cuerpo de Cristo, formado por todos y cada uno de los creyentes.

"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos."
1 Corintios 12:12-14

Y es que en Corinto se acostumbraron a mirar cada uno para sí mismo, a pesar incluso de estar congregados. Ya que cuando se congregaban era más evidente el ensimismamiento en cada miembro, no mirando ninguno la necesidad de su hermano.

Pablo, pues, les tuvo que recordar cómo Jesús mostró en Su última cena, su cuerpo en forma de un pan que es partido para el sustento de muchos.

"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí."
1 Corintios 11:23-24

En Cristo venimos a ser el pan que por Su Santo Espíritu es puesto en la mesa de oro, consagrado en Él. Y además, cual a hijos de Aarón con los panes de la sustitución, recibimos el sacerdocio y su misión del partimiento de este pan, el cuerpo de Cristo, en virtud de ser repartido por todo el mundo, para la consagración y el sustento a muchos.

Un pan fresco es fácil de partir, pero un pan seco sólo puede partirse a base de golpes secos, o se desintegra en migajas que caen al suelo.

De ahí la importancia del buen sustento del cuerpo en Cristo de todos los miembros, manteniéndonos en la correcta  hidratación por Su palabra y en el Espíritu.

Hoy las mesas del templo de Salomón vienen a confrontarnos, haciéndonos valorar hasta qué punto nos implicamos en la necesidad del hermano y qué efecto tiene en los demás la exhibición de nuestras virtudes.

Y para que el efecto de nuestras virtudes sirva en pos de la buena hidratación de este pan y así, también, su partimiento, tengamos presente el siguiente consejo:

"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros."
Romanos 12:3-5
























jueves, 25 de agosto de 2022

LA PERFECTA LUMBRERA, 2 Crónicas 4:7

LA PERFECTA LUMBRERA, 2 Crónicas 4:7

Hizo asimismo diez candeleros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda.
2 Crónicas 4:7

Proseguimos con la descripción del mobiliario del templo, con los candeleros de oro.

Los candeleros fueron hechos de oro macizo y respetando su forma original.

Vemos que donde había un candelero en el tabernáculo de Moisés, en el templo se pusieron diez, dispuestos cinco en cada lado, lo que aportaba un muy buen alumbrado interior.

La luz es muy importante, y lo primero que Dios pone sobre los cielos y la tierra durante el relato de la creación.

"Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."
Génesis 1:3-4

Se dice que la oscuridad en sí misma no existe, sino que es el resultado de la ausencia de luz en su lugar.

Una vez la luz hace acto de presencia, la oscuridad desaparece, desvaneciéndose para no volver más, mientras la luz esté presente.

El apostol Juan presenta a Jesús como la luz de los hombres:

"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella."
Juan 1:1-5

Cuando Dios creó al hombre, este vivía en completa comunión con Él. Su luz estaba con él, hasta el día que pecó.

Entonces su vida se tornó muerte y su luz, oscuridad, siendo única y exclusivamente la gracia de Dios, en Su inconmensurable amor y misericordia, la que libró a Adán y a Eva de sufrir la ira Divina sobre su pecado, por medio del sacrificio animal.

Con estos sacrificios, Dios estableció una forma en que el hombre pudiera acercarse a Él sin morir en el intento. Pero continuaban estando faltos de Su luz, la cual sólo era dada en medida a unos cuantos de quienes Dios puso por propósito formar parte de la historia de Su pueblo.

Luego, todos aquellos que creyeron en Dios y en Su promesa del Hijo fueron salvos y alcanzados por la luz de Cristo, que son aquellos que murieron en Él durante el Antiguo Pacto y verán Su luz el día que resuciten.

Al tiempo, la luz de Cristo vino al mundo en cumplimiento del plan perfecto de redención, trazado por Dios desde antes de la fundación del mundo.

Con Su muerte y resurrección al tercer día, todos los que creemos en Él, y lo reconocemos como Señor y Salvador personal, somos hechos nuevas criaturas.

Vueltos de la oscuridad de la muerte a la luz de la vida en Cristo, Dios nos adopta como Sus hijos, sellándonos con el Espíritu Santo, quien viene a morar permanentemente en cada uno de nosotros, abriendo nuestro entendimiento a Su perfecta Palabra, la cual es la perfecta lumbrera que nos encamina en el carácter de Cristo.

Porque Dios no nos ha dejado a expensas de la improvisación, sino que todo Su propósito para con nosotros, el consejo y la sabiduría para la vida, nos la ha plasmado en Su palabra, la cual inspiró a hombres de diferentes épocas, lugares y clases u oficios, a escribirla en varios libros, que conforman lo que hoy conocemos como la Biblia.

Es fácil que los creyentes nos despistemos en nuestro caminar diario, si es que no estamos atendiendo a la palabra de Dios. Más grave se vuelve cuando, además, dejamos de orar o, por la falta de conocimiento de Su palabra, estamos orando a un dios creado por nuestra imaginación, el cual creemos que aprueba y rechaza lo mismo que nosotros, sin tener en cuenta Su verdadera y santa voluntad, plasmada en las Escrituras.

Algo así podría acontecer a los cristianos de la dispersión a quienes escribió Pedro, que no teniendo la posibilidad de disponer, cada uno en su casa, de una copia del cánon Biblico completo para su encaminamiento personal en Cristo, según la voluntad de Dios, se veían tentados a desviar sus pasos, por las  duras persecuciones y amenazas de muerte y desamparo, por parte de los romanos y de las comunidades judías sitas en cada lugar.

Pedro, pues, los insta a prestar especial atención a las Escrituras durante sus reuniones, para poder encaminarse sin caer en los engaños judaizantes o bajo las amenazas romanas.

"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;"
2 Pedro 1:19

Compara la palabra de Dios con una antorcha que alumbra en lugar oscuro.

Y es que no es lo mismo caminar a tientas que por un sendero perfectamente iluminado. Pisar firme y en la dirección correcta evita lesiones al caminante y asegura que éste llegue a su destino.

En la actualidad disponemos de Biblias traducidas, de forma completa o parcial, en multitud de idiomas y dialectos, y repartidas por todo el mundo en diferentes formatos, según la necesidad y disposición  de quien la adquiere, en papel o por medios digitales.

Aún así estamos en la época en que más movimientos de falso evangelio se está dando en el mundo. Esto sucede porque muchos cristianos estamos dando oídos a falsos profetas y falsos maestros que seducen a base de mensajes de autosuperación y filosofía humanista.

Pero cada vez que hacemos esto, es como si en el templo de Salomón entrara un sacerdote para apagar la luz de uno de los diez candeleros de oro, hasta llegar el momento en que sólo quede una pequeña llama.

Si por el contrario, nos nutrimos de la palabra de Dios y desechamos al mensajero fraudulento, habiéndolo examinado a la luz de las Escrituras, estaremos avivando sus llamas, como si aquel sacerdote entrara añadiendo aceite en cada cazoleta, iluminando cada vez más el espacio.

Hoy es día de evaluar cuanta importancia estamos dando en nuestra vida personal a nuestro tiempo de lectura y reflexión de la palabra de Dios. Prestemos atención a ella como a antorcha que alumbra en lugar oscuro, tal cual instaba Pedro, encaminando nuestros pasos en Cristo por la perfecta lumbrera de Su palabra.

"Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino."
Salmos 119:105




















martes, 23 de agosto de 2022

PROCESO DE LIMPIEZA, 2 Crónicas 4:6

PROCESO DE LIMPIEZA, 2 Crónicas 4:6

Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.
2 Crónicas 4:6

Después del mar de fundición, el cronista continúa presentando las diez fuentes laterales.

Este tipo de mobiliario no existía en el modelo del tabernáculo de Moisés, sino que es una añadidura a esta nueva construcción.

El autor omite todos los detalles en cuanto a diseño, dimensiones y decoración, que podemos leer en el séptimo capítulo del primer libro de Reyes. Dándole la relevancia a su función práctica, independientemente de su aspecto.

Estas diez fuentes estaban destinadas exclusivamente a la limpieza de los utensilios utilizados en los sacrificios, mientras que el mar de fundición era para el uso exclusivo de los sacerdotes.

Desde que pecó Adán, el hombre, por su naturaleza, nace con la tendencia instintiva al pecado. Y es que, inevitablemente, Adán y Eva se vieron repelidos de la santa presencia de Dios, siendo que en Él no hay cabida al más mínimo pecado.

Pero Dios, que es amor, estableció un modo práctico de que el hombre pudiera acercarse a Él sin que este debiera de morir, a causa de su pecado, porque la paga del pecado es la muerte, facilitando una relación con Él en vistas del cumplimiento de Su plan de rescate, donde se dará la reconciliación firme de Dios para con el hombre, por medio del Mesías prometido.

Este pacto relacional por medio de sacrificios animales se conoce como el Antiguo Pacto. El cual es un pacto en el que, aunque primaba la fe en la promesa del Redentor que había de venir, para la salvación del hombre, era necesario cumplir con una serie de requisitos básicos, que conocemos como la ley ceremonial, directamente ligada a la ley moral. Por cuanto al hombre, en su naturaleza caída le es imposible cumplir completamente con el estándar de moralidad exigido por Dios, a causa de su pecado.

Pero en otra muestra de Su inconmensurable amor y misericordia, Dios establece un Nuevo Pacto enviando a Su Hijo, como este Mesías que da el cumplimiento del plan de salvación al hombre.

Y es así cuando Dios, en la persona del Hijo, se despoja de Su gloria para tomar naturaleza humana, aunque sin pecado, por cuanto sigue siendo Dios, mas ahora también es hombre.

Un hombre perfecto que viene a constituirse a Sí mismo como el Cordero del sacrificio, para la redención, y el Sumo Sacerdote, en mediación entre Dios y los hombres.

Para que, por medio de la fe en Él y por Él, seamos reconciliados por completo con nuestro Creador, así como lo fue Adán antes de su caída, y aún mejor, por cuanto es Dios mismo dándonos Su vida en Cristo y formando Su santa y perfecta identidad en nosotros por el Espíritu Santo.

Y para que esta identidad de Cristo se evidencie en cada creyente es necesario que, habiendo recibido el Espíritu Santo, éste se despoje de su antigua manera de vivir, en lo que concierne a su naturaleza humana caída, para su renovación en su nueva naturaleza adquirida en Cristo, la cual es espiritual, Divina y eterna, en virtud de la Deidad de quien pone Su vida por aquel que en Él cree, el Señor Jesucristo.

Y para que el proceso de renovación se dé de la mejor manera, Pablo instruye de este modo a los creyentes de Éfeso, en cómo encaminarse en el día a día:

"En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."
Efesios 4:22-24

El Espíritu Santo va limpiando cada área de nuestra vida, santificándonos conforme a la identidad en Cristo. Limpieza directamente ligada al nivel de sometimiento de nuestra carne a la voluntad de Dios. No como lavamiento para salvación del propio creyente, pues ya somos salvos por medio de la fe, sino para testimonio y fruto evidencial al mundo, para la salvación de quienes aún han de creer.

Todo cristiano verdadero, sí o sí, va a acabar siendo perfeccionado en Él, aunque cada cual en mayor o menor dificultad, dependiendo de cuán dispuesto esté a desarraigarse de su pasada manera de vivir.

¿Se imaginan que los mismos sacerdotes que se lavaban en el mar de fundición dejaran todos los utensilios sin lavar? No habría cabida para ellos dentro del templo.

Del mismo modo tampoco hay cabida para lo carnal en lo espiritual. Por lo que nuestro viejo utillaje tiene que ser renovado para que en nosotros, los creyentes, que hemos sido hechos templo de Dios por el Espíritu Santo, sean puestos los utensilios limpios y dignos del testimonio del perfecto sacrificio de Cristo, para la salvación del hombre.

Podemos entender que nuestras obras son como esos utensilios que han de ser lavados en las fuentes, antes y después del sacrificio, para que la ofrenda sea acepta a ojos de Dios. De modo que si no obramos en consonancia con la nueva vida en Cristo, ¿qué fruto podemos obtener de nuestras obras?

En este aspecto fue muy claro Santiago, también llamado Jacobo, el hermano de Jesús, tocante a que la fe sin obras está muerta, al carecer del fruto que la evidencia.

"Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan."
Santiago 2:18-19

Hoy es día de revisar el utillaje de nuestro diario vivir, y lavarlo bien con la Palabra y en sometimiento a la voluntad de Dios en el Espíritu Santo, para que el fruto de la obra que hagamos con éste lleve grabado en mayúsculas el nombre de Cristo.





















domingo, 21 de agosto de 2022

LUZ A LAS NACIONES, 2 Crónicas 4:4

LUZ A LAS NACIONES, 2 Crónicas 4:4

Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente: y el mar descansaba sobre ellos, y las ancas de ellos estaban hacia adentro.
2 Crónicas 4:4

Rico en detalles, el mar de fundición era una auténtica obra de arte.

En este versículo, el cronista nos describe su base, la cual estaba representada con doce bueyes repartidos en grupos de tres. De modo que cada grupo se orientaba hacia un punto cardinal, cubriendo todo su perímetro, mientras sus lomos sostenían equitativamente el peso del recipiente.

El pasaje nos sugiere la descendencia prometida a Jacob a través de las doce tribus y su extensión de bendición a todas las familias de la tierra, en su simiente.

"Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente."
Génesis 28:14

Y ese era el propósito de Dios, que por medio de un pueblo y de su simiente, esto se refiere a un descendiente, pueda beneficiarse toda la humanidad de la gracia de Dios, en Su inconmensurable amor y misericordia, para su rescate en perdón de sus pecados y en reconciliación con Él.

Mientras tanto esto acontecía, Dios iba tratando con Su pueblo haciendo de él una gran nación y consagrándolo mediante Su ley para que, en una clara distinción con respecto a las naciones vecinas, Israel sirviese de luz a las naciones, en testimonio de la gracia de Dios para con el hombre, en obediencia y fidelidad a Su palabra.

Pero Su pueblo no consiguió dar la talla, sino que constantemente se desviaban en pos de la idolatría, aunque Dios, en Su misericordia, iba enviando a hombres en rescate de ellos, en confrontación y disciplina, para hacerlos volver a la ley.

Entonces Dios nos entregó a Su Hijo, Dios Hijo humanado y nacido de virgen en un establo, para crecer y vivir como el resto de los hombres, pero sin pecado.

Llegado el día de Su llamado al ministerio, Jesús, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, según lo presentó Juan el bautista, era bautizado y presentado por Su Padre delante del pueblo.

"Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
Mateo 3:16-17

Y a Su Hijo amado, el Padre entregaba a muerte en sacrificio por nuestros pecados. A fin de satisfacer, en cumplimiento de toda justicia, el pago por el pecado de toda la humanidad, el cual es la muerte.

Para que, por medio de Él y de su obra salvífica en la cruz del Calvario, toda persona que en él cree tenga la oportunidad de hallar perdón en su arrepentimiento y vida eterna por el reconocimiento de Jesús como Su Señor y Salvador personal.

Después de Su muerte y Su resurrección al tercer día, Jesús ascendió a la diestra del Padre y el Espíritu Santo vino a morar en todos los creyentes, dando el nacimiento de Su iglesia.

Ahora viene a ser la iglesia el medio de expansión del evangelio, como la luz a las naciones que podía haber sido Israel con el anuncio del Mesías por medio de la ley, mas ahora la iglesia anuncia al Mesías por medio de la fe, por la gracia de Dios, para el perdón y la vida eterna.

Porque este es el sino de todo cristiano, porque si a Dios no le hubiera placido hacernos partícipes del mayor milagro acontecido al hombre en toda su historia, el cual es el milagro de la regeneración del hombre en Cristo, por el Espíritu Santo, la iglesia no tendría razón de existir en este mundo y tiempo ha que estaríamos disfrutando de Su presencia.

Y así, como dijo Pablo a los Corintios: "¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!" , así como añade:

"Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada."
1 Corintios 9:17

Sea como fuere, como expresa el apostol, esta es la idiosincrasia de todo cristiano.

Portavoces somos del evangelio, y portadores de la luz de Cristo. Por lo que hoy es día de preguntarnos si nuestro diario vivir muestra al mundo un testimonio acorde a nuestra identidad en Cristo o si más bien pasamos desapercibidos entre los incrédulos, como uno más de ellos.

Tomaremos ánimo y voluntad si dejamos que Pablo nos aliente con estas palabras:

"¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!"
Romanos 10:14-15





















sábado, 20 de agosto de 2022

FRUTO EN ABUNDANCIA, 2 Crónicas 4:3

FRUTO EN ABUNDANCIA, 2 Crónicas 4:3

Y debajo del mar había figuras de calabazas que lo circundaban, diez en cada codo alrededor; eran dos hileras de calabazas fundidas juntamente con el mar.
2 Crónicas 4:3

Continuando con la descripción del mar de bronce, el cronista nos habla de unas figuras fundidas bajo el borde, en todo el rededor en dos hileras de diez unidades por cada tramo de metro y medio.

Si estamos leyendo en Reina Valera, encontraremos que nos habla de calabazas. Sin embargo resulta muy curioso como prácticamente el resto de versiones y traducciones omiten esta forma y la presentan como algo similar a bueyes, becerros o toros.

Ante este conflicto circunstancial, podemos apoyar el texto en su relato paralelo del primer libro de Reyes, conformando así su forma.

"Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido fundidas cuando el mar fue fundido."
1 Reyes 7:24

Por lo que podemos entender que efectivamente el cronista quiso referirse a este tipo de fruto y no a susodichos animales.

Cierta calabaza no era como el fruto que conocemos con este nombre, el cual es grande y de formas arqueadas alrededor, sino una fruta más pequeña y redonda en su totalidad, similar a una naranja, en su redondez, que era un fruto ya mencionado con anterioridad en tiempos de Eliseo.

"Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era."
2 Reyes 4:39

En este caso, las calabazas que recogieron resultaron ser venenosas, por lo que Eliseo sanó el potaje milagrosamente, esparciendo harina en el guisado.

Así podemos entender que de este fruto mencionado existían dos clases que se podían confundir la una con la otra, la dañina y la comestible.

Cuando el autor especifica una cantidad de estas figuras, nombrando diez por cada tramo, está expresando la abundancia de ellos.

Vemos, pues, un mar de fundición lleno de frutos, viniendo estos a representar el resultado o la evidencia de su contenido.

Cuando Dios habitó entre Su pueblo en la persona del Hijo, Jesús enfatizaba mucho en el fruto de su pueblo, llegando a representar, sobretodo a los fariseos y a los representantes de la ley, con una higuera muy frondosa pero sin fruto.

Asimismo se usó de la vid para hacer una analogía de cómo es la relación de Dios el Padre con el Hijo, y de cómo debían relacionarse Sus discípulos con Él.

"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."
Juan 15:1-5

También el apostol Pablo se usa de un árbol y su fruto para representar la unión, por la obra salvífica de Cristo en la cruz del Calvario, de judíos y gentiles en un mismo pueblo.

"Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti."
Romanos 11:17-18

Se comprende que las ramas del olivo silvestre son los gentiles que, al ser injertados a Cristo por la acción del Espíritu Santo, manifiestan un fruto bueno, ya no conforme al olivo silvestre al cual perteneció antes de su rescate, sino conforme a la savia del buen olivo la cual es el Espíritu Santo, dando un fruto bueno y abundante afin al carácter de Cristo.

La productividad, como leímos del Señor, va a depender directamente de la relación del creyente para con Él.

Y, aunque se busca que el fruto sea cada vez más abundante, este puede ser como esas calabazas silvestres que se usaron en el potaje, que no eran buenas.

Pero Dios en Su misericordia y por el lavamiento y la regeneración en Su Espíritu Santo, sana el fruto haciéndolo bueno  conforme a la voluntad de Dios, de todo aquel que cree en el Señor Jesucristo y deja que el agua viva del Espíritu llene y transforme su vida.

Y este es el fruto del Espíritu, listado que presenta Pablo a los de Galacia, en contraste con las obras de la carne, a fin de confrontar a los cristianos que se habían desviado de la fe, abrazando las  costumbres religiosas y las obras de la ley.

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."
Gálatas 5:22-23

Texto que también nos confronta en la actualidad a nosotros que, aunque no queremos compararnos con los Gálatas que observaban la ley y las costumbres religiosas como obra de salvación, nos toca reconocer que son muchas las veces que miramos hacia nuestra carne y depositamos la confianza en sus obras, o simplemente nos dejamos llevar por ellas.

Y he aquí el recordatorio de las obras de la carne:

"Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;"
Gálatas 5:19-21a.

Claro que, aunque negáremos rotundamente estar practicando dichos pecados conscientemente, los celos, las iras y las enemistades, o incluso las envidias y hasta la idolatría, son pecados muy comunes en todo creyente que lleva una vida devocional nula o vaga, y se deja llevar por su propio parecer en su diario vivir.

Hoy es día de reflexionar qué tipo de fruto manifiesta mi vida, si es que estoy dejando que el Espíritu evidencie en mi ser el carácter de Cristo o si, por el contrario, vivo aventurando mis días a merced de las obras de la carne.

Recordemos la advertencia del Señor, diciéndonos:

"Separados de mí nada podéis hacer."


















viernes, 19 de agosto de 2022

EL LAVAMIENTO, 2 Crónicas 4:2

EL LAVAMIENTO, 2 Crónicas 4:2 

También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía alrededor. 
2 Crónicas 4:2 

Pasado por el altar de bronce, el cronista nos presenta otro elemento protagonista que también preside la entrada en el atrio. 

Un considerable mar de fundición que, aunque no tan grande como el altar, sus medidas y su extensión en el terreno hace asumir, al verlo, que también se trata de un elemento de vital importancia en el templo. 

Y estas son las medidas, convertidas a metros, que podemos leer en la Nueva Versión Internacional: 

"Hizo también una fuente circular de metal fundido, que medía cuatro metros y medio de diámetro y dos metros con veinticinco centímetros de alto. Su circunferencia, medida a cordel, era de trece metros y medio." 

Era llamada mar una fuente llena de agua cuya finalidad era la del lavamiento de los sacerdotes en su preparación antes de entrar al templo. 

No se trataba de una costumbre casual u opcional, sino que el hecho de lavarse bien o no hacerlo podía suponerle la muerte inmediata a aquel sacerdote que quisiera acceder al santo lugar. 

Se dice que era enteramente redondo, sin aristas. También se nombra un cordón de algo más de trece metros de diámetro que enmarcaba este mar. 

Poco se nombra en estudios bíblicos sobre la finalidad práctica de este cordón y su significado o sentido figurado. 

Lo que podemos pensar es que en la práctica podía servir para evitar que se esparciera de más el agua derramada. 

En cuanto a su significado y sentido figurado podría sugerir una sumisión, una unión o un sello. 

Por otro lado, el agua contenida en este mar simboliza purificación y vida. 

Así que podemos ver juntos estos dos elementos: el altar de bronce y el mar de fundición. El primero es para muerte y el segundo es para vida. Y en este atrio no puede existir el uno sin el otro. 

El orden, pues, era el siguiente: El sacerdote se purificaba en el mar de fundición antes y después del sacrificio ofrecido en el altar de bronce. 

La purificación previa aseguraba el máximo respeto hacia la ofrenda, de manera que el animal no fuese contaminado con las manos inmundas de los sacerdotes. El agua las purificaba. 

El siguiente lavamiento, y posterior al sacrificio, era algo más completo y precedía a la entrada al templo. 

La práctica de purificarse en agua era conocida en el judaísmo como ablución o bautismo. Este tenía como finalidad el limpiarse de cualquier impureza, ya fuese física o espiritual, como en el caso de los copistas cuando, al reproducir las Escrituras, escribían el nombre de Dios, Yahveh, cosa que ellos entendían que este hecho atentaba directamente al mandamiento que prohíbe tomar el nombre de Dios en vano. 

"No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano."
Éxodo 20:7 

Cuando el escriba entendía, en su conciencia, que el texto que había copiado suponía un pecado para él, una vez terminado de escribir la palabra conflictiva, dejaban su tarea, desechando el cálamo con su tinta o agua y yendo inmediatamente a purificarse en agua, generalmente por inmersión completa, aunque también podía darse el caso de la ablución, que constaba de dejarse caer por encima el agua por medio de un vaso o similar. 

El bautismo era, pues, una práctica conocida y acostumbrada en el judaísmo que también servía para el testimonio de los prosélitos, estos eran los gentiles convertidos al judaísmo, que con el acto confirmaban su compromiso de cumplir la ley como cualquier judío. 

Los cristianos no solemos asimilar el bautismo como un concepto proveniente del Antiguo Pacto, sino como si Juan el Bautista de repente inaugurara esta práctica, en manifestación y reconocimiento del pecado de Israel. 

De hecho, el mismo Juan practicó la purificación por aguas en muchas ocasiones, según se sospecha, al pensarse que pudo tener mucho que ver con la comunidad del Qumrán, donde se reunía una secta especial de copistas y maestros de las Escrituras, donde además existían unas pequeñas piscinas que usaban de forma rutinaria para su lavamiento de índole religiosa. 

Cuando Juan fue llamado a salir para allanar el camino del Señor, anunciando el acercamiento del reino, su invitación al bautismo de la audiencia tenía la intención de que, el que se sumergía en el agua, reconociera su pecado personal y el de su pueblo asumiendo su parte y arrepintiéndose de ello. 

El bautismo también supuso para Jesús el inicio de Su ministerio, con el llamamiento del Padre y la confirmación del Espíritu Santo, delante de todos los presentes, ese día, a orillas del Jordán. 

"Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
Mateo 3:16-17 

Ministerio por el que no solamente mostró Su deidad, sino que también, viviendo como hombre, se sometía aún como siervo a la voluntad del Padre. 

Y a partir de Jesús, tras Su muerte, resurrección y ascensión a la diestra del Padre, el bautismo pasó de ser una práctica material, es decir, sumergirse en agua, a adquirir una connotación espiritual por cuanto todo creyente es bautizado con el Espíritu Santo, y pasado, por Él, de muerte a vida. 

Ya también dejaba de ser una práctica exclusiva de los judíos para pasar a extenderse a los gentiles, siendo Pedro el testigo de la conversión del primer gentil, redimido por la fe en la sangre de Jesucristo, hecho hijo de Dios y puesto en Su iglesia. 

"Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo."
Hechos 11:15-16 

Por el lavamiento del Espíritu Santo y sellados por Él, en Cristo Jesús, para vida eterna, hoy es día de levantar una alabanza en gratitud al Padre por esta nueva vida en Cristo, dejando que el Espíritu nos siga forjando en un cada vez más marcado carácter de Cristo. 

"Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna."
Tito 3:3-7



















miércoles, 17 de agosto de 2022

POR MEDIO DEL SACRIFICIO, 2 Crónicas 4:1

POR MEDIO DEL SACRIFICIO, 2 Crónicas 4:1

Hizo además un altar de bronce de veinte codos de longitud, veinte codos de anchura, y diez codos de altura.
2 Crónicas 4:1

Iniciamos la reflexión del capítulo cuarto de este segundo libro de Crónicas leyendo sobre la descripción del mobiliario del templo.

En este caso, el cronista nos presenta el primer elemento que preside la entrada al atrio, que es el altar de bronce.

Las dimensiones del altar impresionan más si las leemos en traducciones Bíblicas más actuales, las cuales recogen la conversión de su medida de codos a metros.

Así que podemos leer en traducciones como la Nueva Versión Internacional, las imponentes dimensiones del altar.

"Salomón hizo un altar de bronce que medía nueve metros de largo por nueve de ancho y cuatro metros y medio de alto."

Tamaño objeto, destacable en su volumen y puesto en primer lugar en el acceso a las instalaciones del templo, reclamaba el requisito del sacrificio a todo visitante, ya fuera como ofrenda o para expiación.

Y es que desde que Adán pecara ya no había forma de acercarse a Dios sin haber un sacrificio de por medio, el cual pagara, aunque fuera de forma momentánea, la ira de Dios contra el pecado de quien a Él se presentaba.

Porque la paga del pecado es la muerte, nadie puede presentarse delante de Dios sin saldar el pago.

Entonces el animal sacrificado satisfacía la ira de Dios en el momento del sacrificio.

Durante el Antiguo Pacto existían varios tipos de sacrificios, desde el holocausto hasta las ofrendas de paz, por el pecado o expiatorias.

Cada vez que se acudía al templo era imprescindible ofrecer un sacrificio.
Cuando se trataba de una ofrenda por algún pecado concreto, este sacrificio sólo convalidaba el perdón en el momento y para ese pecado en cuestión.

Luego había un sacrificio que era presentado por el sumo sacerdote, anualmente, el cual comprendía la expiación de todo el pecado del pueblo en el transcurso del año.

Esto debía hacerlo, en exclusiva, el sumo sacerdote, no sin antes presentar un sacrificio previo por sus propios pecados, o de lo contrario moriría fulminantemente tan pronto accediera al Lugar Santísimo.

Porque no hay nadie libre de pecado, como dice la Escritura:

"Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque."
Eclesiastés 7:20

Pero Dios en Su misericordia nos ha provisto del Hijo, el Señor Jesucristo, para constituir, con la entrega de su propia vida, el perfecto sacrificio y de valor perpetuo, en la cruz del Calvario.

Jesús, siendo Dios, se limitó viniendo a adquirir la forma humana y, en Su perfecta humanidad, por cuanto siendo Dios nunca peca, vino a ser el perfecto pago, con su muerte, por el pecado, no sólo de una persona y por un tiempo concreto, sino perpetuamente y  por el de toda la humanidad.

Este hombre perfecto y eterno, por Su Divinidad, satisfizo el pago sufriendo en Su propia carne y derramando hasta la última gota de Su sangre, toda la ira de Dios contra el pecado, dejando que todo su peso recayera sobre la cabeza de Su Hijo.

"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."
2 Corintios 5:21

La cruz rompió con la ley ceremonial en un Nuevo Pacto. Siendo que toda ella dirigía a Cristo, cumpliéndose en Él y ejecutándose Su justicia. No por medio de obras que pueda hacer el hombre, sino por la fe depositada en el Señor Jesucristo y en su obra salvífica en la cruz del Calvario, del modo en que el pueblo de Dios depositaba su fe en los sacrificios en el imponente altar de bronce, construído por Salomón.

Y así es como lo recordaba Pablo a los Efesios, en una carta instructiva a modo de discipulado, en preparación de la práctica de la fe cristiana individual y como iglesia, en su diario vivir.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
Efesios 2:8-9

¡Qué grandísimo alivio tenemos en el Señor Jesucristo! Que mereciendo la muerte por nuestro pecado, Él nos justifica poniendo Su vida por nosotros, para ser hechos aceptos delante de Dios por medio de la fe.

Así que es por medio del sacrificio de Jesús que recibimos la redención, siendo pasados de muerte a vida y adoptados como hijos de Dios, en Cristo Jesús.

Jesús es el Único medio por el que acercarnos a Dios y no hay otro modo de hacerlo.

Él mismo lo dejó bien claro delante de los suyos, diciendo:

"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
Juan 14:6

Y así lo transmitía Juan el Bautista a sus discípulos, que en cierto modo se quejaban, porque estando Jesús, las personas dejaban de escuchar a Juan y se iban a Él para ser bautizados.

"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él."
Juan 3:36

Existen muchas religiones que tratan de acercarse a Dios negando al Hijo, pero también y más lamentable es hacerse llamar cristiano, negándolo como Único Mediador y Salvador, y poniendo a otros en su altar de adoración, así como pudiera ser María o algún apostol, o incluso un familiar fallecido.

Pero al cristiano no lo hace su nombre, sino la presencia de Cristo en su vida y el Espíritu Santo morando en él, llevándole a un cada vez más marcado carácter de Cristo.

Hoy es día de celebrar nuestra vida en Cristo y la plenitud de las riquezas eternas que tenemos en Él.

Y si por si acaso el desánimo nos trata de infundir pensamientos negativos y engañosos para que no levantemos Su nombre en alto, sirvámonos de este valioso apunte de Pablo, viviendo siempre presentes en la plenitud de Cristo.

"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad."
Colosenses 2:9-10






















lunes, 15 de agosto de 2022

COLUMNA Y BALUARTE, 2 Crónicas 3:17

COLUMNA Y BALUARTE, 2 Crónicas 3:17

Y colocó las columnas delante del templo, una a la mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.
2 Crónicas 3:17

El tercer capítulo finaliza mencionando las dos columnas que Salomón colocó en la parte delantera del templo, anteponiéndose a la entrada.

Se trata de dos columnas que no sostienen ninguna estructura visible a las que el rey puso nombre, siendo que la derecha fue llamada Jaquín y la izquierda, Boaz.

El nombre de Jaquín viene a anunciar un establecimiento mientras que la de Boaz evoca a la fortaleza.

La sugerencia de algunos eruditos es que ambas columnas forman un enunciado, el cual es el siguiente:

"Dios establecerá Su reino perpetuo, y el Señor es mi fortaleza."

Leído con las lentes del nuevo pacto, en la era cristiana, llegados al verso referente a estas dos columnas vemos a Dios mostrando una pequeña pincelada de la iglesia de Cristo, al márgen de toda la estructura ceremonial de la ley, pero en virtud del sostenimiento de lo intangible, moral y permanente de ésta, que descansa en la gracia por medio de la fe.

La realidad de la iglesia era un misterio no revelado al hombre hasta a partir del cumplimiento de la primera venida del Señor, con la culminación de Su obra salvífica en la cruz del Calvario, Su resurrección al tercer día y Su ascensión a la diestra del Padre.

A pesar del gran misterio, Dios estaba revelando, por medio de la disposición de estas columnas en el templo de Salomón, que vendría el tiempo en que el pueblo ya no se sostendría más en la ley de Moisés. En forma de dos columnas, totalmente libres de cargas, dispuestas con la única labor de dar cierto mensaje con su mera existencia.

Esta labor de anunciar el reino y la fortaleza de Dios en Su gracia no se ha tratado de un cometido exclusivo de la iglesia. Sino que habiendo dispuesto Dios un pueblo especial, consagrándolo para Sí mediante la ley, en clara diferenciación con el resto de pueblos, el propósito principal de Israel era, y debería seguir siendo, el de ejercer de lumbrera a las naciones, en propagación del anuncio de salvación de Dios por medio del Mesías y del establecimiento de Su reino, a través de sus costumbres y ceremonias, así como de la difusión de las Escrituras.

Pero lejos de hacer la diferencia, el pueblo de Dios se ha caracterizado por su gran capacidad de mimetizarse con las naciones vecinas y de adoptar como suyas todas sus costumbres paganas.

A la actual nación de Israel se la conoce por ser una de las naciones más tolerantes y la que alberga una mayor diversidad socio-cultural y religiosa del mundo, bajo su bandera.

Y esto ya lo denunciaba Esteban ante el concilio, denuncia que le costó la vida, porque los fariseos no pudieron soportar el peso de sus palabras mientras estaba lleno del Espíritu.

"Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia."
Hechos 7:42-43

Muerto Esteban por mano de los fariseos, se dio inicio a la primera gran persecución a los cristianos que, hasta la fecha, habían permanecido unidos y concentrados en la región de Judea, como guardando con celo toda la gracia que Dios dispuso para toda la humanidad por medio del Señor Jesucristo.

Esta gran persecución provocó el inicio de lo anunciado por el Señor a sus discípulos, conforme había de suceder:

"[...] pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Hechos 1:8

Y he aquí su cumplimiento:

"Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio."
Hechos 8:4

Y es que este es el sino de la iglesia en el mundo, el de portar la luz de Cristo a las naciones para que Su evangelio de salvación alcance a todas las almas, de modo que no quede nadie que no haya tenido la oportunidad de arrepentirse y creer en Él.

Los apóstoles fueron los primeros evangelistas y de ahí, toda la iglesia, cada cual en mayor o menor medida, conforme a sus capacidades, ya no de forma verbal, hablada o escrita, sino mostrando el evangelio por medio de la práctica de la fe cristiana, conforme al diario vivir en Cristo.

"(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo."
1 Juan 1:2-3

Porque esta es la idiosincrasia del cuerpo de Cristo, que es la iglesia ya que, de no ser así, ¿a qué retenernos en el mundo, no siendo de éste, y por qué no habernos llevado a Su presencia tan pronto fuimos redimidos?

Y es que, aunque la acción de la Palabra para la salvación de las almas es exclusiva del Espíritu Santo, a Dios le ha placido hacernos partícipes del mayor de los milagros que jamás ha acontecido al hombre, el cual es su paso de muerte a vida, en calidad de hijo de Dios.

Y Pablo nombra así a la iglesia, conforme  escribe a Timoteo:

"Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad."
1 Timoteo 3:14-15

Columna y baluarte que bien podían llamarse Jaquín y Boaz, conforme al nombre que Salomón puso a las columnas del templo, en virtud del anuncio del establecimiento de Su reino y de la fortaleza en Cristo a todo aquel que en Él cree.

Y es así, como diría Pérez Millos: "La vida de un cristiano no consiste en hablar de Cristo, sino en vivir a Cristo", como cada creyente mostramos, o deberíamos, el carácter de Cristo al mundo, en favor de la propagación del mensaje de reconciliación con Dios, en Él.

Y esto nos lleva a preguntarnos cómo estamos viviendo: Si a Cristo, en el Espíritu o a nosotros, en la carne, y cuál es, por ende, el mensaje que difunden nuestros pasos, si acorde a Juan y a Pablo, o acorde al pueblo que se perdió en el desierto en pos de lo pagano.

Cerraremos nuestra reflexión devocional con estas palabras de Juan:

"Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado."

"El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo."
(1 Juan 1:5-7 y 1 Juan 2:6)





















sábado, 13 de agosto de 2022

REVESTIMIENTO ESPECIAL, 2 Crónicas 3:3-7

REVESTIMIENTO ESPECIAL, 2 Crónicas 3:3-7

Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos, y la anchura de veinte codos. El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubrió por dentro de oro puro. Y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés, la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ellas palmeras y cadenas. Cubrió también la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de Parvaim. así que cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas con oro; y esculpió querubines en las paredes.
2 Crónicas 3:3-7

El cronista inicia la descripción del templo conforme lo construyó Salomón.

Primeramente menciona las medidas de lo que será el templo en sí, la parte del habitáculo que comprende el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, al margen  del resto de la edificación, que se sumará a ésta, apoyándose con vigas a las paredes del rededor.

Es una edificación de humildes dimensiones, si lo comparamos con palacios y edificios importantes de la época, aunque doblando en medida al tabernáculo que construyó Moisés.

También es de esperar que así sea, puesto que ya no se trata de un elemento que vaya a tener que transportarse de un lugar a otro, como era el caso del tabernáculo en el desierto, por lo que debía primar que fuera un habitáculo práctico y manejable, pero con las medidas justas que permitieran la correcta funcionalidad en su interior.

El templo será construido con la intención de permanecer y resistir el paso del tiempo. Así que, además de que todo el material de su construcción ya será noble y exquisitamente trabajado, también será todo revestido de oro, el metal precioso por excelencia, ofreciendo un extra de protección y añadiendo un grandísimo valor a la obra, con la aleación de los reyes.

Si ya era el mejor revestimiento con el que chapar el inmueble, Salomón buscará lo sublime, haciendo traer un oro de un lugar concreto y determinado como el oro de Parvaim.

Actualmente se desconoce la ubicación del lugar de origen de este oro, pero la intención del cronista no era la de dar a conocer el punto exacto de donde encontrarlo, sino que el lector entienda que se trataba de un oro especial y tomado todo de un mismo lugar.

Luego, Salomón hace esculpir unos querubines, en el dorado revestimiento, que sugieren la presencia de Dios.

En este pasaje vemos cómo, con la elección de un revestimiento especial y sus detalles, Salomón consiguió dar, a un edificio común, el carácter y la esplendidez de una obra sublime.

Dios es inconmensurable en todos Sus sentidos, en Su eternidad, omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia.

Pero, por Su interés en darse a conocer al hombre, por su amor hacia él y por la determinación de redimirlo de manera que se cumpla con toda justicia con el acto de la redención, Dios trazó un plan desde Su eternidad que le implicaba comedirse tomando forma y naturaleza de hombre.

"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria."
1 Timoteo 3:16

Rebajándose pues, el Hijo, de Su gloria para llegar a ser, no solamente un hombre común, sino aún más, un siervo, se dio a Sí mismo en pago por nuestro pecado. Para que por medio de Su sacrificio y por la fe en Él, la gracia de Dios alcanzara al hombre en Su reconciliación con él, revistiéndolo de un nuevo hombre en Cristo Jesús, y en su nueva identidad por la acción y morada del Espíritu Santo.

"De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos."
Gálatas 3:24-27

De este modo, en Cristo, lo común es revestido de extraordinario y lo perecedero, de eternidad.

Mientras tanto, y estando en este mundo y en nuestro cuerpo corruptible, vamos siendo formados por el Espíritu en el carácter de Cristo, y puestos por lumbreras de Cristo, para el perdón y la vida eterna en Él.

El oro sugiere la riqueza de quien lo luce. De este modo la iglesia debe sugerir su vida nueva en Cristo, dejando que su revestimiento luzca dejando ver la presencia de Dios en su vida, como aquellos querubines esculpidos en el templo de Salomón.

Y ahora viene la cuestión personal, en cuanto a este especial revestimiento que se nos ha dado en Cristo, de hasta qué punto lo lucimos o lo cubrimos con las lonas de nuestra humanidad.

Hoy es día de dejar que la palabra de Dios confronte nuestro diario vivir, para que fortalezcamos nuestra práctica de la fe, para fruto eterno y para Su gloria y honra.

"En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."
Efesios 4:22-24

























miércoles, 10 de agosto de 2022

EL LUGAR ESCOGIDO, 2 Crónicas 3:1

EL LUGAR ESCOGIDO, 2 Crónicas 3:1

Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.
2 Crónicas 3:1

El monte Moriah fue el lugar escogido para edificar el templo.

Moriah es donde Abraham comprendió que la provisión de Dios al hombre iba más allá de aquel carnero, que le puso entre las zarzas, para sacrificarlo en lugar de su hijo.

Porque Dios puso a prueba a Abraham, a quien llamaba amigo, para mostrarle cuán doloroso le es a un padre sacrificar a su hijo por amor.

"Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré."
Génesis 22:2

Y el amor de Abraham no le hizo desconfiar de Su palabra, sino más bien se afirmaba su fe conforme se acercaba al monte con su hijo para entregarlo en holocausto.

"Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir."
Hebreos 11:17-19

Más que probada su fe y a punto de sacrificar a su hijo, Abraham fue detenido por Dios y le ofreció un carnero para el holocausto.

De repente, toda aquella dura prueba, que duró tres días de trayecto, desde que salió de casa hasta llegar a Moriah, para sacrificar a su hijo, tomó el sentido con la provisión de Dios.

"Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto."
Génesis 22:14

Más de dosmil años después de este acontecimiento, Dios entregaría a Su Hijo Unigénito en sacrificio por nuestros pecados en la cruz del Calvario, justo en una de las laderas de Moriah 

Sacrificio anunciado a Abraham con el carnero enzarzado, y dicho por Jesús a los fariseos, de la siguiente manera:

"Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó."
Juan 8:56

Cuando el Señor derramó hasta la última gota de su sangre en aquella cruz, se consumó el sacrificio perfecto y, rasgándose el velo del templo en el lugar santísimo. Se dio por finiquitada la era de los sacrificios para dar inicio al nuevo pacto, aquel que profetizaba Jeremías, diciendo:

"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado."
Jeremías 31:33-34

Y aunque para muchos judíos aún rige el antiguo pacto, para ellos les está preparada la segunda venida del Mesías. Entonces será cuando podrán reconocer al Señor que rechazaron la primera vez, enviándolo a la muerte en aquella cruz en Moriah.

Mientras tanto, a todo aquel que cree en Él le es dado el Espíritu Santo, el cual es sello de redención, de regeneración a una nueva vida en Cristo, y de adopción como hijo de Dios.

Y de Moriah, lugar escogido por David para la edificación del templo, según la voluntad de Dios, Su gracia se extiende hacia todas las naciones hasta lo último de la tierra, sin importar lengua, tribu o nación, sobre toda la humanidad, a todos los que en Él creen y, en arrepentimiento de sus pecados, lo reconocen como Señor y Salvador personal.

Salomón edificó en Moriah un templo majestuoso, en anuncio de la gloria de Dios a todas las naciones, y como lugar de adoración a Dios y de provisión de Su gracia.

Hoy todos y cada uno de los cristianos somos templo de Dios y anuncio viviente de Cristo y de su evangelio de salvación, y quienes debemos predicar con nuestra vivencia la provisión de Dios al mundo, en Cristo Jesús, para perdón y vida eterna.

Por cuanto, en Cristo, Dios ha hecho de nosotros el lugar escogido como muestra de Su inconmensurable amor y misericordia, es tiempo de vivir conforme a nuestro revestimiento en Él, para testimonio de salvación al mundo.

Y como Salomón edificó el templo en Moriah y lo revistió de gloria con los más nobles materiales y metales preciosos, así ha de resaltar nuestro diario vivir, como hijos de Dios.

"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Mateo 5:14-16



















lunes, 8 de agosto de 2022

MOTIVO DE ALABANZA, 2 Crónicas 2:11-12

MOTIVO DE ALABANZA, 2 Crónicas 2:11-12

Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito que envió a Salomón: porque Jehová amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos. Además decía Hiram: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Jehová, y casa para su reino.
2 Crónicas 2:11-12

En respuesta de la petición de Salomón, el rey de Tiro abrirá boca celebrando la elección de Dios de haberlo puesto en el trono y seguidamente se explayará en bendiciones a Dios, animado por la buena actitud de su siervo Salomón.

Y es que Hiram vio, en la actitud de Salomón, cuatro cualidades que lo dirigían a glorificar a Dios: sabiduría, entendimiento, cordura y prudencia.

Estas cuatro facultades hacían de Salomón un hombre comedido, no dejado llevar por sus impulsos pasionales, sino atemperado en el temor de Dios, de modo que su actuación fuera causa de admiración no a él, sino a Aquel que lo puso en el trono.

Y es que el temor de Dios es el principio de la sabiduría, como diría el salmista y el propio rey Salomón. Virtud que desencadena las otras tres capacidades, entre sinónimas y complementarias, y que encaminan al hombre en Su santa y perfecta voluntad.

El propósito de toda la creación de Dios es la de glorificarlo con su mera existencia. Los cielos y la tierra exaltan a Dios y se sujetan a un orden y a unos ritmos establecidos por su Creador, así como todos los cuerpos celestes y todas las criaturas en tierra y mar.

El hombre debiera de hacer lo mismo, ya que es, de todas las criaturas de Dios, su creación más preciada por haber sido hecho a Su imagen y semejanza.

"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."
Génesis 1:26-27

Adán fue puesto como señor sobre el resto de las criaturas, pero no supo dar la talla y pecó contra Dios, perdiendo el dominio que Dios le dio sobre la tierra y quedando expulsado de Su santa y gloriosa presencia a causa del pecado.

El pecado incapacita al hombre para buscar a Dios y lo desvía hacia su autodestrucción. Es por eso que es la única criatura en toda la tierra incapaz de adorar a Dios y obedecer Su ley por cuenta propia.

Pero Dios, en Su inconmensurable amor y misericordia, nos dio a Su Hijo en pago por el pecado, para que por medio de Cristo todos podamos ser salvos por medio de la fe en Él.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
Juan 3:16

Y además de venir para entregar Su vida por nosotros, habiéndose hecho hombre, Dios se reveló de la forma más clara posible a toda la humanidad, poniéndose a Sí mismo como ejemplo de vida, en virtud de siervo de Dios, sujetado en todo a la voluntad del Padre celestial.

Jesús es la exégesis de Dios al hombre, esto es, la clara definición de la Deidad expresada en forma humana. Además, supone también el ejemplo de cómo fuera Adán hasta antes de su pecado.

He aquí la invitación de Dios al hombre en el Señor Jesucristo:

"Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
Mateo 11:27-30

Todo creyente en el Señor Jesucristo es perdonado y regenerado a una nueva vida en Él, por medio del bautismo y la morada del Espíritu Santo, hacia un nuevo hombre, a la imagen y semejanza de Dios, ya libre del pecado y de la muerte.

Y es el Espíritu Santo el que, desde el primer momento del nuevo nacimiento, se encargará de ir forjando a la persona según el carácter de Cristo, conforme a la voluntad de Dios y para Su gloria y honra.

Así, pues, por cuanto Cristo es la exégesis de Dios al hombre, todo cristiano es llevado también a serlo, en Cristo Jesús, conforme deja que el Espíritu Santo vaya revelando Su carácter por medio del fruto.

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."
Gálatas 5:22-23

Por lo que cada creyente que es encaminado por el Espíritu muestra Su fruto, el amor, que deriva en una serie de cualidades complementarias que lo encaminan en Su santa y perfecta voluntad, la cual es mostrar a Cristo y su evangelio de salvación.

Ya lo dijo el apostol Pablo a los Corintios, que cada cristiano actuamos como cartas conocidas y leídas por todos, en cuanto a nuestro testimonio de salvación al mundo  según la práctica de nuestra fe en el diario vivir.

"Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón."
2 Corintios 3:2-3

Hoy es día de preguntarnos: ¿Cómo estoy yo actuando en la vida para que Cristo sea glorificado por los que me miran? ¿Escriben, mis pasos, unas letras de salvación a todo aquel que me lee, cual a carta expedida por Cristo, o son letras borrosas no guiadas por el Espíritu?

Sirvámonos de este consejo de Pablo, para que nuestra forma de vivir suponga un motivo de alabanza, provocando en los demás las ganas de buscar a Cristo y de glorificar Su santo nombre.

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."
Colosenses 3:23-24



















ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17

ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén , y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: N...